Cap. 35 "Una Promesa"

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Harry ya esperaba en el campo de Quidditch, el sol se había ocultado y la luna se apoderaba del cielo oscuro.

El león admiraba la belleza de la noche, las estrellas tintineaban y el frío comenzaba a sentirse, sería una larga espera; pero sería paciente.

-Potter.-

El azabache volteo al escuchar su voz, la mirada esmeralda se iluminó al encontrarse con aquellos hermosos ojos grises… La luz de la luna caía sobre el rostro del rubio, Harry podía notar como sus mejillas y nariz estaban rojas por el frío.

-¿Viniste?- Sonrió el león, acercándose al de piel pálida.

Al estar lo suficientemente cerca, alcanzó el rostro del rubio envolviéndolo con sus manos cálidas, sus mejillas estaban heladas lo que indicaba que llevaba varias horas bajo el viento frío.

La serpiente no apartó al León, necesitaba sentir la calidez de su cuerpo… Lo necesitaba a él a Harry.
Él era el único que podía traspasar sus barreras, el único capaz de hacerlo sentir feliz y desdichado en un segundo. Su cabeza pedía alejarse antes de que fuera demasiado tarde, pero su corazón se negaba a dejarlo ir.

"Cuando tomes una decisión, todo dejará de doler."

¿Pero, cuál es la decisión correcta?

-Estás helado, busquemos otro lug…

Las palabras del ojiverde fueron silenciadas por los labios del rubio, quien buscaba de forma desesperada el contacto del azabache.

Harry correspondió al brusco contacto, sus labios eran demandantes; la lengua del ojigris libraba una batalla con la del pelinegro.

La intensidad del beso disminuyó, dándoles tiempo de recuperar el aliento. El león se aferró a la cintura del rubio cerrando la poca distancia que quedaba entre ellos.

La serpiente rodeó la espalda del ojiverde, sus cuerpos encajaban perfectamente…

….

Harry entró a la sala vacía seguido del rubio quien sostenía su mano.

-Siéntate.- ánimo Harry, mientras buscaba algunas velas para iluminar el salón.

El rubio odiaba estar de nuevo en ese lugar, pero sin duda era el único donde podrían hablar sin ser interrumpidos.
La serpiente se acomodo en un sillón que se encontraba al fondo, estaba nervioso… Su
decisión había sido tomada.

El león se acercó colocando las velas por un lado del rubio.

-Antes que nada, quiero pedirte una disculpa por la manera en la que te hable aquella vez.- Dijo el ojiverde tomando la mano del chico.- No fue mi intención.-

-Supongo que fue una reacción normal.- Dijo fingiendo una sonrisa.- Ver como la persona que amas está siendo lastimada, no debió ser una vista agradable.-

-¿Qué?

-Tú interés por hablar conmigo eres ese ¿no? El decirme que después de todo ella era la elegida.- El nudo en su garganta se apretaba cada vez más.- Eres un tipo demasiado amable como para terminar con esto por ti mismo.-

-Eso no es así.- Se apresuró a aclarar el ojiverde.- Malfoy, entre Ginny y yo no hay nada…

-Si es así ¿Por qué me dejaste? Aún cuando sabías que no te esperaría.- Una lágrima corrió por su mejilla.- T-tú, te fuiste con ella… Le creíste.-

-No, no es así.- El león limpió las lágrimas del rubio, le partía el corazón verlo así. Él era el único culpable de hacer llorar al rubio.

-Me pediste que confiara en ti, pero al momento de elegir nunca seré tu primera opción.- El ojigris acarició la mejilla del azabache.- Dime qué lo que pasó entre nosotros fue un error, que estabas confundido… Solo así seré capaz de soltarte.-

El león tomó la mano del rubio, llevándola hasta sus labios para dejar un beso en ella.

-No puedo hacer eso.- alzó la mirada para encontrarse con la del ojigris.-Mi único error sería dejarte ir…

-Harry.- Susurro.

-Necesitaba dejar las cosas claras con Ginny, no por ella;  si no por respeto a su familia. Actúe de la forma en la que pensé que  te estaba protegiendo… Jamás dudaría de ti, perdón por hacerte creer lo contrario.- El azabache permanecía de rodillas ante la serpiente.

El rubio atrajo al chico encerrandolo en un fuerte abrazo.-Prométeme que no me dejaras solo.-

La voz del ojigris era temblorosa, su cuerpo se relajo al sentir las manos del azabache en su espalda… Las suaves caricias que le proporcionaba le hacían pensar que todo estaría bien, que esa era la decisión correcta, elegir a Harry estaba bien.

-Lo Prometo.-

El rubio podía sentir como todo el cuerpo del León temblaba, en el silencio de aquel lugar pudo escuchar los sollozos del chico.

-¿Por qué lloras?

-Tenia miedo, creí que me odiabas y que ya nunca podría estar así contigo.- Su rostro seguía oculto en el pecho del ojigris.

Draco sonrió ante la respuesta de el león, tal parece que se sentían de la misma manera. Se apartó un poco para ver el rostro lloroso de Harry.

-Eres un idiota.-

Una vez más sus labios se unieron, los sentimientos estaban claros ya no había lugar para las dudas.

Harry tomó el control de la situación, besaba con intensidad al rubio quien tan solo se dejaba llevar. Sus manos separaron las piernas del ojigris para posicionarse entre ellas.

Hábilmente y sin dejar de besar al chico bajo la mano hasta llegar a su ya abultada erección; el rubio se sorprendió al sentir como el azabache masajeaba su entrepierna. La serpiente rompió el beso, para dejar caer su espalda sobre el respaldo del sillón… Con sus manos cubría su boca para ahogar los gemidos que amenazanban con salir.

Harry siguió su recorrido por el cuello de la serpiente, con su mano libre levantó el suéter dejando al descubierto su pálido pecho… Sus labios bajaron para explorar la nueva zona que se presentaba frente a él.

Su lengua jugaba con aquellos suaves pezones endurecidos. La idea de marcar su cuerpo era tentadora.

Con cuidado desabrocho el botón del pantalón, para después bajar el cierre.

….









Enamorado de una SerpienteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant