Cap. 3. "Rivalidad 2.0"

9.4K 1K 155
                                    

Después de varias indicaciones Snape salió del salón dejando a los chicos solos.
Draco se movió para quedar frente a Weasley quien llevaba varios minutos sin pronunciar una palabra... completamente inmóvil.

-Así que…- pronunció el rubio, haciendo que Ron saliera de su trance.- de verdad eres un inútil en pociones ¿Eh?- sonrió.

A pesar de que Ron sabía que se estaba burlando de él, no le importaba… No mientras pudiera admirar así de cerca esa sonrisa y esos bellos ojos color plata.

El rubio al notar que este no reaccionaba, volvió a hablar.- ¿Estás escuchando?

Ron solo asintió, tener a Draco tan cerca lo ponía nervioso… Tanto que deseaba poder apartar la vista, pero era imposible no quería perderse ningún detalle de su rostro. El pelirrojo realmente estaba jodido.

-Muy bien.- continuó el rubio.- Quiero que te quede claro, que esto me lo tomo muy en serio porque es mi reputación la que está en juego.- Malfoy colocó sus cosas sobre la mesa y sacó una pluma y un papel, haciendo algunas anotaciones. Ron observaba detalladamente lo que el rubio escribía.

Una vez que terminó entregó el papel y le dió indicaciones sobre lo que tenía que hacer. Era algo prácticamente sencillo, solo algo de investigación sobre los diferentes tipos de pociones y sus orígenes.

-Lo quiero para mañana.-

-¿¡Qué!? ¡Eso es imposible- soltó el pelirrojo en un grito. A lo que el rubio correspondió cubriéndose los oídos.

-Será mejor que te pongas a trabajar, nos vemos mañana después de clases en la biblioteca- Draco guardó su pluma y se dirigió a la salida.- ¡ah! Una cosa más.- se giró para ver al chico.- que esto quede entre nosotros.- y se fué.

Ron seguía sin creer su mala o mejor dicho su buena suerte, tendría la oportunidad de estar más cerca de Draco y conocer a un rubio que posiblemente pocos conozcan.
Salió animadamente, pues tenía trabajo que hacer y por alguna razón se sentía capaz de hacer cualquier cosa.

.
.
.

Harry caminaba rumbo al entrenamiento de Quidditch, en unas semanas tendrían un partido contra Ravenclaw y no podían perder.

Mientras más se acercaba al campo podía escuchar varios gritos, como si hubiera alguna discusión. Corrió para ver qué sucedía.

-¡No pueden estar aquí! - gritaba el capitán de Gryffindor, a los intrusos.

-¿Qué sucede?- preguntó Harry al llegar junto a sus compañeros.

-Sucede Potter.- el azabache prestó atención al rubio que se daba paso entre sus colegas- Que nosotros tenemos permiso de practicar a esta hora y ustedes se tienen que ir.-

-¿Qué?- Harry miró confundido a su capitán.- Pero nosotros siempre practicamos a esta hora.

-Lo sé.- el gryffindor no tenía nada más que responder.

Harry miró furioso a Draco, podía intuir que esto era obra de él. Se acercó al Slytherin tomándolo del cuello de su elegante traje y jalándole hacia él. Sus frentes casi podían tocarse, la respiración de Draco chocaba con la suya, sus ojos grises lo miraban fijamente. El pelinegro olvidó la ira en solo segundos, su mirada ahora solo se enfocaba en el rostro de su rival. En esos ojos grises que parecían atravesarlo y esos labios ligeramente abiertos...

-¿Vas a llorar Potter?- El rubio lo empujó, haciendo que Harry por poco cayera al suelo.

Ambos bandos se miraron como si quisieran iniciar una pelea. Cosa que no era conveniente para ninguna de las casas.
Así que una vez más los Gryffindor tuvieron que ceder. Se retiraron del campo molestos, ya que su práctica tendría que retrasarse una hora más.

Harry fue el último en moverse, la ira volvió cuando vió que el rubio tenía nuevamente esa sonrisa burlona en su cara. Se acercó con cuidado para no llamar la atención de los demás Slytherin ahora que habían regresado a su juego.
Inclinándose un poco para que escuchara muy bien lo que tenía que decir.

-Te juro por Merlín.- dijo con una mirada amenazante, digna de un león que acecha a su presa.- Que voy a quitar de tu lindo rostro esa estúpida sonrisa.

Los ojos del rubio brillaron ante aquella declaración de "guerra" y sin dejar de sonreír Draco le dirigió la misma mirada amenazante, pero esta era una Serpiente que no se dejaría  atrapar fácilmente. Sin decir nada le dió la espalda al pelinegro y camino al campo de entrenamiento.

Harry sabía que esa nueva "rivalidad" con Draco apenas estaba por iniciar y no estaba dispuesto a perder.

Enamorado de una SerpienteOnde histórias criam vida. Descubra agora