Seokjin fue el más rápido de los dos, señalando un cuadrado con un pequeño dibujo de rayo en el medio. La copia de Jin era bastante decente, a pesar de estar hecha a mano.
—Electricidad. Debe ser un edificio importante, ¿no?
—Asumo que es alguna especie de sala o cobertizo donde tienen el generador de energía y otras cuestiones eléctricas peligrosas —Joon asintió con la cabeza, siguiendo fácilmente la línea de pensamiento de su novio.
—Entonces es una buena apuesta. Sígueme.
Estando a medio camino, cuando la casucha en cuestión estuvo a la vista, Jin sacó una pistola que había tenido escondida entre la ropa, pero ni siquiera intentó darle una a Joon; cuando se estaban preparando en el hotel pensó que le entregaría un arma también, al menos para que pudiera amenazar a alguien de ser necesario, pero con cierta decepción y alivio lo vio guardarse como tres para él solo.
—Uhm, Jinnie...
Antes de poder arrepentirse o acobardarse, Namjoon lo agarró de la chaqueta desde atrás y lo detuvo, llamándolo en un susurro que en aquel silencio pareció un grito. El mayor se hincó al instante y se giró despacio con una pequeña sonrisa esbozada en sus labios.
—¿Sí, Joonie?
—Yo... ¿puedes darme una de tus pistolas?
Jin pareció no creerse lo que escuchaba.
—¿Qué? —soltó, con un poco más de agresividad de la que pretendía.
—Que si puedes darme una pistola.
Extrañado como si Namjoon lo hubiera golpeado en la cara, el ex agente sacó de entre su ropa un revólver y, con extremo cuidado y casi como si se esperara que Joon se arrepintiera o le dijera que estaba bromeando, se lo pasó y no dejó de mirarlo hasta que la sostuvo con firmeza en una mano, tal y como le había enseñado a hacer ya tiempo atrás.
Namjoon nunca había pedido o querido armas. Las pocas veces que le enseñó a disparar o que intentó forzar una en su mano el hacker se mostró bastante preocupado, aceptando el arma como si de una bomba a punto de estallar se tratara. Siguió avanzando en silencio y ya no se volteó a ver al menor, pero Seokjin no pudo sacudirse de encima la sensación de que algo no estaba bien.
El cobertizo era como una mini casita que, al menos viéndola desde afuera, consistía de un solo cuarto. Tenía algunas ventanas pequeñas a los lados, pero cuando intentaron mirar hacia el interior se tomaron con que todas estaban cubiertas por un oscuro polarizado, haciendo imposible vislumbrar lo que los esperaba dentro.
Luego de intentar en vano espiar el interior, volvieron a reencontrarse frente al cobertizo y se fijaron, bajo la luz de la linterna, que la cadena y el candado que estaba destinado a mantener a estudiantes o intrusos fuera estaba colgando inútilmente de la puerta, claramente cortada anteriormente por alguien más.
Sin hacer más que mirarse para ponerse de acuerdo en qué hacer, Namjoon abrió la puerta y la empujó, dando espacio para que Jin pueda entrar primero, pistola en alto.
Joon imitó el gesto con su mano derecha, pero con la otra levantó la linterna del móvil y la apuntó en todas direcciones solo para comprobar que, efectivamente, el cuarto estaba totalmente vacío. Lo único que podían ver dentro era el generador y un montón de cables de distintos grosores (gruesos como un brazo y finos como un dedo) que parecían ingresar bajo tierra hacia distintos puntos del terreno.
En una esquina alguien había dejado un cortacésped y otras herramientas de jardinería y limpieza, aunque parecía haber sido sin mucho cuidado, pues las escobas estaban tumbadas. Además de todo eso, no había ni rastro de alguna persona.
Lo único que parecía fuera de lugar en aquel espacio tan reducido era una laptop colocada sobre el generador. Joon fue el primero en acercarse a ella casi como imantado, encontrando al instante una pequeña nota pegada en la tapa que ponía su nombre escrito claramente en hangul, descartando así cualquier posibilidad de que alguien del lugar la hubiera dejado allí.
Aunque Jin no bajó su arma, Joon guardó la suya bajo la pretina de sus pantalones a su espalda y abrió el aparato, retrocediendo un poco con un ojo cerrado al ser cegado por la luz de la pantalla que se encendió automáticamente. Un video se reprodujo entonces, mostrando el rostro de a quien habían venido a buscar.
—Entiendo perfectamente si ya están hartos de los jueguitos y que siempre los dirija a lugares donde claramente no estoy, pero me siento igual y prometo que para la próxima no será así —dijo Daehyun pretendiendo falsa empatía con una mano en el pecho. La fachada no le duró mucho, pues pronto esbozó una de sus sonrisas comemierda—. No pude evitar notar tu entusiasmo en estas dos últimas ocasiones, Namjoon.
»Te has esforzado con los últimos códigos y algo me dice que el corazón no quiere lo que la cabeza dicta —señaló el hacker inclinándose hacia atrás en su asiento. La cámara se desenfocó y enfocó—. Por eso, mi decepción ya no es tanta. Tengo esperanza.
Más palabrería manipuladora, pensó Jin rodando los ojos, pero un suspiro de parte de su pareja lo hizo desestabilizarse lo suficiente para mirarlo en shock; el rostro de Namjoon, iluminado por la luz del monitor, estaba pintado de un alivio sutil pero al mismo tiempo evidente.
—El siguiente código los esperará tan pronto lleguen al hotel y, aunque no deseo ser atrapado, espero verlos pronto en persona —prometió Daehyun volviendo a acercarse a la cámara como con complicidad—. Eso es todo por ahora. Gracias por seguirme el juego hasta ahora. Adiós, chicos.
Otra sonrisa más y con aquella despedida que sonaba a una que se esperarían de un viejo amigo y no de un hacker fastidioso como él, la laptop se apagó por sí sola y Namjoon la cerró de golpe, el ruido del impacto sonando como un chasquido en medio del silencio del cobertizo.
—Dios, al fin vamos a atraparlo —murmuró Joon tratando ocultar su emoción sin conseguirlo. Quizás aunque lo hubiera hecho, Jin no habría caído en su acto—. Ya no se nos escapará.
Soltando el aire que venía conteniendo desde hacía un momento, Joon se giró hacia la puerta y empezó a abandonar el cobertizo, solo para ser detenido por Seokjin, agarrándolo de la mano con quizás más fuerza de la necesaria.
—No le di mucha importancia a lo que dijo Daehyun de que notó tu entusiasmo, porque creo que él es un estúpido comemierda —empezó Jin con una mueca en sus labios carnosos—, pero no pude evitar notar lo aliviado que te mostraste cuando dijo que ya no estaba decepcionado de ti y todo ese asunto del corazón versus la mente.
Ja. Ahora sí estaba en problemas.
—No tengo ganas de tonterías, Namjoon, así que sé honesto conmigo: ¿acaso mentiste cuando dijiste que ya no tenías intenciones de ser como él? ¿Qué no querías volver a ese mundo? —interrogó el mayor de una manera que hizo sentir al hacker como si estuviera frente a un juez.
—Jin, uh, no- no es como-
—¿Por qué diablos has estado actuando tan raro últimamente? ¿Acaso tiene que ver con esto? ¿O hay algo más que escondes?
Sabía perfectamente que ya lo había atrapado y que no podía simplemente sacudir el tema de encima y el nudo en su garganta pareció crecer mientras miraba el rostro indignado y herido de Seokjin. Incluso en la oscuridad profunda en la que estaban le parecía que sus ojos habían adquirido un color rojo y las lágrimas parecían acumulársele bajo éstos.
¿Cómo podía hablar o decirle la verdad cuando se veía así? ¿Tan traicionado?
Después de mucho pelear contra lo que parecía taponar su garganta, Namjoon abrió la boca para intentar empezar su explicación pero antes de que su voz pudiera salir y formarse en una palabra, un sonido de pasos se acercó no muy a lo lejos, así que no tuvieron más que olvidarse de la discusión para salir corriendo, dejando todo en el aire entre ellos.
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Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...
Acertijo #11
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