Después del Ocaso (Gay)

3. Señores Wilde y Warthon

No quería otra mamá, no quería volver a sufrir lo que sufrí, no quería volver a creer que alguien me quería para después tratar de matarme o abandonarme. No quería volver a sufrir esa sensación.

Ante mi trauma del pasado, poco a poco las maestras y la directora dejaron de insistir o convencerme de que le diera una oportunidad a una pareja de amarme. Resignándose en que me quedaría en ese orfanato hasta que lograra ser mayor de edad.

Algo que sin duda deseaba que pasara.

***

"Hey mumma

Look at me

I'm on the way to the promised land

I'm on the highway to hell

Highway to hell

I'm on the highway to hell

Highway to hell"

Estaba sentado en uno de los bancos que estaba debajo de un gran árbol cerca de una de las canchas, mientras escuchaba esa energética canción que me daban ganas de saltar y romper algo para liberar energía.

Había descubierto que dentro de esa cajita mágica había un rectángulo pequeño que contenía realmente la música. De manera que empecé a buscar este tipo de rectángulos ya que de los que llegué a encontrar contenían música de diferentes cantantes y ritmos.

Movía la cabeza al ritmo de la canción hasta que sentí que alguien se sentó al lado de mí. Era la maestra Natalia. Me quité ese tipo diadema que iba conectada a la cajita musical.

—Así que estabas aquí.

—Lo siento, maestra ¿me buscaba?

—Sí... Es solo que allá adentro hay una pareja que busca un nuevo hijo y está divirtiéndose con todos tus compañeros. Así que quería preguntarte si no quieres jugar un poco.— Sugirió con cautela.

Me quedé un momento en silencio.

—Gracias, pero estoy bien aquí, en compañía del Sol y la naturaleza.— Hice una pausa.— De todos modos, son ellos quienes quieren unos papás, no yo.

— Sé que ya hemos hablado de esto, pero no todas las brujas son iguales. Te aseguro que hay una por ahí que sería realmente buena madre.

—Ya tuve una mamá, no quiero otra.— Contesté un poco molesto que volviera a sacar el tema.

—Lo sé, pero... ¿y si no fuera una mujer quien quisiera adoptarte?

La miré confundido.— No la entiendo, maestra.

—Verás, no todas las parejas que vienen se trata de un hombre y una mujer. También hay parejas donde los dos son hombres.

Cuando pronunció eso, abrí más mis ojos debido a la sorpresa. — ¿Es... eso cierto?

Asintió.— No miento, lo juro.

—Pero... yo nunca he visto una pareja así.

—Son raras las parejas así que vienen a adoptar, pero las hay. Tal vez, pronto veamos una pareja de ese tipo que quiera adoptarte.— Había esperanza en su voz.— ¿No te gustaría? Podrías volver a tener una familia, y sin que tengas una mamá de nuevo.

Una familia sin una mamá...

Una familia con dos padres...

Bajé la mirada y vi la cajita musical que tenía en las manos.

Jamás había pensado en algo así, por lo que me imaginé estar en una familia donde tenía dos padres, y... la idea no me desagradaba.

Aun así, deseché la idea de que una pareja así quisiera adoptarme puesto que sabía que cuando se dieran cuenta de mi afición por los objetos humanos, iban a perder el interés en mí.