Capítulo 1.

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Un infierno como sinónimo al colegio interno al que asistía. Y es irónico que diga esto ya que mis notas eran una de las mejores dentro de él. A decir verdad, era un colegio bastante estricto, con unas reglas a seguir y nadie para saltarlas. Todos los días la misma rutina, las mismas horas encerrada ahí.

Mi nombre es Cris, aunque no es tan importante saberlo ya que yo nunca lo he sido.

Internada en uno de los colegios más duros del país, y la verdad, aún no se por qué ya que yo jamás di problemas tanto en comportamiento como en notas escolares. Quizás mis padres pensaron que esto era lo mejor para mí y para mi futuro. Pues no. Están equivocados.

Estaba sentada en las escaleras cuando lo vi. Acompañado por dos policías. Chupa de cuero. Gafas de sol. Es difícil de definir la manera en la que las chicas deseaban acostarse con él tan sólo con mirarle. Masticaba un chicle entre sus dientes perfectos cuando pasó delante de mí. Le seguí completamente con la mirada hasta que entró dentro.

Estaba en clase de ética cuando la jefa de estudios me pidió que saliera fuera de clase.

- Este es Ben. - No dije nada- Necesito que le enseñes un poco este colegio y le cuentes todo sobre esta oportunidad que tiene. - Miré a Ben, que llevaba mirándome fijamente. Odiaba que me mirara así, era intimidante.

Tenía unos ojos marrones preciosos o quizás era mi obsesión con los chicos de ojos oscuros. Ben era ese tipo de chico con el que todas las chicas sueñan. Sus pectorales quedaban marcados en su camiseta básica blanca. Y los músculos de sus brazos se unían a la Chupa.

Caminamos sin decir ni una palabra cuando, de repente, un chico se coló por la ventana.

- ¿Qué cojones es esto? - Grité colocando mi mano en mi pecho.

Se escucharon unos pasos, Ben me cogió de la mano y nos metimos en el baño de las chicas.

- ¿Quién es ese? - Me atreví a preguntarle-.

- Es un colega, la va a liar. Es el amo en informática y por lo que veo, hasta las puertas de los baños se manejan con un jodido ordenador. - Dijo tocando la puerta-.

- ¿Y para qué me metes aquí?

- Creí escuchar los tacones de la tía esa, si nos veía con él nos pillarían.

- ¿Qué va a hacer?

- Reírse un poco, ya sabes. Esto es una puta cárcel, se las voy a pagar tanto a los amargados de aquí como a mis padres.

- A mí no me metas en follones, eh.

- Ya estás dentro.

De repente se oyó una voz desde los altavoces en todo el baño.

- No llevas ni un día aquí y ya tienes a una tía en el baño. - Bromeó su "colega" y reí irónicamente seguida de una cara de asco monumental. - ¿Te acuerdas de cuando me jodiste el traje de mi tío con la estúpida broma? Aquí va la mía.

La cara de Ben cambió por completo.

- ¿Qué dices, tío?

De repente las puertas se cerraron y la temperatura empezó a subir.

- Tío, Nash, no tiene gracia. - Dijo Ben comprobando el termostato.

Tardó unos 15 minutos para que empezáramos a sudar. Ben se quitó la Chupa y por su frente caían gotas de sudor. Yo me recogí el pelo y me quité la chaqueta del uniforme. No nos dijimos nada. Sólo nos mirábamos.

Cuando pensé que no había nada peor, empezó a sonar esa estúpida música que ponen en las bodas. Esa música de "amor y pasión" con una letra sin sentido.

Pero joder.

De repente Ben se quitó la camiseta e intentó quitarse los pantalones cuando le interrumpí.

- ¿Qué haces? - Le grité-

- ¡Me estoy muriendo de calor, voy a ducharme!

- De ahí sale música, digo, agua caliente y vas a tener más música, joder, digo, calor.

Era una de esas situaciones embarazosas en las que te gustaría quedarte un poco más.

De repente Ben llegó y me plantó un beso en la boca sin apenas conocerme de nada.

- ¿QUÉ HACES? - Le chillé fingiendo que no me había gustado aquel beso-.

- No sé, me apetecía. Eres guapa.

- Y tú un gilipollas.

- No eres fácil por lo que veo, ¿una niña bien?

- No me conoces de nada ni como para besarme ni tampoco para saber si soy fácil o no.

- Siéntete privilegiada, no beso a cualquiera.

- No quería que lo hicieras. -Mentí y me quité la camiseta cuando entró el director del colegio en el peor momento.

Música romántica. La puerta cerrada y el termostato por los aires. Ben en ropa interior y yo sin camiseta. Sudando. ¿Qué iban a pensar?

- Señor Director, le juro que no ha pasado nada, yo le puedo explicar. - Me interrumpió.

- ¡Esto es más vergonzoso para usted que para mí, señorita! ¿Y usted? - Señaló a Ben que parecía realmente tranquilo. - ¿No va a decir nada?

- Solo puedo decir que pasaron tantas cosas ahí dentro, se veía como una diosa...- Empezó a mentir y solo por joderme a mí.

- ¡Cállase, joven! ¡Cállese! Castigados los dos, limpiaréis los baños durante un mes.

- ¿Un mes para repetir esto?

- ¡EN BAÑOS DISTINTOS! - Le gritó a Ben que sonreía.

- ¿Tú estás enfermo? - Le dije saliendo por la puerta.

- Te hubiera gustado que hubiera pasado algo más que un beso, no te hagas la dura.

- No me lo hago, lo soy. Y no vuelvas a tocar.

- No lo pienso hacer.

- Te odio.

¡TE ODIO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora