Epílogo:

691 66 5
                                    

Max...

Era un fin de semana común, el sol brillaba y los rayos de luz se reflejaban sobre el cabello de Emmy, sus ojos brillaban, era muy feliz. Habíamos venido al parque a caminar mientras que Tom y Angelina traían a sus mellizos Emma y Emiliano a jugar junto con los hijos de Jason y Tania, la mayor Gemma y el menor aún en brazos Jason que era una monada. La primera vez que vi a mis nietos abrir los ojos fue como descubrir una nueva forma de amar, sus manitas extenderse a mí y mi hijo llorar de felicidad mientras le repetía a Angelina que la amaba me hizo saber que todo absolutamente todo había valido la pena y que había hecho un gran trabajo educando a Tom. 

Por otra parte Will y Franck también ya son abuelos pues Jack se había casado con una modelo Francesa Fleur y después de mucho considerarlo ahora tienen a un pequeño llamado Stephan. Pero por ahora se encontraban viviendo en su casa de Londres. El pequeño Liam sigue siendo un dolor de cabeza y ahora ellos están vacacionando en China, esperando que el niño pueda empaparse un poco de diferentes culturas.

-Max, ¿ves eso?

-¿Que exactamente?

-Todo... nuestro hijos y nietos. Todo eso lo hicimos posible, con ayuda lo hemos logrado.

-Lo sé, lo mejor que pude haber hecho fué asustarte con ese portazo el día que te conocí, sin ti nada de esto habría sido posible. Sin ti no sería quien soy, todo te lo debo a ti -se sonroja, toma mi mano con suavidad y acaricia el dorso.

-Gracias por haber entrado a mi vida -se acerca y me besa.

-El sabor de tus labios son como los buenos vinos, cuando más viejo me pongo más dulces son y mi amor como como estar en una rueda de la fortuna, a veces es tan alto que siento que moriré ya a veces es tranquilo pero jamás toca el suelo.

-Ahora solo queda ver a Ília ser feliz plenamente, ya ha pasado dos años y medio desde lo de Londres -dice mientras observa nuestro hijo menor jugar con sus sobrinos.

-Yo lo veo bien, creo que hicimos un gran trabajo con él.

-Te dije que ella era la indicada Max.

-No molestes ahora conciencia.

-¡Bruce Maxíliam! -un grito nos hace voltear para ver la dueña de aquella voz aunque sepamos claramente de quien es, Franck. Nuestro pequeño queda perplejo al verla pero después de un rato sonríe, y corre a ella para abrazarla y besarla. Podía ver la felicidad en sus rostros.

-Creo que ya era hora que estuvieran juntos cariño ¿recuerdas cuando Franck nos dijo que se casaría con Ília?

-Como si fuera ayer, tenían cuatro años, quien diría que tardarían mucho en siquiera aceptar que se amaban. Espero que recuerde que dijo que tendrían cuatro hijos. Creo que aún conservo el video, quiero tener más nietos.

-Nuestro hijo por fin logrará plantar su árbol junto al de tus padres, el nuestro y de Tom. Creo que ahora estoy lista para irme de éste mundo, estoy segura que mi papá ha de querer saber como estamos y quiero decirle lo feliz que fuí contigo gracias a él y lo magníficos que son mis hijos y nietos.

-No vuelvas a decir eso, le debo mucho al suegro pero que espere un poco más. ¿Qué haré yo sin ti? yo no soy nada si no te tengo conmigo, eres el sol de mis mañanas, el ocaso de mis atardeceres y la luna de mis noches. Tu eres la vida sobre mi muerte. Si tu te vas yo iré tras de ti y eso no lo voy a discutir. Así que no te vallas a ir a ninguna parte que aún quiero ver a mi hijo casarse, tener hijos, cargar a mis nietos, quiero verlos enamorarse y contarles una y mil veces como me enamoré de ti además no te puedes ir sin conocer a los nietos que estarán por llegar.

-Tranquilo que no iré a ningún lado sin ti, no importa que halla compartido la vida contigo también quiero estar contigo después de mi muerte. 

Le doy un tierno beso en la frente  sujeto su mano, nos dedicamos a ver aquella conmovedora imagen de nuestros hijos y nietos compartiendo y riendo. Por fin lo tenía todo, pero siempre lo tuve todo, con ella siempre sentí tenerlo todo pero siempre me sorprende lo que junto a aquella mujer dueña de gran parte de mi amor puedo obtener sin siquiera pedirlo, agradezco haber sido un tonto en álgebra.

-Te amo Emmy.

-Yo también te amo Max.

Miro nuestras manos entrelazadas, estaban ligeramente arrugadas y más delgadas, sus dedos ostentaban muchos anillos por nuestras bodas y otro por nuestro aniversario de plata que se agregó. Sentí nostalgia y felicidad al ver sus manos, beso sus dorsos con aún ligeras cicatrices, y ella me sonríe, aquellas son las manos que quiero sujetar por muchos años más y verlas arrugarse reflejando los años que fui feliz junto a ella y los  que seré, quiero ver sus ojos brillar con arrugas en sus sienes, su piel volverse más suave y delicada, sus cabellos tornarse blancos y verla usar gafas por la edad, quiero ver eso y vivirlo junto a ella. Voy a verlo y vivirlo con ella, de eso estoy seguro.

FIN.

Estúpido prodigio #IIIWhere stories live. Discover now