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Al día siguiente Félix se despertó temprano, al girar la cabeza descubrió el rostro dormido de Jared. Cerró los ojos un segundo para concentrarse en oír su respiración sin embargo, los recuerdos del beso lo invadieron como una mala resaca y no pudo evitar mirarse así mismo. Apenas confirmó que tenía la ropa puesta suspiró de alivio, y sintió vergüenza al percatarse que el primer pensamiento que se cruzó por su mente fue que quizás había pasado algo más entre ellos.

    "¡¿Qué hice?!" —se quejó en sus adentros

    Salió con cuidado de la cama no sin antes arrepentirse de pedir el lado de la pared la noche anterior, y huyó con su ropa de calle al baño. Una vez allí se cambió la ropa, cepilló los dientes y bajó a la cocina, donde se topó con la madre de Jared.

    —Buen día, ¿también te levantas temprano? —rió.

    —Hola, buenas. A veces —Félix fingió un bostezo.

    Cuando Sally lo invitó a que tomara asiento, aceptó la sugerencia procurando ocultar la incomodidad que cosquilleaba su mente. Apenas la aludida ocupó la silla de enfrente, espió por encima de su hombro como Walter, su pareja, preparaba el desayuno. El aroma a café o el ruido de la tostadora envolvía la cocina de paredes color crema y muebles de madera barnizada.

    Regresó la atención a la madre de Jared. No pudo evitar sentirse nervioso frente ella a pesar de que poseía una pequeña sonrisa en el rostro. Siendo honesto, pocas cosas lo ponían tan nervioso como quedarse solo con los padres de un amigo mientras este dormía como un tronco.

    "Un amigo que besé."

    Cuando recordó que pasó se sintió extraño otra vez. No es que la diferencia de edad fuera mucha, era solo un año pero, ¿si Jared lo besó porque se sintió cercano a él?

    —Félix, ¿estás bien? ¿Te sientes enfermo? —Sally se incorporó de su asiento—. Te noto tenso, puedo-

    —¡Estoy bien! Es mi culpa, lo siento... —dijo rascándose la nuca.

    "Solo besé a su hijo..."

    Walter los interrumpió cuando dejó el desayuno de Sally sobre lo mesa. No tardó en traer una pava eléctrica con agua caliente, un frasco de café, sobres de té, tostadas recién hechas, manteca y mermeladas varias.

    —Creo que exageré un poco —se rió nervioso—. No quise traer más cosas pero no estoy seguro sobre que les gusta a ti y a Jared.

    —Muchas gracias —dijo Félix, avergonzado por recibir tanta atención—. Me encantan las tostadas.

     El castaño lo observó alejarse de la mesa. Al mismo tiempo, Sally clavó sus ojos él, provocando que se atragante con el té. Cuando se limpió la boca con una servilleta, ella habló:

     —Muchas gracias por ayudar a mi hijo. Si no fuera por tu sugerencia de que fuera a la terapia tal vez nunca nos habríamos acercado —confesó, dejando la taza a un lado—. Mi ex marido... es un hombre difícil, él pensó que lo traicioné con Ian, el padrino de Jared y un viejo amigo mío de la universidad. Y le llenó la cabeza a Jared con eso luego de que ganó la custodia.

    "Es como él" —pensó.

     Conjeturó que tal vez al igual que su amigo hablaba mucho cuando sentía sentimientos incómodos.

    —Eso ya quedó atrás, ¿no? Jared vivirá aquí.

    —Sí, ahora volvimos a ser una familia.

    —¿Volver? Creo que siempre lo fueron.

    Ninguno agregó nada más, los ojos de Sally se tornaron brillosos mientras sonreía. No bien regresó Walter, la conversación viajó de forma natural a tópicos más casuales.

Rompimos la tramaOnde histórias criam vida. Descubra agora