DESIRE BODY ━━ jeon jungkook

trece

desire body     capítulo trece

          NANA SOSTUVO FUERTEMENTE a SeolHye entre sus brazos, la pelinegra sollozando desconsoladamente entre sus brazos, mientras SeolHyun miraba la escena desde su lugar con desinterés.

          Frente al trío de mujeres estaba el cuerpo inerte de Jeon JungKook, acostado boca arriba en una camilla de metal con una sábana cubriendo su cuerpo, pero dejando al descubierto su rostro pálido y sin señales de vida.

          SeolHye no pudo mantener la mirada en el cuerpo de su difunto esposo por mucho tiempo sin que terminara desviando su mirada a otro lado y sintiera las lágrimas manchar su rostro, haciendo todo lo posible para retener los sollozos que querían escapar de su boca, mordiendo fuertemente sus labios.

          —¿Podríamos saber la causa de su muerte? —NaNa preguntó hacia el médico forense presente dentro de la sala.

          El médico había preferido esperar un momento antes de tener que decir los resultados de la autopsia y la causa de la muerte del gran magnate Jeon JungKook.

          —Rotura de cráneo. —El médico se tomó un momento para leer el informe en sus manos—. Múltiples contusiones y heridas por vidrios rotos.

          SeolHye cerró los ojos y abrazó a NaNa fuertemente en su lugar, ahogando sus sollozos en el pecho de la mujer mayor. SeolHyun miró la escena con recelo, bufando ante el aparente cariño que su hija parecía tenerle a la ama de llaves.

          —¿Podría dejarnos un momento a solas con él? —NaNa volvió a pedir, mirando al médico con lágrimas en sus ojos.

          El médico asintió y se fue del lugar, dejando a solas a las tres mujeres.

          SeolHye se separó de su lugar para voltearse a ver su madre, acercándose hacia ella con paso enojado para darle una bofetada en el rostro e intentar seguir golpeándola, pero NaNa la detuvo y la alejó de su madre.

          —¡Todo es tu maldita culpa! ¡¿Acaso no te bastó con el dinero que te daba mensualmente?! ¡Eres una jodida avariciosa de mierda!, ¡por tu culpa mi esposo está muerto!; ¡por tu culpa él me odió!, por tu culpa no lo volveré a ver nunca más... —SeolHye se dejó caer al suelo en su lugar, destrozada.

          SeolHyun miró con odio a su hija, arreglando su cabello y atuendo.

          —Agradece que no te maté a ti también —SeolHyun escupió y se agachó para tomar el rostro de su hija con una mano, fuertemente—, y más te vale que te haya dejado toda su fortuna o si no volverás a la miseria de donde saliste, ¿escuchaste? —SeolHyun soltó el rostro de su hija con brusquedad, saliendo de la sala después.

          SeolHye se quedó en el suelo llorando, siendo consolada por su NaNa.

           —NO ENTIENDO PORQUÉ tengo que venir a ayudarte a cavar tumbas —JiNa bufó con cansancio en su lugar, sintiendo todo su cuerpo sudado, mientras hacía a un lado su cabello.

          El padre de la susodicha se burló.

          —De ninguna manera dejaré que andes de fiesta por ahí con chicos extraños y pierdas tu tiempo. Bien que lo hiciste durante todo el año y terminaste reprobando, ahora te toca estudiar extra y trabajar. —El progenitor miró mal a su única hija.

          JiNa volvió a bufar, soltado una maldición por lo bajo mientras rodaba los ojos, para luego seguir cavando con su pala, quitando tierra del lugar.

          De todos los trabajos que su padre pudo escoger, terminó trabajando en un cementerio haciendo tumbas.

          Increíble.

          —Prefiero cuidar a los mocosos de la vieja de la vecina que seguir cavando tumbas. —JiNa se detuvo en su lugar para lanzar la pala a un lado con enojo—. Además-... —JiNa se quedó callada cuando su padre y ella escucharon un ruido venir de una de las tumbas—. ¿Escuchaste lo mismo que yo?

          El padre de la pelinegra asintió, acercándose a la tumba que había a un lado de la que estaban cavando. Era una de las recientes tumbas de un entierro que había sucedido el día anterior. Al parecer era del hijo de una familia humilde, de tan sólo 25, casi 26, años.

          Padre e hija se acercaron a la tumba con cuidado, cuando de repente vieron una mano salir de la tierra sin aviso alguna y moverse de manera frenética.

          JiNa soltó un grito y cayó hacia atrás del susto, viendo horrorizada junto a su padre como la mano pronto se convertía en un brazo, luego en una cabeza y después en un torso hasta que todo el cuerpo estuvo fuera.

          JiNa y su padre vieron incrédulos como el hombre joven cayó hacia adelante sobre sus manos, escupiendo tierra de su boca y tratando de respirar desesperadamente. El hombre pareció recuperarse y acostumbrarse a su ambiente, dejándose caer exhausto al suelo.

          Estaba sucio y completamente lleno de tierra, su cabello desordenado y lleno de nudos, su ropa sucia y asquerosa.

          —¿Qué demonios...? —El padre de JiNa miró al resucitado en shock.

          Pero su hija se acercó lentamente al hombre que salió del suelo, mirando con cuidado al mayor que parecía desorientado y miraba a todos lados como si no reconociera donde estaba.

          JiNa se sobresaltó en su lugar cuando el hombre fijó su mirada en ella, reconociendo rápidamente la mirada del hombre.

          —¿Sabes quién es? —El padre de la pelinegra se volteó a ver a su hija cuando notó que ésta pareció reconocer al hombre desconocido.

          El hombre lleno de tierra miró a todos lados antes de fijar su mirada en la joven chica frente a él.

          —Jeon JungKook —JiNa respondió y su padre la miró sorprendido—... sólo que más joven... creo.