43 - Heridas abiertas

332 29 33
                                    




Anna, mi exnovia, la misma que un día simplemente desapareció. Esa mujer está ahora mismo parada justo frente a mí.




No necesito más que una vaga mirada para estar seguro, es sin duda ella, quien me mira fijamente desde el otro lado de la puerta.

Mi mente trata de buscar alguna justificación sencilla, algo que pueda entender. Pero no lo hay, no encuentro un por qué. ¿Qué hace ella aquí? Esto simplemente no tiene sentido. No importa cuánto la mire.

Sus cabellos rojos, aquellos finos lentes descansando en su rostro. Es exactamente la Anna que recuerdo, la misma que me abandonó hace más de 5 años.

Isabell, Sylvie, Anna y yo. Todos nos miramos en un infinitos segundos de silencio. No estoy muy seguro de que pensar en este momento. Realmente no estoy seguro de nada. Mi pecho pesa mientras doy vueltas en sinsentidos y el aire mismo se siente hecho de plomo, tanto que parece que nadie es capaz de decir una palabra

Anna está paralizada en la puerta mientras me mira fijamente. Sylvie está a un costado, algo aturdida y con una expresión de preocupación que salta entre cada uno de los presentes. Por otra parte Isabell nos mira desde lo lejos, manteniendo una cara de incertidumbre.

¿Anna dijo... "tía Isabell"? ¿Qué clase de locura es ésta?

Consigo abrir mi boca para decir lo que venga a mi mente, pero mi vieja amiga consigue sacar su voz antes que yo. Ella parece haber despabilado primero y se asegura de hacerse oír a medida que entra a la casa.

-Por favor, quiero que todos esperen un segundo.-Dice la mujer adoptando una posición pensativa. Isabell se para en el medio de todos por un momento e inmediatamente se dirige hacia mí, luego de haber sacado alguna especie de conclusión.-Tu, ven conmigo. Quiero hablarte.-Se arrima para comenzar a empujarme. Pero a medio camino detiene el paso para voltear.- Sylvie, Dulzura ¿Puedes acompañarnos un momento?-Añade. La joven la mira con duda, pero rápidamente asiente y se pone a nuestro lado.-Discúlpanos un segundo, Anna. En seguida volvemos.-Finaliza educada. Anna se ve perdida, pero igualmente asiente a las palabras de la mujer.

No decidí nada de esto, tampoco veo que quiere hacer Isabell llevándonos a mí y a Sylvie hacia otra habitación. Pero mi mente sigue en blanco, sintiendo cierta ansiedad, acompañada de algo de remordimiento y una pizca de enojo.

Unos pasos después, ambos tres estamos dentro del viejo cuarto de Sylvie, mientras Isabell permanece pensativa una vez más.

Decido abandonar tantas vueltas, para ir directo a aquellas dudas de mi cabeza.

-¿La conoces?-Pregunto incrédulo.-¿Ustedes dos se conocen?-insisto una vez más. Además de ver a Anna en la puerta, eso fue lo que más llamó mi atención.

-Solo... dame un momento.-Alza su mano contra mí, mientras sigue dando vueltas en su cabeza. Por un momento siento el impulso de ignorar toda esta idiotez y volver a la sala para encarar directo el problema, sin embargo consigo mantener la paciencia y ver qué tiene por decir mi amiga sobre esta situación.

A todo esto Sylvie se mantiene en silencio, mirándonos como si fuese sospechosa en acabar de cometer alguna travesura. Prefiriendo no resaltar, guardándose lo que tenga en mente para lo último.

Mi cabeza comienza a doler un segundo después, por lo que opto por sentarme en la cama pensando que haré con esto que sucedió. Tratando de enfriar mis ideas para mejor.

Teaching Feeling Manual para sonreírWhere stories live. Discover now