— ¿Cómo...?

— Escuché que la hija del Conde Philips se hospedaba en el palacio, y hace poco me encontré con una dama, ella me dijo que había perdido a su señora y me dijo el nombre, antes de ir con usted, la mujer me aclaró quien era — explicó el rubio, dejando sorprendida a Amira.

— Debí dar lastima... — murmuró con tristeza, al ver eso Heinrey negó.

Durante el camino a la habitación Heinrey no pudo evitar sentirse cercano a la rubia, cada que ella hablaba él podía escuchar un tono similar al de su madre, no tenía pruebas, pero tampoco dudas, estaba seguro de que Amira Whitemore en realidad era Amira Lazlo.

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Amira miró con admiración a la mujer que estaba a unos metros de ella.

"Es hermosa" pensó fascinada.

Había ido a ver a su padre un rato, en ese momento iba de regreso a su habitación, pero se había topado con una linda mujer rubia de ojos verdes, esta no parecía darse cuenta de la presencia de la menor.

"Es divina, su cabello, su porte, todo" justo en ese momento la mayor la vió confundida, Amira al tener la mirada de la mujer decidió acercarse y presentarse apropiadamente.

— Usted debe ser la hija del Conde Philips — la de ojos violetas asintió ante lo dicho por la rubia mayor.

— Así es, supongo que usted es la emperatriz Navier — la rubia mayor asintió, la menor sonrió, Liliane le había descrito como era la líder del imperio — me presento formalmente, mi nombre es Amira Whitemore, un placer conocerla — dijo con una reverencia un poco mal hecha porque su brazo aún le dolía un poco.

— El placer es mío, el emperador me a informado de su situación y la de su padre, espero su pronta recuperación — Amira agradeció aquellas palabras, la emperatriz había sonado tan sincera.

Luego de esa leve plática la emperatriz se despidió y retiró, Amira sonrió emocionada y corrió a su habitación, nunca esperó conocer a la emperatriz, y al hacerlo solo pudo emocionarse, la mujer parecía ser alguien buena, sincera, y amable.

Con una sonrisa plasmada en su rostro fue a su habitación, allí la esperaba Liliane, quien tenía en su poder varios vestidos mandados por el emperador.

— Su majestad, el emperador, se toma muchas molestias con usted — opinó la castaña mientras veia deslumbrada un vestido azul rey.

— Su majestad es muy amable — opinó la rubia.

Durante esa tarde Amira estuvo midiendose cada vestido, cada que ella salía con uno nuevo su dama de compañía solo podía pensar en una cosa.

"Se perecia a una princesa"

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Amira llevó su mano a su brazo, lo toco y un leve escalofrío corrió por su cuerpo, suspiró.

"Tendré que esperar" pensó.

Unos leves picoteos en la ventana la asustó, al mirar se sorprendió al ver una hermosa ave de plumas amarillas, la reconoció al instante.

— ¡Pajarito! — exclamó, se acercó y abrió la ventana — ¿Eres como yo? — aquello confundió a la ave.

Unos toques en la puerta hizo que la ave se asustara y se fuera volando, aquello decepcionó a la rubia.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now