Capítulo III: Bubblegum B*tch.

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Conquistar la cima requería trabajo duro, especialmente si no fuiste bendecido al nacer, brujería, simple suerte o cosas tan triviales cómo el destino, tantas posibilidades de serlo y que tu mala suerte te guíe por un camino lleno de obstáculos.

Pero también, inconscientemente, los seres humanos mas obstinados obstaculizaban su propio camino. 

Corría y corría, aun con la garganta congelada por lo temprano que era, la sed que apagaba sus cuerdas, miro el reloj de su muñeca, se detuvo un rato para tomar aire, seis de la mañana y las señoras empezaban su día regando en la entrada de sus hogares, y Masao deba una nueva gira a su casa.

Olía muy bien, siempre olía bien, se apresuro a correr al baño, no sin antes saludar a su madre que ya tenia el desayuno hecho, Masao necesitaba mínimo dos tazas de café para funcionar correctamente o terminaría durmiendo en pleno camino a la escuela, aunque sus super poderes de despertarse una parada antes o justo a tiempo eran una ventaja, no quería perderse una taza mañanera.  

Una persona pensaría que darle café a su hijo desde pequeño lo haría imperativo. Si supieran que Masao bebía café desde los 6 años quedarían en seria duda de lo que piense. Su limitado interés por las cosas lo hacían verse como un completo vago, dormía en el salón, durante el recreo y a veces ni siquiera iba asistía por quedarse a dormir en la azotea. 

Era una mañana tranquila, su madre le dio una bolsa de vitaminas para niños con sabores como las naranjas y limones, los mascaba como chicle, todos los días, su inigualable chaqueta color roja resaltaba quien era, los estudiantes a su alrededor conocían a Juicy Juice, pero no a Bushida Masao. 

Cuerpo de muñeca, rostro de modelo, no le importaba en lo absoluto su alrededor, quiere ser adorada como una divinidad, conquistar los cielos y ser la persona por la cual muchos morirían. Una actitud aplastante, dominante y exigente. 

Los masticaría y los escupiría después. 

━━¡Juicy Juice!. 

Detuvo su camino sin voltear atrás, la respiración del individuo era pesada, había corrido solo para alcanzarle entre los demás de la multitud. Solo giro unos centímetros de la cabeza, un chico no mas alto que ella, posiblemente de un grado inferior, el chico captando el mensaje por los ojos de su superior rápidamente de puso de rodillas con las manos en el suelo y la cabeza abajo. Con una voz desesperada y aterrada, conto su fatiga. 

━━¡Requiero su ayuda para que me proteja de unos matones, por favor se lo suplico!. -Las lagrimas estaban por salir, sus manos temblaban como un animal.

━━ Interesante, ¿por que supones que debo protegerte?, y mas importante, ¿que me darás a cambio?. 

━━¡Te daré lo que me pidas, pero por favor, sálveme de esos delincuentes!. 

El no cambio su suposición, incluso si fuera humillante escuchar los murmullos de los transeúntes. Ya sus ojos no podían retener las lagrimas, y cayeron desparramadas en el suelo entre hipidos y sorbidas de mocosos. 

━━ Si estás tan desesperado por ayuda, puedo dártela, pero a cambio debes ser mi mascota. Por lo menos, hasta que ya no me parezca divertido. Tu primera labor cómo mascota, es hacer mi tarea de matemáticas. -No lo dudo, es mas, ni siquiera se imagino en los problemas que se metería mas adelante, solo supo que lanzo su cuaderno de notas al chico y este lo tomo antes de que se cayera al suelo.- ━━ Apúrate, haz la en el camino y me cuentas con detalle que pasó.

━━¿No prefieres que te explique esto?. Así no tendrías problemas...

El se olvidaba de quien estaba delante suyo, con la garganta enrollada con sus cuerdas y sus huevos en la garganta sacó un lápiz y comenzó a resolver cada ejercicio, pues los oscuros y diabólicos ojos de Masao le perforaban como tijeras al papel, también, la advertencia del dulce en la boca de Masao que fue quebrado con sus dientes de un mordisco, fue cómo decirle; Y el próximo serás tú sino haces lo que diga."

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