La herida que se rasgó a sí mismo en el pecho cuando intentó convencerse de que no le afectó el decirle cosas horribles y al herirlo la vez que asaltó su viejo apartamento junto a un escuadrón seguía presente, como una vieja cicatriz que nunca terminaría por desaparecer. Tanto daño innecesario pero que de alguna forma los había traído hasta entonces.

Ya casi eran tres años desde entonces y todos sus recuerdos estaban intactos en su memoria. Cómo Namjoon terminó por salvarlo de Jaeha y su rencorosa hija. Cómo lo perdonó incluso cuando no se lo merecía en lo absoluto. Toda la paciencia y el cariño con el que lo trató mientras mejoraba mentalmente y como persona. La vez que lo salvó de Jeonghan. Las historias de cómo desde muy temprana edad fue el único héroe de su hermano menor y por ende, cómo llevaba desde su niñez básicamente arriesgando la vida por los demás.

Poner todo en perspectiva solo lo enfurecía más. ¿Por qué Joon sentía que no hacía nada, cuando a fin de cuentas era quien más cosas hacía? Namjoon era el pilar de Seokjin desde hacía años; fue quien mantuvo con vida a su hermanito aunque eso le costara. Era el mejor amigo irreemplazable de Yoongi. Era aquel que ocultó su dolor y rencor por su terrible madre por el bien de su hermano, solo para que éste tuviera un vistazo a lo que era la familia que nunca tuvo.

Era ridículo cómo sobreestimaba a Seokjin por su habilidades cuando él hacía más sin tenerlas.

Abandonar el hotel había sido con intención de aclararse la mente, pero todo su razonamiento solo lo había dejado mil veces más confundido, preguntándose incluso si el problema no era él, incapaz de entender el pensamiento y los sentimientos de la persona común.

Casi tres años de terapia solo para seguir sintiéndose como un robot pretendiendo ser humano.

En vez de seguir dándole vueltas a aquello que era imposible de desenredar al momento, Seokjin se redujo a terminarse el helado en silencio y solo esperó a que de alguna manera espontánea llegara a él la iluminación, cosa bastante optimista, viniendo de él. La cosa era que tarde o temprano tendría que volver la habitación del hotel y una vez allí, no habría forma de evitar a Joon o la conversación que quedó flotando en el aire.

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Su ineptitud social sí que había terminado por arruinarlo todo.

Namjoon estaba probablemente en su milésima vuelta alrededor de la habitación en lo que se daba más y más razones para arrepentirse por todo lo que había dicho y cómo lo había dicho, pero aún más importante, lamentarse por lo que no había dicho.

Por supuesto que no quería ser como Daehyun. No tenía la más pequeña intención de convertirse en alguien tan detestable, pero en el momento que Jin lo asaltó con sus preguntas y acusaciones pareció que su mente hizo cortocircuito y nada funcionó como debía.

Quería seguir siendo un hacker, eso no lo negaba, pero no deseaba en lo más mínimo ser un criminal ni tampoco volver a sus cuestionables orígenes. Quería la oportunidad de usar sus conocimientos para algo que no terminara por reventarle en la cara o causar daño a nadie.

Ni siquiera estaba pidiendo nada complicado. Quería dejar de sentir que solo molestaba o que no coloraba lo suficiente tanto en la relación o en su vida. Tenía ganas de dejar de sentirse como el personaje secundario de una historia en la que solo existía para alentar al protagonista o ser ese interés amoroso que solo daba pena.

El problema estaba en que no tenía la más remota idea de cómo hacer todo eso sin volver a caer en aquello que ya no quería ser y que tampoco se sentía como él.

No terminó aquel pensamiento cuando la puerta se abrió muy despacio y vio a Seokjin cruzar el portal con los hombros más relajados; sus ojos no habían perdido del todo aquella chispa esperando por estallar, pero podía notar que la tensión había desaparecido de sus facciones.

Había estado tan ocupado sintiéndose el peor del mundo que no fue consciente de cuánto tiempo pasó el mayor fuera. Quizás una hora, quizás dos.

Quería decirle tantas cosas. Agarrarlo entre sus brazos o sostener su rostro de porcelana para besarlo con ganas, que entendiera que con dudas o sin ellas, siempre querría tenerlo cerca, pero en cambio Namjoon apretó el puño y le dirigió una media sonrisa sin atreverse a dar un solo paso en su dirección, dejando que fuera él quien diera el primer paso.

—No creo que sea el mejor momento para profundizar en la discusión pero —dijo Seokjin mandándose una mano a la nuca—, no quiero que nos vayamos a la cama enfadados así que, ¿quieres hablar de lo que pasó?

Un ofrecimiento de paz. Una oportunidad. Joon podría sentirse estúpido, pero...

—Sí —asintió el menor, quizás en un sollozo a medio salir—, eso me encantaría.

Tras asentir con la cabeza, Seokjin avanzó con clara incomodidad hasta la cama y se sentó en el borde, gesticulando con la mano para que Namjoon lo siguiera.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Where stories live. Discover now