DESIRE BODY ━━ jeon jungkook

dieciocho

desire body     capítulo dieciocho

          JUNGKOOK JUGÓ CON sus dedos sobre su regazo, analizando sus tatuajes. No los había vuelto a ver desde que era un joven adulto en su anterior vida; después de que se hizo cargo de su empresa decidió deshacerse de su etapa de rebeldía y se deshizo de su piercings, sus perforaciones, su cabello largo y sus tatuajes.

          Volver a tenerlo todo de nuevo era extraño.

          JungKook había llegado a la reunión que su abogado (el de su yo de 43 años) hizo con él y SeolHye, para que ambos pudieran llegar a un acuerdo donde la fortuna de su supuesto padre quedara en partes iguales.

          JungKook le dejó gran parte de su dinero a SeolHye y NaNa, pero la empresa fue algo que no pudo decidir antes de morir porque SeolHye no parecía interesada en ella hasta terminar sus estudios, y él tampoco planeaba dejársela a cualquiera, porque inicialmente también se suponía que todo lo heredaría el hijo que tendría.

          Pero que nunca tuvo.

          Pero, ahora que había reencarnado y tenía veinte años menos, él podría hacerse cargo de la empresa por mucho tiempo más. De todas formas, sabía que terminaría ganando sobre su propia fortuna.

          —Lamento llegar tarde. —JungKook levantó la mirada cuando SeolHye llegó a la oficina de su abogado de manera estrepitosa, con la respiración agitada y un poco sudorosa—. Estaba en clases de la universidad.

          JungKook recordó que SeolHye estaba en su último año de universidad antes de que muriera, por lo que en esos momentos debería de estar en sus últimas semanas de clase.

          —No importa, señora Jeon. Puede tomar asiento. —SeolHye asintió y se apresuró a sentarse en el sillón al lado de JungKook—. Supongo que sabe por qué está aquí, ¿no?

          —Por supuesto que mi hija sabe por qué está aquí, pero ella no piensa ceder ante ese impostor. —SeolHyun miró a JungKook con odio.

          El joven azabache se burló, olvidando por un momento que la madre de SeolHye estaba allí desde antes, había sido la primera en llegar.

          —¿Pueden recordarme por qué ella está aquí? —JungKook preguntó al azar, devolviéndole la mirada a SeolHyun con burla.

          —La señora Kim es la representante legal de la señora Jeon, es su obligación estar presente en cada proceso legal de su hija. —JungKook frunció su ceño.

          —¿Por qué?, ¿acaso no eras mayor de edad? —JungKook miró a SeolHye con sospecha.

          —Lo soy, pero mi condición mental no me permite independizarme de manera legal. —SeolHye se volteó a ver a JungKook con seriedad.

          —Cierra la boca, SeolHye, sabes que de eso no se habla. —SeolHyun miró mal a su hija.

          JungKook se echó hacia atrás sorprendido.

          Nunca supo que SeolHye sufriera una condición mental, como lo llamó la susodicha, y mucho menos que necesitara del permiso de SeolHyun para hacer cualquier cosa.

          Tendría que investigarlo si no quería problemas después.

          —Como sea, comencemos ya, abogado. —JungKook ordenó con dureza hacia el susodicho y SeolHye lo miró fijamente ante la acción, notando que su esposo también hacía lo mismo.

          —El señor Jeon —el abogado se detuvo—, el joven Jeon, pide el poder total de la empresa de su padre y el resto del dinero que su padre no heredó a nadie —comenzó—. Las únicas herederas de Jeon JungKook son usted, su esposa, y su ama de llaves, la señora Lee NaNa. Dado que el ADN del joven Jeon coincidió con el de su padre, tiene derecho a reclamar lo que, por ley, es suyo.

          Todos escucharon a SeolHyun bufar en su lugar ante las palabras del abogado.

          —No tengo problema con nada de lo dicho. —SeolHye se cruzó de brazos.

          —SeolHye, deja de ser tan tonta por una vez en tu vida. —SeolHyun maldijo a su hija.

          Pero la susodicha lo ignoró.

          —El señor Jeon le dejó una cantidad considerable de las acciones de su empresa, por lo que tiene derecho a formar parte de ella, señora Jeon. —El abogado miró a SeolHye.

          —Estoy segura de que su hijo hará un mejor trabajo manejando la empresa que yo. —SeolHye se limitó a responder.

          —De hecho —JungKook llamó la atención de todos—, no tendría problema con que la esposa de mi padre trabajara conmigo.

          SeolHye se volteó a ver a JungKook y éste le sonrió.

           —¿Señora Jeon? —El abogado esperó por una respuesta de SeolHye.

          SeolHyun se acercó al oído de su hija para susurrar—: más te vale que aceptes o sabes lo que te pasará, mocosa.

          JungKook miró a SeolHyun con intensidad cuando escuchó el susurro de la mujer mayor.

          —Estoy de acuerdo. —SeolHye finalmente aceptó.

          JungKook miró a SeolHye con una sonrisa.

          —Estoy seguro de que trabajar con la esposa de mi padre será toda una aventura. —SeolHye se removió incómoda ante la mirada del hijo de su esposo en ella.

          No esperó que las palabras del azabache fueran literales.