Capítulo 25

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Todo el día la pasamos de un lado al otro, ella me tuvo de tienda en tienda y de restaurante en restaurante solo probando toda la comida posible, creo que tendremos indigestión, estuvimos en la playa y ahora estoy de lo más casado bebiendo un tequila mirándola bailar.

Viene hasta mí y me mira fijamente... ¿es extraño que vea que sus ojos son hermosos? Sus ojos...una profundidad abismal en ellos se hallaba, era aquel laberinto en el que me perdí, el calabozo al que voluntariamente me sometí, ese matiz de colores en el que me reflejé  y posteriormente hipnotizado quedé; son los que con muchas veces soñé y me sentí morir, cavaba mi propia tumba... pero en ese instante desperté a mi realidad, todo había sido un sueño porque al despertar mi realidad era distinta. Franck... tus ojos jamás me mirarían a mí.

-¿Qué te pasa? -pregunta cuando por fin se cansa de bailar y se acerca a beber su trago.

-Nada -le digo arrebatando su trago y bebiéndomelo.

-¡Oye!

-Hoy planeo beber, te toca cuidarme, siempre soy yo el que te cuida, hoy necesito beber así que te dejo el paquete de cuidarme a ti.

-¿Quien dice que tu lo necesitas mas que yo? Jason me llamó y me hizo un millón de preguntas porque cuando llamó al hotel le dijeron que estábamos en la suite lunamielera.

-¿A si? pues yo discutí con Summer antes de venir y no le he llamado, cuando llegue no tendré novia y posiblemente un ojo morado.

-Tu ganas, bebe todo lo que quieras.

Ella me dejó su trago, pedí la botella de tequila y caballito tras caballito hasta que sentí que dejé de sentir el ardor de la garganta convirtiéndose en algo placentero, mis culpas y remordimientos se desvanecieron uno por uno, en mi mundo Summer dejó de existir, todo dejó de ser parte de mí, hasta que ví a un chico ofrecerle un trago a Franck, y fué cuando dejé a botella de lado e intervine.

-¡Oye! ¿Qué te traes con mi chica?

-No te metas borracho- el tipo moreno, menos lato que yo pero más musculoso se preparaba para golpearme pero Franck se metió antes de que lo lograra.

-Gracias -le arrebata el trago y de un sorbo se lo bebe- pero como ya verás, mi chico se está cayendo de ebrio, una disculpa y gracias por el trago, puedes quedarte con el resto de la botella del tequila.

-¡Oye mi incondicional amiga!- la botella.

-Déjala, te compraré una después pero aún quiero que conserves tus ojos intactos.

-Vale -la vista se me comenzaba nublar, mi  tolerancia al alcohol me estaba fallando, pero no era suficiente mi estado de ebriedad como para vomitar.

-Creo que esa bebida se me subió -dijo Franck.

-Te dije que no bebieras ¡ese era mi trabajo!

-Bien.

 -Te ves gracioso cuando te emborrachas. 

-¿Me veo lindo?

-Extrañamente sí, es gracioso escucharte hablar y ver tus piernas como gelatina.

-Mis piernas no están como gelatina por eso.

-¿Entonces porqué?

-Están como gelatina porque la chica que me gusta me está sujetando de la cintura y me lleva a la suite lunamielera.

-¿De que hablas? -dice al mismo tiempo que me deja caer en la cama y me quita los zapatos.

-¿Es que no te lo dije Franck?- río de mi mismo -obvio no te lo dije, no tengo valor para eso, porque sé que tu me mandarías al carajo y porque tengo a Summer y porque también está Jason.

-Estás borracho, no sabes de lo que hablas.

-Estoy ebrio pero soy consciente de lo que digo. ¿Quieres que te cuente un secreto? 

-Cuéntame -me siento al borde de la cama y sujeto sus manos entrelazando sus dedos con los míos.

-Estoy enamorado, pero no de Summer.

-¿Qué?

-Al principio creí que solo eran celos de niñato inmaduro, de hermano que no quiere compartir la atención y el cariño de su otra mitad...  pero me di cuenta de que quería que fueras mi otra mitad, que no quería compartir nada que fuera tuyo, quería gritarte que para mi no eras un ser sin sexo que para mí eras una mujer, que yo también quería ser un hombre ante tus ojos... pero tu poco a poco me hiciste comprender que yo no tenía ni la más remota posibilidad de que me amaras de la forma en que yo lo hago.

-Eres un tarado, para mí tú también eres un hombre.

Sus labios se juntaron con los míos pero interrumpo.

-Franck.

-¿Si?

-No le digas a Franck que te dije que la amo.

-Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo-dice con una ligera sonrisa.

-Gracias -ésta vez yo me acerco y la atraigo a mí.

Estúpido prodigio #IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora