Capítulo 24.

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Me gustaría saber qué pasaba en la cabeza de Ben. Con tal de mirarle a los ojos yo sabía que él sentía algo por mí por muy pequeño que fuera. Con tal de ver su media sonrisa cuando me miraba, yo sabía que él de una manera u otra sentía por mí.
Ben no había aparecido en mi vida como si nada, yo sabía que él era una de esas personas que te marcan un antes y un después, de esas que no olvidas.
Era suficientemente fuerte como para hacer como si nada, Ben no quería nada conmigo y yo no iba a obligarle. Pero me jodía la idea de saber que no tenía los cojones suficientes como para darlo todo por mí. Le aterraba la idea de enamorarse de mí por que él mismo sabía que yo no era como todas esas chicas que invitaba a casa.
Y eso era lo que más me jodía.
Aunque muchas veces deseaba solo mirar como sonreía con la luz del Sol atravesando la ventana y os juro que no os imagináis lo increíbles que pueden llegar a ser sus ojos fundidos con los rayos del Sol.
O cuando pasaba su mano por su cabello de una manera volviéndose irresistible para cualquier chica e incluso para mí.
Yo no sabía si era lo correcto, si equivocarme era lo correcto, pero si sabía que si me tenía que equivocar, sería con él.
Muchas veces deseaba gritarle que me abrazara y quería llorar y decirle lo mucho que lo odiaba a veces.
Y sí, nadie me ponía más nerviosa que Ben.
Su manera de pensar tan diferente a la mía, su manera de actuar y hasta su manera de ser.
Éramos tan diferentes y será por eso que no quería separarme de él.
Era mi polo opuesto.
Y los polos opuestos se atraen.
El tacto de Ben apartando el pelo de mi cara hacía que lo odiara el doble. Yo no quería que él me quitara el pelo de la cara si no era para besarme.

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