Capitulo 4

3.5K 348 20
                                    

—Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?- La dulce joven se asomaba por la entrada de la cocina dedicándole una calida sonrisa.

—¿Eso te debería importar?- Lo último que el joven quería era asustar a la chica y que le avisara a las diosas de su presencia, pero el quería creer en la palabra de ella.

—Pues si no lo hiciera no te estaría preguntando genio.- Aquella utilizó un tono agudo solo para molestarlo y tranquilizar la incomoda atmósfera, volviendo a sus labores.

—Zeldris.- La joven se asomó a la puerta de nuevo mirándolo, lo había escuchado pero le parecía divertido lo fácil que se enojaba.

—¿Como dijiste?- Dijo aquella tras fingir no escucharlo, su mirada gris se posicionó en aquellos ojos verdes.

—¡Zeldris maldita sorda!- Aquella soltó una levemente risita al verlo hacer un puchero de enojo, simplemente el era adorable.

—Bueno Zeldris es un gustó conocerte, pero podrías ir a cambiarte, es raro tener un hombre por mi casa semidesnudo.- Esta siguió con sus labores mas concentrada.—Tu ropa esta en la habitación de la cual saliste y la ducha es la segunda puerta de la izquierda, date un baño, apestas.-

El joven simplemente se levantó, entendía que ella estaba preocupada porque el mejorará, algo raro en una desconocida; este simplemente se retiro a tomar una ducha, las heridas anteriores ya estaban cerrando, de echo a las mas profundas y para suerte de la joven, el tenia un sistema de regeneración rápido y saludable, por esto mismo ya había retirado las puntadas.

Lo primero que el de ojos verdes encontró en aquella habitación, era lo suficiente y necesario, las bellas paredes blancas daban la sensación de tranquilidad y pureza.

El lavabo de madera era de color blanco perfectamente limpio, dándole un toque pulcro, acompañado de un espejo en perfectas condiciones y de un marco de madera negro, aunque nada de esto era exagerado como en el castillo de su padre, era placentero.

La ducha era simple pero hermosa, esta estaba impecable, que incluso a cualquiera le darían ganas de entrar y darse un baño, este se despojo de las vendas y su única prenda; entro a la ducha y con algunos baldes de agua; que al parecer la joven había traído el día anterior, tomo una tranquilizante ducha; el agua era fría pero reconfortante, sentía como su cuerpo bien trabajado era acariciado por la lluvia de agua que regaba por el mismo, se liberaba de toda la mugre y suciedad que cargaba, este estaba algo preocupado, tenia que regresar a su Reino lo antes posible se aproximaba la Guerra después de la traición de su hermano y eso era un gran problema si no se llegaran a preparar.

Aunque también la incógnita que le generaba la azabache era era preocupante para el, necesitaba respuestas de su padre, aquel que todo lo ve y lo sabe, no había mejor opción que consultarlo a el.

Mientras el joven tomaba aquella ducha, la chica ponía la mesa, iba a recibirlo con una cena satisfactoria y suficiente para el hambre del joven desapareciera, mientras ya llevaba minutos que el joven se había ido a bañar, a esta le preocupaba que aquel hubiera caído inconciente de nuevo, su preocupación se desvaneció cuando lo vio entrar a el comedor ya vestido y limpió, se veía simplemente impecable, pequeñas gotas de agua caían de algunos mechones de su cabello, algunas de estas caían en su cuello y recorrían su pecho hasta perderse, dejando pequeños caminos húmedos.

---Vaya te ves mejor, incluso hueles bien.- La joven no pudo evitar decir aquello mientras soltaba una debil y cálida risa.

---Ya cállate idiota.- La joven achicó sus ojos y empezó a murmurar quejas en contra de el por el mal trato, sin embargo, recordó la cena.

--- ¡Oh si! Siéntate a cenar, para que recuperes fuerzas.- El joven asintió y se sentó donde ella le indico.

---Gracias por todo.- Aquellas palabras la tomaron por sorpresa, esta lo observó detenidamente, no parecía el chico que dijera gracias y por favor.

---No es nada, provecho, espero lo disfrutes.- esta le sonrió tranquilamente para comenzar a comer en silencio.

Ambos jóvenes cenaron en silencio, no uno incomodo y molesto, sinó, uno tranquilo y placentero, la compañía que ambos se brindaban era reconfortante para ambos, una pregunta surco la mente de el azabache mientras este comía en silencio, sin embargo, la duda lo carcomía por dentro, lo que lo llevo a levantar la mirada de su comida y clavo sus verdes ojos en ella, esta sintió su mirada jade en ella por lo que levanto su mirada gris y lo observó.

---¡Hum! ¿Sucede algo?- La dulce voz de esta resonó en todo el comedor.

---¿Cuál es tu nombre?- Esta pregunta la tomo por sorpresa dándose cuenta de su grabe error.

---¡Lamento muchísimo ser tan descortés! Debí decírtelo antes, me presento, mi nombre es....-

[EDITADO]

Revelación. (Meliodas y Tú) #1[EDITANDO]Where stories live. Discover now