Capitulo 24:

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Estoy parado frente a una puerta... una puerta que conozco muy bien, una que no puedo olvidar, que está presente en cada una de mis pesadillas pero que jamás se abre. Todos saben que hay detrás de aquella puerta pero por recomendación de los psiquiatras no deben decirnos, es algo que nuestra mente reprimió a propósito y decirnos nos acarreará un colapso emocional, ya bastante medicación tuvimos para controlar nuestras pesadillas y la claustrofobia como para decaer, la mente es perfecta, ella sabrá cuando estará lista para permitirnos ver lo que hay detrás de aquello que tanto tiempo nos ha atormentado. 

Tomo la manija, mi mano es pequeña llena de raspones y sangre seca, me miro y tengo una playera sucia de Scooby-doo,  pantalones cortos, y unos tenis sucios. Soy yo... sigo siendo yo pero más pequeño. 

-¡Ília, diles que me suelten! 

Franck

-¡SUELTENLA! ¡NO LA TOQUEN, HARÉ LO QUE SEA!- La puerta se abre la luz me deslumbra, cierro los ojos involuntariamente tratando de adaptarme a la luz.

-¡NO! -siento algo aferrarse a mí sus ojos llorosos me miran... es Francky que amortiguó con su pequeño cuerpo un golpe que iba hacia mí. 

-Cierra los ojos- me susurra y por una razón hago caso a lo que me pide, me empujan y abro los ojos de golpe, la puerta se cierra y yo corro a ella para tratar de abrirla.

-¡Franck!- escucho su llanto y las risas de los enfermos que nos tenían cautivos -¡FRANCESCA!

-¡BRUCE DESPIERTA! -su voz me trae de vuelta a la realidad, es Franck quien me mira fijamente sujetando mi rostro con ambas manos y ojos vidriosos -¿Qué viste? 

-¿Qué? -me sentía mareado.

-¡Dime lo que viste! 

-Tú, tu me protegiste... te pusiste en medio y te golpearon a ti, ¿porqué hiciste eso? 

-Ya te habían golpeado lo suficiente, estabas muy mal herido y no habías tomado tu medicamento. 

-Pero te oía gritar yo no podía con eso -mis manos tiemblan y Franck me mira fijamente preocupada.

-¿Estás bien? ¿Necesitas medicamento? Vamos al médico- comienza a pararse pero la jalo de vuelta a mí y la abrazo. 

-Solo quiero quedarme así, la pesadilla era tan real que necesito convencerme de que ya no es real y que ahora estoy aquí, que logramos salir y que tu sigues conmigo... que eres real -la aprieto y ella también me envuelve con sus brazos.

-Yo también lo sentía pero eras tu quien me daba la certeza de que solo eran pesadillas. Duerme ni siquiera ha salido el sol.

-No puedo, ¿caminamos? -asiente.

Detrás del hotel estaba el mar, tomados de la mano con los pies descalzos sintiendo la arena en nuestros pies y el ruido de las olas del mar comencé a tranquilizarme y cuando los primeros rayos del sol se asomaban pintando de colores el cielo mi sonrisa volvió a mí.

-No hay nada con lo que yo no pueda si es contigo a mi lado -le digo a Franck, ella me mira y sonríe. 

-No hay nada que nosotros no podamos lograr juntos.

-No hay pesadilla de la que yo no pueda volver si es tu voz la que me trae de vuelta.

-No hay pesadilla eterna si tu estás conmigo.

-No hay manera de que yo no esté enamorado de tí -dije en voz baja casi inaudible.

-¿Que?.

-¿Que, es en serio Franck? acabas de arruinar el momento con tu sordera.

-Tu lo arruinaste antes con tu voz de mudo y tu cara de perro aplastado

-¿Voz de mudo? ¿Perro aplastado? Habla el elfo.

-Según  la franquicia de el señor de los anillos los elfos son los seres más hermosos sobre el mundo.

-No lo discuto pero tu eres un elfo sacado de la franquicia de Harry Potter.

-¿Un elfo doméstico?

-Si, pero te niego un calcetín, me pertenecerás hasta que mueras.

-Me niego a que seas mi amo.

-Muy tarde ya lo soy -ella quería seguir discutiendo pero no le di tiempo de hacerlo empujándola lo suficiente para desestabilizar su equilibrio pero no para que caiga mientras que corro lejos de ella, por lo vengativa que es sé que me costará un buen golpe.

Como cuando aún éramos pequeños ella me persigue hasta que mis pulmones me lo permiten y cuando me alcanza me empuja y caigo dando por terminado el juego.

Tumbados en la arena mirando claro cielo quedamos, ella sonríe y yo sonrío al verla hacerlo.

Franck, creo que después de todo éste viaje si sirvió de algo, me ayudó a reconocer lo que siento por ti pero saber lo que siento me hace sentir aún más vacío que cuando lo negaba. Solo estoy seguro de seis cosas: soy un cobarde por no ir tras de ti como lo desearía, un traidor por amar a la mujer de mi mejor amigo, tengo miedo, me enamoré de ti, creo que tendré un infarto si me sigues sonriendo y más importante aún... tu no me amas.

Estúpido prodigio #IIIWhere stories live. Discover now