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"Lo que se encuentra detrás de nosotros y lo que se encuentra ante nosotros son asuntos pequeños en comparación con lo que se encuentra dentro de nosotros."Ralph Waldo Emerson

Un leve sonido a arpa junto con el golpeteo de un kultrún resonaba en su cabeza. Era lento y pausado pero lo mismo le hacía danzar suavemente por los pasillos de esa pequeña biblioteca. En cada paso parecía que se elevaba entre las estanterías. El aroma a los libros la hechizaba con cada movimiento y las mesas eran espectadores de ese sistemático silencio.

Caminaba y giraba como una bailarina de ballet. Brazos estirados y caricias al cuerpo continuaban en sus inquietos y desestructurados movimientos. Paseaba por las estanterías buscando algún libro con una historia que la lleve a volar y desmorone sus pensamientos. En cada pisada era avasallada por la melodía de su cabeza.

— ¡Céline! — llamó alegre Harry interrumpiendo su ensoñación. — Mira lo que encontró Lou — dijo el muchacho sentado en el suelo mientras sostenía un libro.

Ella se acercó y agachándose miró la página que se le presentaba. Era una imagen sobre una escultura de mujer al desnudo pintada con diferentes gamas de grises encontrándose en el medio del mar. Kópakonan se titulaba en lo alto de la página.

— Dice que en la Víspera de los Tres Reyes, durante la noche vas a encontrar personas salidas del agua bailando y danzando sin fin hasta las luces del alba — explicó Louis que estaba sentado al lado de su pareja.

— ¿En dónde? — preguntó interesada en la historia.

— Es un mito... — murmuró Harry revisando el libro. — Dice por acá... de un pueblo en Kalsoy.

La joven se sentó en la mesa donde Aruna dibujaba. Apoyo los libros que eligió y empezó a leer. Algunas de las portadas eran con dibujos a acuarela y otras vacías con solo el título en su tapa. Pero su contenido contaba hechos con los que se sentía identificada, que le recordaba el ayer.

La melodía del arpa volvió a sonar en su cabeza dándole vida al personaje del libro. Rodopis salió de las páginas, sonriendo dulcemente mientras sentía la música. Absorta del instrumento comenzó a bailar alrededor de Céline. Nuestro personaje, conmocionada pero divertida por la situación la siguió, y se dejó llevar con los movimientos. Para su sorpresa un águila con su fulgor salió también del libro volando por toda la biblioteca.

La chica se sentía emocionada y confundida ante tal situación así que buscó otro libro expectante de que algo suceda. Y la decepción no llegó, de ahí salió Ye Xian con su encanto delicado y culto. Ella permanecía sentada escribiendo un poema con su preciosa escritura del que no pudo entender Céline. Junto con ella salió un anciano de larga barba blanca en una luz esplendorosa.

Estaba tan metida en la magia de la ensoñación que se asustó al escuchar el llamado de Shaira, quien estaba hablando con el bibliotecario.

— Céline, vamos a comer algo.

— Sí. ¿Puedo llevarme algún libro? — preguntó desorientada.

— ¡Yo quiero seguir pintando! — exclamó Aruna acomodando sus cosas.

Con mala cara Shaira compró los dibujos que pintaba Aruna y con un plazo determinado Céline sacó tres libros.

— Este libro deberíamos leer juntas — dijo la más joven a su compañera animada mientras salían del lugar.

— No suena divertido.

— Pero lo podemos pasar bien — dijo con una sonrisa risueña.

— No muy convencida — dijo molestando.

Cenicienta, después del punto finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora