Capitulo 16

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Habían pasado ya un par de semanas desdé de que la joven había ingresado a trabajar en dicha taberna, era momento de viajar al Reino de Liones, la misma había sido invitada por la princesa a asistir a la premiación de los pecados por su gran ayuda contra los Caballeros Sacros.

Una pequeña luz en su oscuro camino se hizo presente, quería conocer a alguno de los mejores Caballeros Sacros, la joven sin pensarlo dos veces asintió frenéticamente, aquella parecía una dulce niña emocionada por su juguete nuevo.

Aquella avisó a sus padres que a duras penas aceptaron sus suplicas, aunque su madre le negara el volver a tocar una espada, sabia que su terquedad podía mas que cualquier otra cosa, la dulce joven se había echo gran amiga de la princesa y la gigante, aunque disfrutaba mas el tiempo a lado de la hechicera y el muñeco o con el pecado de la codicia cocinando.

Aunque este último había desparecido la mañana siguiente junto a el pecado e la pereza.

Largas horas transcurrieron en el camino al Reino de Liones, la joven se encontraba en absoluto silenció sobre el tejado de la taberna observando el azul cielo, imaginado figuras para las esponjosas nubes blancas, su oscuro secreto invadió nuevamente sus pensamientos, nublando su cordura por uns breves instantes.

De sus labios salio una melodia cuya letra desconocía aunque su mente y labios parecían conocerla al derecho y al revés, aquella bella canción nublo su mente dejándola en un oscuro limbo, perdiendo el control de su cuerpo.

Para tu amor nací~
Para tu amor me criaron~
Para ti he vivido, para ti moriré~

Su dulce cantar fue interrumpido por la presencia de una persona, específicamente un rubio que la veía detenidamente, la mente de este estaba plagada de mil dudas y confusiones, su principal presencia ahí era preguntar como sabía la letra de la canción.

—Donde...¿Te e visto antes?

—No capitán Meliodas.

—¿Segura?

—Si.

—¿Me dirás ahora si tu nombre?

—¡Oh es verdad! Que descortés lo había olvidado por completo.

—¿Y bien?

—Mi nombre es Aalis.

—¿Eh? Puedes...¿Puedes repetirlo?

—Aalis, su significado es muy bonito para mi.

—"La mujer que protege" perfecto para ti.

—¿Usted cómo?

—Eso no importa, tus padres eligieron bien, después de todo eres muy bonita.

—Gracias Capitan es usted muy amable.

La joven sin poder evitarlo, sintió una pequeña y diminuta chispa de felicidad, nunca en su corta vida le dieron algún cumplido, él era el primero en darle uno, eso mismo había alegrado su corazón.

Por otro lado estaba el príncipe demonio, su mente y corazón habían traído viejos recuerdos que creía olvidados en lo mas profundo de su ser, aquel nombre fue el que a diferencia de muchos, el le dió cuando la conoció, el creía que ella era fuerte, quizás se viera frágil pero demostraba ser fuerte y audaz, tenía que ser una vil y cruel coincidencia.

Aunque ella jamas en su pasado hubiera dicho libremente su nombre, ni siquiera a las personas mas cercanas y de confianza, era simplemente extraño y tanto el pecado de la gula y la cabra de la lujuria, parecían tener una respuesta coherente a lo que pasaba a su alrededor, algo que ni siquiera el podía ver, como si la respuesta estuviera frente a sus ojos pero el fuera simplemente ciego.

—Capitan Meliodas, ¿Usted quiere a la princesa Elizabeth no es asi?

—¿Qué?

—Ama a la princesa Elizabeth, ¿verdad?

—No podría darte una respuesta clara de mis emociones.

—Capitan usted es muy evidente.

—No decidas los sentimientos de otras personas.

—Puede que sea descortés de mi parte, pero estoy mas que segura que ya amo a alguien alguna vez.

—¿Por qué?

—Las personas que ya se enamoraron al menos una vez suelen tener un brilló diferente por ejemplo usted, Ban, la princesa, el joven King, la señorita Diane, simplemente es diferente su brilló, ustedes ya aman a alguien.

—No entiendo de que brilló hablas pero ten por seguro que yo no e amado a nadie.- El joven demonio se dispuso a darle la espalda y retirar se, su interior estaba echo un desastre con aquellas simples palabras, su voz una vez mas lo detuvo de su huida, era un cobarde de no afrontar la realidad.

—No estoy segura, ni mucho menos se que es lo que lo lleva a negar su amor a ella, quizás le engañó o mintió en algo importante, pero quizás, solo quizás ella no quisiera que las cosas fueran así.

—Ni siquiera la conoces, jamas lo haras, está muerta.

—No, no lo hare, pero estoy segura que para que usted la amara, debió tener un buen corazón.

—El mejor de todos.

—Si me permite, en nombre de ella, yo deseó que usted sea feliz capitán.

Aquéllas simples palabras desencadenaron un agudo dolor en su pecho, aquel que creía haber pasado, era como si atravesarán sus 8 corazón una y otra vez, recordándole la muerte de su amada, por primera vez en mucho tiempo una débil lágrima recorrió su mejilla, no recordaba haber llorado desde la muerte de Liz.

El derramó lágrimas por aquella caballero Sacro tras su muerte, pero ella con un par de palabras lo había roto, ni aunque hubieran pasado tres mil años el dolor no había desaparecido, los recuerdos habían vuelto, el tormento que creía extinto volvió a nacer una vez mas miles de recuerdos llegaron a su mente.

"¿Cómo debo seguir sin ti?"

[EDITADO]

Revelación. (Meliodas y Tú) #1[EDITANDO]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant