Cap. 4 "La serpiente huyó del León"

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Draco regresaba del entrenamiento cansado, sucio y sudoroso.

Caminaba a paso lento recorriendo aquellos pasillos casi vacíos; pronto se serviría la cena y su estómago ya exigía alimentos.

Entró a la habitación, la cual se encontraba vacía. Era raro no ver a Zabini o a Theo ahí, ya que tampoco los vio en la sala común. El rubio no le tomó importancia, busco ropa limpia y salió rumbo a las regaderas.

Antes de entrar se aseguro que no hubiera nadie, una vez hecho puso seguro a la puerta.

Camino a las duchas y comenzó a desvestirse, doblando la ropa sucia y colocándola al lado de la limpia. Abrió la regadera, el agua fría recorría su cuerpo sacándole unos suspiros, tallo su cuerpo para librarse del mal olor y del sudor, puso shampoo sobre su cabello dando suaves masajes en su cabeza, tomándose todo el tiempo del mundo. Al terminar tomó la toalla y secó su cuerpo, colocó loción y se comenzó a vestir. Iniciando por la parte baja.

Estaba por colocarse el saco, cuando un recuerdo lo golpeó. -"tu lindo rostro'' .- Draco levantó la mirada hacia el espejo frente a él. Limpió el paño y observó su reflejo… Lo que veía ahí, él lo conocía muy bien, un rostro afilado, ojos grises, piel pálida, labios delgados, cabello rubio y un buen físico. A todas luces él era un chico atractivo, no lindo.

Siguió mirando un poco más, no comprendía que parte de él era "linda". - Estúpido cuatro ojos.- dijo mientras secaba su cabello. -Los hombres no somos lindos, somos atractivos.- repetía cada vez con mayor molestia.

-"tu lindo rostro".- nuevamente ese recuerdo, y con la vista fija en el espejo lo notó…  Un tono rojizo cubría sus mejillas. El gran Draco Malfoy se había sonrojado por las palabras de Harry Potter.

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Harry caminaba con sus compañeros de entrenamiento, era tarde y tenían que tomar un baño urgente. El pelinegro fue el primero en entrar al cuarto de baño y al hacerlo lo "sintió" o mejor dicho lo "olió", ese olor fresco y dulce característico de una sola persona. Corrió a las duchas esperando encontrarlo, pero el lugar estaba vacío. -Estuvo aquí- susurró para el mismo.-

-¿Quién?- preguntó uno de los compañeros, que entró detrás de él.-

-No importa.- dijo con desánimo. -apuremonos o nos quedamos sin cenar.- 

Pronto llegaron los demás chicos y el baño se volvió demasiado ruidoso, entre bromas y risas el lugar era un caos.

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La cena estaba por servirse en el Gran Comedor, los alumnos comenzaron a llegar y a tomar asiento en sus respectivos lugares.

 Harry y Ron llegaron corriendo, encontrándose con Hermione, que estaba por entrar. Al llegar a la mesa Ron cambió de lugar, posicionándose de frente a la mesa de Slytherin, cosa que no pasó desapercibida por la castaña.

Hermione se sentó frente a él.

-¿Harry?- habló la castaña jalando la manga de su amigo, quien aún seguía de pie.-

-Los siento.- dudo un poco.- yo… me sentaré junto a Ron.- 

-Chicos ¿Se sienten bien?- pregunto preocupada la chica.- ¿Están actuando raro?-

Mencionó mirándolos fijamente.

-Estamos bien.- contestaron al unísono.-

-No te preocupes.- Harry colocó su mano sobre la de ella. La chica sonrió.

-Sí Hermione, te preocupas más que mi ma…- El pelirrojo no terminó de decir la frase, ya que su mirada se perdió en el chico que acababa de entrar.-

Malfoy el Príncipe de Slytherin, hacía acto de presencia en aquella sala, donde varios ojos curiosos podían admirar la belleza de una sangre pura. Su elegancia no tenía igual.

Y entre tantas miradas dos de ellas eran las más evidentes, ya que lo miraban descaradamente siguiendo su trayecto desde la puerta de entrada hasta su asiento. 

El rubio saludó a sus compañeros y se sentó junto a Zabini, quien se acercó para decirle algo al oído.

Los ojiverde, miraban atentos aquella acción del moreno, la cual por alguna razón no les agrado.

Cuando Blaise se alejó de Draco, este miró en dirección a la mesa de enfrente; chocando con dos miradas intensas. 

Sostuvo la mirada por unos segundos hasta que un ojiverde desvío su vista. 

Pero aún había otra mirada con un verde más intenso, que no tenía intenciones de apartarse. 

El gris y el esmeralda se conectaron en una lucha.

-"tu lindo rostro".- Draco apartó la vista bruscamente, ocultando el sonrojo que se formó en su rostro. Nuevamente el recuerdo de esas palabras hacían eco en su cabeza.

Harry sonrió victorioso… Pues a pesar  de la distancia lo vio, el sonrojo que Draco intentó ocultar.

"La Serpiente huyó del León".



 

Enamorado de una SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora