Cap. 7 "Cita, celos y amistad"

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Cada día que pasaba con el rubio le hacía sentirse más atraído a él, ya no era solo por su apariencia, si no también por la inteligencia que este poseía.

Aquella manera de explicar lo que él no era capaz de entender y la paciencia que le mostraba. 

Ron estaba decidido a conquistar a Draco, sabía que era una misión difícil, por no decir imposible. Pero algo dentro de él, le decía que tenía que intentarlo.

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-¿¡Me estás escuchando!?- Los gritos del rubio llegaban hasta la sala común.

-Te escuchó, pero deberías bajar la voz.- decía un Zabini tranquilo ante la histeria de su mejor amigo.- Si no quieres que todo Hogwarts se entere que Potter se robó tu primer beso.- Finalizó el moreno con una ligera sonrisa en su rostro.

Los colores en el rostro del rubio subieron rápidamente; su cara estaba roja completamente, aunque el moreno no pudo descifrar si era por la vergüenza o la ira. 

-Ese maldito cuatro ojos, ¿Cómo se atrevió a ponerme un dedo encima?- El ojigris bajo la voz, haciendo caso al consejo de su amigo.

-Creo que te puso algo más que "un dedo" encima.- comentó Theo, entrando a la habitación. Blaise no pudo evitar reír ante aquel atinado comentario.

-¡Ustedes par de idiotas no me están ayudando para nada!- el rubio salió de la habitación molesto y maldiciendo a todo aquel que se ponía en su camino. Rogando a Merlín, no encontrarse con Potter, porque esta vez juro que lo mataría lenta y dolorosamente.

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Draco entró a la sala de astronomía, siempre que quería estar solo y pensar venía a este lugar.

Para su mala suerte la sala estaba ocupada.

-¿Qué haces aquí?- pregunto el rubio, haciendo notar su molestia.

-M-malfoy, hola.-  sonrió el pelirrojo al notar la presencia del ojigris.- Y-yo solo vine aquí a pensar.- dijo apenado, pues la razón era precisamente el chico que estaba frente a él.

-¡Vaya hasta tu puedes pensar!- dijo con ironía.- Pero no me importa, ¡Largo! Quiero estar solo.-

Ron miraba con preocupación al rubio, quien no se veía bien. Camino a la entrada pasando junto a él, pero antes de salir tomó valor y habló.

-¿Quieres salir a tomar algo?- giro para enfrentar al rubio.- Tal vez te ayude a calmarte un poco.- Dijo decidió, si quería entrar en el panorama del chico tenía que mostrar más seguridad en sí mismo.

La serpiente analizó aquellas palabras dichas por el gryffindor, no estaba seguro si podía confiar en el mejor amigo de su "enemigo".

 ¿Y si Potter le dijo lo que pasó en el baño? 
No, no creo que le diría eso al hermano de la chica que le gusta. Además Weasley es estúpido, ya hubiera mencionado algo.

El rubio tenía una lucha interna, no confiaba en las intenciones del pelirrojo; Pero realmente necesitaba salir y calmarse. Quizás una nueva compañía fuera de sus viejos amigos le ayudaría.

-Esta bien.- soltó sin mucho afán.

Los ojos del pelirrojo se iluminaron, dejando ver una enorme sonrisa en su rostro; cosa que por alguna razón al Slytherin le pareció lindo.

-¡Genial! En una hora nos vemos en la entrada.- finalizó el ojiverde saliendo de la sala. El rubio sonrió e imitó la acción del chico.

Ron corría por los pasillos, esquivando alumnos. Estaba emocionado de tener "una cita" con Draco Malfoy… bueno aunque este no lo supiera.

Al llegar a la habitación, se encontró con Harry que se alistaba también para salir.

-Oh Ron, llegaste.- dijo el chico sonriente.- Ginny y yo iremos a Hogsmeade ¿Quieres venir? Le podemos decir a Hermione que venga también.- El pelinegro hablaba, pero no logró captar la atención del pelirrojo. Este estaba entretenido buscando algo "decente" que ponerse. 

-Lo siento Harry.- dijo mientras tomaba la ropa.- tengo una cita.- salió de la habitación dejando a un pelinegro sorprendido ante tal declaración.

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Ron y Draco regresaban de su "cita", el rubio reía antes los comentarios del ojiverde. La tarde había sido agradable, el pelirrojo se sintió soñado al caminar al lado del rubio; sonrió al recordar como todos volteaban a verlos y como el ojigris se pavoneaba ante aquellas miradas. 

Draco tenía que admitir (aunque no lo haría en voz alta) que fue divertido pasar el rato con Weasley.

Se detuvieron al llegar a las puertas del colegio.

-Llegamos.- dijo Ron triste por tener que separarse del rubio.

-Sí.- sonrió el rubio. Mirando fijamente al pelirrojo. - Bueno, nos vemos luego.- Draco giró despidiéndose del ojiverde.

-¡Espera!- Ron, tomó el brazo del rubio.- Quiero darte algo.- dijo mientras sacaba de su bolsillo un  collar del cual colgaba un pequeño dije con la forma de una serpiente color esmeralda.

El pelirrojo puso el collar en la mano del rubio.

-¿Por qué?- El rubio no comprendía la acción del chico.

-Es para agradecerte la ayuda que me has dado.- guardó silencio antes de continuar.- y por lo de esta tarde… me divertí mucho.- sus mejillas se volvieron rojizas haciendo desaparecer sus pecas.

El rubio tomó el collar y lo guardó. Sin darse cuenta que el pelirrojo aún lo sostenía de la mano.

-Puedo darte un abrazo.- pidió el León. 

-No me gustan los abrazos.- el rubio apartó su mano del chico. Pero este la volvió a tomar.

-Por favor, será rápido.- suplico, más que un león parecía un lindo gatito. El rubio suspiro y solo asintió.

Ron rodeo la espalda del Slytherin, y lo apretó a su pecho. Era un abrazo cálido y sincero, sin intenciones ocultas; más que las de poder transmitir sus sentimientos. El rubio palmeó la espalda del chico y este se separó con pesar. 

Sin decir más el ojigris, dio la vuelta y caminó adentrándose al colegio. Antes de cruzar las puertas, giró para ver al pelirrojo.

-Gracias.- Levantó la mano mostrando el collar.- No estuvo tan mal, tal vez luego lo podamos repetir.- giro y siguió su camino.

El pelirrojo no dejaba de sonreír ante las palabras del rubio.

Harry Potter miraba todo desde lejos, sintió su sangre arder cuando su mejor amigo tomó la mano del rubio. 

Quiso correr a ellos creyendo que se trataba de una pelea. Pero cuando vió que este abrazó a la serpiente un dolor agudo atravesó su corazón, impidiendo que se pudiera acercar.

Harry, se quedó ahí parado observando ese abrazo que para él parecía eterno, y sin entender que tanto tenían que decirse. 

Su corazón terminó por  romperse cuando vio al rubio dedicarle una sonrisa sincera a su mejor amigo.

Pero Harry, no era el único que miraba aquellas acciones con furia… A lo lejos se desatan abiertamente los celos de un moreno, que tendría que actuar antes de que cierto león le fuera arrebatado.






 



Enamorado de una SerpienteWhere stories live. Discover now