La pareja era consciente de que lo más sensato hubiera sido detenerse a revisar el resto de los apartamentos, pero ninguno de los dos lo sugirió y terminaron por no molestarse, apresurándose una vez más hacia las escaleras donde ya los estaban esperando.
Al final de los escalones, justo antes de llegar al pasillo de la segunda planta, estaban tres guardias. Vestían completamente de negro como los que ya habían reducido y uno de ellos se trataba de una mujer. Seokjin fue más rápido de reacción que todos los presentes y disparó sin intención de herir a nadie, sino obligarlos a que se escondieran tras las paredes dándoles el tiempo suficiente para acercarse.
Una vez que se encontraron todos al mismo nivel, el experto de los dos se encargó de actuar en esa manera tan espectacular que siempre dejaba a Namjoon con la boca abierta; se colgó el rifle a la espalda y corrió hacia los dos hombres del grupo, evitando apenas sus disparos y apoyándose en las paredes para saltar de un lado al otro y atrapar en una llave a uno de ellos. Con este haciéndole de escudo, el otro tipo no se atrevió a disparar.
Joon en cambio no tenía mucho a su favor en contra de la mujer. Lo único que lo protegía era un chaleco antibalas escondido bajo la chaqueta y una pistola que solo sabía utilizar a corta distancia, mientras que ella tenía una mirada afilada y un entrenamiento que por mucho sobrepasaba al suyo. Se sorprendió sin embargo cuando ella no intentó dispararle ni noquearlo, solo concentrándose en intentar reducirlo o aprisionarlo entre sus brazos.
Lo que esta mujer no sabía era que él tenía infinita experiencia en llaves. Tanto porque Jin había insistido en enseñarle cómo liberarse de ellas por todas esas noches en las que decidieron que querían ponerle algo de picante a sus actividades nocturnas.
Fuera cual fuera la razón detrás de su misericordia, al final jugó en su contra y terminó electrocutada con el mayor voltaje de la que su picana era capaz. Ella cayó al suelo como una muñeca de trapo y ya no volvió a moverse. A sus espaldas escuchó el golpe de un cuerpo pesado impactando contra el suelo y cuando volteó a ver, encontró que Jin había hecho lo mismo con uno de los tipos, pero el otro estaba ya alcanzando el fondo del pasillo para accionar una alarma.
El pasillo se iluminó con luces rojas y una sirena ensordecedora perturbó el silencio, obligándolos a mandarse las manos a las orejas por un momento.
Jin se giró a ver a Namjoon para intercambiar miradas de alerta y un segundo después levantó el rifle y disparó al tipo para que cayera de rodillas con un grito.
—¡Daehyun tiene que estar arriba! ¡Sigamos adelante! —gritó Seokjin entre el caos de la alarma y se apresuró a ayudar a Joon a ponerse de pie y jalarlo hacia las escaleras.
Dos tipos más habían estado aguardando arriba y el encontronazo resultó en el ex agente recibiendo más golpes en la cara y el hacker obteniendo una herida de bala en el costado, allí donde el chaleco no lo cubría; una vez que se encargaron de sus enemigos no tuvieron otra opción que resguardarse en uno de los apartamentos para considerar sus heridas.
Seokjin lo empujó sobre un sofá cubierto de polvo y sin previo aviso le abrió la el chaleco y la camisa de una manera que en otra situación lo hubiera hecho tragar con dificultad; el mayor consideró la herida por unos segundos.
—Creo que es lo suficientemente superficial para que no estés en peligro —dedujo vendándolo con lo que tenían a la mano en la mochila.
—Jin, tu rostro-
—Estoy bien. Puedo aguantar un poco más —prometió haciendo una mueca que no logró convencer al menor—. Ya casi estamos, no podemos parar ahora.
No terminó la frase cuando les llegó un extraño ruido desde el pasillo y los pisos de abajo. Por una milésima de segundo pensaron que se trataba de tambores o quizás explosiones, pero cuando los golpes se hicieron cada vez más rápidos y cercanos, la verdad se hizo evidente: eran pisadas. La alarma no había sido para alertar a Daehyun, sino para llamar a refuerzos.
Seokjin se apresuró a cerrarle el chaleco y se levantó con el rifle ya en manos. Sus ojos oscuros ahora estaban cubiertos por un velo de clara preocupación que no consiguió esconder por más que lo intentó.
—Tienes que ir a buscar a Daehyun, Joonie —instruyó caminando hasta la puerta y abriéndola. Las parpadeantes luces rojas seguían iluminando el pasillo—. Yo me encargaré del resto.
Algo demasiado intenso para ser solo desesperación o ansiedad inundó al menor, que se levantó con un quejido del sillón y se detuvo a su lado, agarrándolo de la manga de su camisa con tanta fuerza que un movimiento en falso terminaría por romperla.
—Es demasiado peligroso que te enfrentes a todos por tu cuenta —señaló suplicante. Sus dedos presionaron contra el brazo de Jin, ahí donde sabía que estaba el tatuaje tachado con una cicatriz.
Jin negó con la cabeza y sacó algo del bolsillo de sus pantalones: el teléfono prepago que compró antes del asalto.
—No estaré solo. Voy a pedir ayuda.
Ya para ese punto, con lo poco convencido que estaba que esto terminara con Seokjin vivo, Namjoon encontró que lo único que pudo pensar decir para convencerlo era tomar otro camino.
—¿Acaso no te preocupa dejarme solo con Daehyun? —insistió ahora sacudiéndolo un poco. El sonido de los pasos estaba cada vez más cerca.
Lo que pasó entonces lo dejó por un momento helado. Seokjin le soltó una de las sonrisas más genuinas que le vio en la vida, una pequeña pero tan terriblemente significativa. Podía ver cómo sus ojos se cristalizaron, pero en ellos no había nada más que absoluta seguridad y tranquilidad en su decisión. Namjoon dejó caer las manos con las que lo había estado sosteniendo, boquiabierto.
—No voy a negarte que estoy preocupado, pero no hay nadie en quien confíe más que en ti para hacer esto —declaró atrayéndolo hacia sí para pegar sus frentes—. Pase lo que pase, sé que lograrás atraparlo y que saldrás vivo de este desastre.
No le dio tiempo a quejarse ni poner excusas, Seokjin lo besó con ganas incluso cuando tenía el labio herido en una de sus comisuras, ignorando totalmente el dolor para pasarle sus sentimientos con aquel íntimo contacto. Sus labios estaban cubiertos de sangre y sudor, pero Namjoon encontró que esto no le importaba.
Su novio lo dejó ir entonces, saliendo al pasillo con su rifle en alto y la última vez que Joon lo vio, fue bajo las luces rojas, parado frente al portal de la salida de emergencias con la ropa toda manchada y la cara llena de cortes.
Se miraron por una última vez y con el volumen de los pasos creciendo hasta hacer temblar el suelo, la pareja corrió en dirección contraria a la que el otro tomó. Jin corrió escaleras abajo con la intención de alcanzar a quienes subían y Namjoon avanzó por el pasillo hacia su viejo apartamento, aquel que abandonó sin mirar atrás años atrás.
Parecía que había pasado una eternidad desde entonces.
Los disparos empezaron a sonar a corta distancia y lo hicieron saltar en su lugar, justo con la mano ya sobre el pomo de la puerta. Sintió su pulso acelerarse de nuevo hasta que pudo escucharlo en sus oídos por encima de las sirenas de la alarma y una tentación por dar la vuelta e ir tras Seokjin casi lo inunda. Pensó en las palabras de su novio antes de que se separaran y se dijo que aquel no era su papel. Que lo que a él le había tocado era quizás mucho más vital.
Joon giró el picaporte.
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Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...
Acertijo #16
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