Capitulo 3

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Habían pasado ya tres días desdé que la joven decidió ayudar al extraño y este aun no despertaba, aquella se encontraba de regreso con una canasta algo pesada, había ido al pueblo mas cercano para ir a comprar carnes, algún que otro pan y cerveza, la mejor que había; pues sabia que si despertaba el joven estaría cansado, necesitaría una comida completa y saludable.

La suave brisa de esa tranquila tarde acompañaba a la dulce joven en un tranquilo vaivén, agitando levemente el vestido y cabello de esta, de sus dulces, rojos y carnosos labios salia una dulce y tranquila melodía llenando el pequeño silencio con su delicada voz, esta cantaba aquella canción con tanta fluidez haciéndola parecer como si hubiera practicado la canción durante meses, para que le saliera tan perfecta, cautivando incluso a algún que otro animalito de por ahí.

A una distancia prudente y detrás de unos arboles esta era observada, la joven no se percataba de que era vigilada, los días anteriores había ido al árbol sagrado para saludar a Drole y Gloxinia pero estos estaba tan ocupados con la Guerra que decidió no molestarlos y avisarle a Gerheade que se encontraba bien; aunque tenia curiosidad de quienes eran aquellas personas que los acompañaban en aquellas charlas tan amenas y algunas otras veces sentía que ni siquiera debería estar ahí, no pertenecía ahí, pero no podía irse dejando a el chico en la cabaña solo, esto se lo impedía.

Tras llegar a la cabaña esta entró tranquilamente, había olvidado por completó lo peligroso que podría ser su invitado, al cerrar la puerta y girar sobre su eje encontro al azabache mirándola, este no traía nada de ropa mas solo la interior, aquel parecía desorientado; sabia que lo mas seguro es que tenia insoportables dolores corporales, por un momento lo vio marearse y estar por caer, si no fuera por el echo de que ella soltó la canasta y fue a su rescate ayudándole a apoyar parte de su peso en ella.

—¿Te encuentras bien?¿Como te sientes?¿Necesitas algo?- aquella tomo por sorpresa al joven por la amabilidad de una desconocida.

—¡Tsk! ¡A ti que te importa Diosa de mierda!- Su exclamación tomo por sorpresa a la joven de ojos grises.

—¿Eh?Ya te dije que no soy una diosa, por favor cálmate y toma asiento, te comportas como un niño.- aquella lo obligo a sentarse en el sillón, de este mismo modo fue por un vaso de agua, lo mas seguro es que tendría sed tras estar inconciente tres días y ser hidratado con pequeños chorros de agua, esos no acabaría con su sed.

—Toma, lo mas seguro es que te estas muriendo de sed y hambre.- el joven se limito a ver cada uno de sus movimientos negándose a tomar el agua.

—Como se que no intentas matarme poniendo algún veneno en el agua.- La joven libero un suspiro cansino para después tomar el vaso de agua y llevarlo a sus propios labios para tomar un trago de agua.

—Lo vez no esta envenenada, si quisiera matarte lo hubiera echo en el momento en que caíste inconciente.- de este modo le entrego el vaso de cristal al contrario viendo su silencio, ella estaba en lo cierto y le daba un poco de molestia.

Aquella vio la mano temblorosa y débil del chico, por lo que decidió acercar ella misma el vaso de cristal a los labios de su acompañante invitándolo a tomar al menos un trago del vaso con agua.

—Vamos toma, ya te demostré que no esta envenenada y no pienso matarte, ni mucho menos informarle a las Diosas.- aquel a regañadientes tomo agua del vaso lentamente.

—Por cierto, te puedo pedir...bueno quería...es solo que.-No era muy buena con las palabras y aun menos cuando estaba nerviosa.

—¡Solo dilo de una maldita vez, que mierda es lo que quieres a cambio de tu estúpida amabilidad!-El pequeño grito la sorprendió haciéndola dar un pequeño salto en su lugar.

—¿Qué quiero a cambió?-Aquella estaba realmente confundida y esperaba la explicación del contrario.

—Si idiota, no sabias que si ayudas a un demonio, le puedes pedir lo que quieras, siempre y cuando este a su alcance, incluso que sea tu sirvi...-El joven se corto antes de continuar hablando, no pensaba ser sirviente de ella, primero muerto.

—Yo no quiero nada a cambió solo que desactives esa cosa y ocultes tu ¿Poder?- Aquello lo dijo tranquilamente mientras apuntaba a la marca en su frente.

—¿¡Enserio es lo único que vas a pedir, no vas a pedir dinero, joyas, no se, algo!?- aquella negó tranquilamente para dedicarle una sonrisa.

—No quiero nada, te estoy pidiendo esto por tu seguridad y la mia, si no desactivas eso te van a encontrar aquí y en estás condiciones decadentes, no podrías hacer nada, ni huir.- Tras esto la joven deja el vaso en la mesa de centro, se levanta en dirección a donde dejo la canasta y se retiró con ella a la cocina.

El joven había visto los movimientos de la joven detenidamente para despues verla desaparecer por una puerta, este hizo lo que ella pidió con su marca junto a esto desactivando su poder demoníaco; había entendió que si no lo hacía lo iban a encontrar y lo matarían, junto a una chica que era mas amable de lo que él creía, escuchó como la jovén movía cosas en aquella habitación, al parecer estaba preparando comida por el sonido de cuchillos cortando, el se limitó a tomar el agua que quedaba en el vaso de cristal, pensando que si aquella dulce joven era real y no un sueño, la mayoría de todos le temerían, ella lo hizo pero aun así lo ayudo, el simple echo de sentir que la conocía lo carcomía.

¿Qué buscaba ella?

[EDITADO]

Revelación. (Meliodas y Tú) #1[EDITANDO]Where stories live. Discover now