Pròlogo.

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El olor del piso, el alcohol y el inconfundible hedor del medicamento y remedios contra la tos me hacia recordar a cuando era tan solo un bebe en hospital tras hospital, solía ser de cuidados muy meticulosos y exigentes, con comidas especificas, medicamentos cuidadosamente recetados, y remedios caseros de abuela. 

Me darán hoy de alta luego de una pequeña pelea de pandillas, si podíamos decir a un grupo de seis personas ser una pandilla. No fue nada grave, solo moretones y raspones, igualmente a mi mamá no le hará gracia cuando vea que me pegaron en la cara.

── Tienes una buena vida, vives cómodamente, y siempre regresas aquí después de una riña con esos delincuentes. ¿No te da miedo perder la vida tan joven?. -Dijo una de las enfermeras, que para mi pesar, me veía por aquí a unas tres veces por mes.  Tal vez mas pero solo para chequeo regular.

──¿Me creería si le digo que no puedo morir?. 

Suena muy estúpido decirlo en voz alta, hasta a mi me irrito. Pero, no tengo idea porque, pero siempre he sentido que tengo una suerte en particular favorable, soy la burla del universo, soy algo torpe, pero eso no me impide llevarme bien con algunas personas no necesariamente de mi misma clase.

Marginados, quiero decir. 

Tengo buenos amigos, no hablamos mucho, pero creo que soy esa clase de amistad que no te textea pero si te sientes mal va hasta que te sientas bien, no soy de salir mucho, tampoco bebo y definitivamente no puedo fumar, el consumo de drogas queda mas que descartado.

Tampoco soy alguien con una vida sexual impresionante, pero tampoco inexistente. 

No debes tener una mala vida para tomar malas decisiones, ¿saben?. Lo digo en serio cuando digo que poseo una vida tranquila, una madre que me quiere y me ama pese a ser un manojo de problemas, no soy destacable en los estudios básicos pero soy una gran excepción en otras áreas donde no es necesario saber matemáticas, incluso hago el mercado a las señoras del vecindario para ganar un dinero, estoy ahorrando para comprarme una motocicleta. 

¿Lo ven?, no es como si hubiera tenido un mal inicio, fue mi propia imprudencia que me llevo hacer otro delincuente juvenil, claro, podría cambiar siempre que hago una auto reflexión de que podría perder si sigo así. 

Pero como ven, no hago caso a las advertencias de la gente. Es como si de una forma u otra ya supiera lo que va a pasar, como un incesante deja vu. 

── De acuerdo, eso seria todo por ahora. No hace falta decir que los moretones desaparecerán por si solos, así que no te preocupes si tu rostro no se ve agraciado. 

Antes de irme, nuevamente iba a tener esa charla que siempre recibía. De como podía cambiar si buscaba ayuda profesional, que si necesitaba ayuda, si quería llamar la atención de alguien, de mis padres y eso. 

──¿Estás satisfecha con una vida promedio?.

Y me fui. 

Esa una buena pregunta, ¿necesito mentirme para abrirme camino a la vida que deseo tener?. ¿Por qué voy a conformarme con tan poco?. 

Me gusta pelear y que me hagan enojar, suena una pésima excusa para estar de malhumor la mayor parte del tiempo con quienes considero simples estorbos, pero a veces me repugna tanto aparentar que me importa mi futuro. 

Como sea, aun soy joven para pensar que hare, y de algo puedo estar de acuerdo con toda seguridad posible, de aquí, ahora, en esta ciudad a como de lugar lograre mi objetivo principal.

Seré Sukeban. 

SUKEBAN ││Tokyo Revengers ││Onde histórias criam vida. Descubra agora