Buscando Tu Perdón

33

Al día siguiente Anthony se presentó frente a Elliot pidiendo su ayuda para encontrar a Ana. El jefe de Bow Street guardó silencio por varios minutos.

—¿Y bien?

—Es solo una mujer Anthony, allá fuera hay muchas como ella.—le quitó hierro al asunto.—Recuerda que acabas de pasar un escándalo, si no eres cuidadoso vivirás otro.

—¡Ella no es cualquier mujer!—esas simples palabras hicieron que Elliot recordara a David y todo su cuerpo se tensará. El amor siempre traía problemas.

—Sea como sea trataré de ayudarte, pero no te aseguro encontrarla.

Llamó a uno de sus hombres.

—Busquen a una doncella llamada Ana, de estatura promedio y cabello pelirrojo.

—¿Dónde fue vista por última vez?—preguntó el agente.

—En la residencia de los duques de York.—respondió Anthony.—Estaba junto al resto de mi servicio.

—Sean cautelosos, esta información no puede llegar a Liam Crawing.—continuó Elliot.—Revisen posadas e incluso burdeles.

—¿Burdeles?—Anthony frunció el ceño.—Conozco a Ana, ella no iría a un sitio así.

—Tu Ana quizás no, pero la mujer que la acompaña es capaz de todo.—despachó a su subordinado quien presuroso fue en busca del resto de su equipo.

—¿Mujer? ¿De qué estás hablando Elliot?

El agente se llevó una mano a la sien con cansancio.—En tu afán de siempre querer hacer las cosas a tu manera terminaste enfadando a la única mujer que no debías enfadar.

El conde apartó la mirada.

—Si te refieres a Lady Susan, yo sé que me merezco todos sus desplantes. En verdad creí que podría llegar a amarla, pero me equivoqué.

—Lástima que no estoy hablando de la linda y tierna hija de un duque, sino de la astuta y temeraria hija de una cortesana.

—¿Crystal?...Ella es mi amiga.—replicó con seguridad.—Sé que nuestra relación inició por interés, pero cuando la conocí me di cuenta de mi error. Además ahora que Bleiston por fin dejo de indagar en el pasado, uno que lamentablemente tiene a mi tío como protagonista es momento de pasar página ¿no lo crees?

Para sorpresa del conde Elliot se echó a reír.

—El hecho de que Bleiston esté tan “tranquilo” en lugar de calmarte debería causarte ansiedad.

Grinford le entregó la carta de Adrien a Glamorgan.

—¿Qué significa esto? ¿Un testimonio?

—Fue recogido hace algunos años.—se sirvió un vaso de whisky.—ese episodio de tu vida que te rehusas a recordar.

Anthony frunció el ceño.

—¿Cómo pudiste permitir que se llevarán ese reporte?

—Si leíste bien, eso fue un robo, pero lástimosamente no tengo tiempo para lidiar con el traidor que lo hizo.

—¿Por qué no?—gruñó.

—Quizás porque tengo que lidiar con otros asuntos más importantes como una guerra por ejemplo...¿Quién crees que está entrenando a todas esas pobres almas que irán al campo de batalla?

Anthony negó con la cabeza.

—¿Qué tenía ese testimonio?

—Según lo que recuerdo declaraciones de lo que sucedió la noche del incendio en Bleiston House.—Glamorgan trago con fuerza.—En la que tú asesinaste a Holdrich.