DESIRE BODY ━━ jeon jungkook

treinta y tres

desire body     capítulo treinta y tres

          SEOLHYE MIRÓ A JungKook sorprendida una vez más, sin poder que el azabache estuviera vivo, a su lado, abrazando su cuerpo desnudo mientras enterraba su rostro en su pecho y dormía profundamente.

          SeolHye no pudo dormir en toda la noche.

          Seguía sin poder creer que JungKook estuviera vivo, y también seguía sin poder procesar correctamente lo que había paso ayer con aquella persona, ente, o lo que fuera, vestida de negro y asustándola por completo.

          Todo parecía un sueño demasiado loco o bien una pesadilla que comenzaba a tomar forma en su mente.

          SeolHye temía que estuviera teniendo uno de sus ataques de psicosis y no se diera cuenta de que todo lo que estaba viviendo no era real.

          SeolHye salió de sus pensamientos cuando sintió unos labios recorrer el valle de sus pechos y luego subir a la piel de su cuello, enterrando sus dedos en el cabello de su esposo para acariciarlo después de darse cuenta de que él se había despertado.

          —Buenos días —SeolHye saludó con voz animada, como siempre, haciendo que JungKook levantara su rostro y mirara a la pelinegra a los ojos por primera vez desde que se despertó.

          El azabache no tardó en presionar sus labios contra los de la pelinegra, dejando un pequeño beso en los labios de su esposa.

          SeolHye sonrió en medio del beso y JungKook se rió cuando se separó.

          Normalmente, así solían ser las mañanas antes de que el azabache muriera, supuestamente, y todo el desastre viniera después.

          —Buenos días. —JungKook sonrió y tomó a SeolHye de la cintura, colocando a la pelinegra encima de él, sobre sus caderas, mientras se inclinaba hacia adelante para volver a besar a su esposa pero esa vez manera más profunda.

          SeolHye soltó una risita y rodeó el cuello de JungKook con sus brazos, aprisionando su torso contra el del azabache. JungKook, en cambio, rodeó la cintura de la pelinegra con sus brazos.

          —Lo siento, pero aún no puedo creer que esto sea real. —SeolHye bajó la mirada cuando rompió el beso.

          JungKook tomó la barbilla de la pelinegra e hizo que lo mirara a los ojos.

          —Estoy aquí y no pienso irme nunca, a menos que te vayas conmigo. —JungKook se rió cuando SeolHye se cubrió su rostro con sus manos, sonrojada.

          —Eso me hace recordar... ¡Tenemos que casarnos de nuevo! —SeolHye chilló emocionada y JungKook se rió ahogadamente cuando la pelinegra saltó sin querer en su regazo—. Oops, lo siento.

          JungKook le restó importancia, negando con la cabeza.

          —¿Quieres casarte de nuevo? —JungKook preguntó, interesado en la propuesta.

          —Sí. —SeolHye asintió frenéticamente—. Quiero que comencemos de nuevo; sin contratos, límites, secretos, mentiras... —La voz de la pelinegra fue apagándose y el azabache la abrazó fuertemente.

          —Me gusta esa idea, pero quiero tomarme mi tiempo contigo antes de volver a pisar un altar. —SeolHye se rió de las palabras de JungKook—. Pero... —JungKook se detuvo por un momento y SeolHye se tensó ante su mirada—, creo que deberíamos hablar de muchas cosas.

          SeolHye volvió a bajar la mirada y recordó las muchas cosas de la que JungKook se enteró mientras se hacía pasar por su propio hijo.

          JungKook sostuvo el rostro de SeolHye entre sus manos para besarla una vez más, susurrando sobre los labios de la pelinegra—: no hay nada de qué avergonzarse.

          SeolHye sonrió triste.

          —Espero que no.