2. Embarazo

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Al día siguiente fui a la farmacia a primera hora a comprar las pastillas milagrosas.

Un bebé en esta etapa de mi vida es lo que menos necesito, tal vez más adelante pero por ahora ¡a disfrutar!

— Te acostaste con él, ¿verdad? — La pelirroja bajó sus lentes de sol para observarme, deseé que la tierra me tragara en ese momento, pero la piscina me tragaría esta vez.

— ¿Con quién? —  Me hice la tonta quitandome el sombrero para meterme a la piscina, no quería tener esta conversación ahora.

— No te hagas la tonta conmigo Caitlyn, sé que te acostaste con Harry, a mí no me engañas. — Me dijo mientras se entraba al agua conmigo, pero sorprendentemente no parecía enojada.

- Ay por favor Maddison, Harry es como un hermanito para mí, no digas tonterías.

- Bueno, confiaré en ti Cait, sé que por fuera puede verse como un hombrecito pero tiene el corazón de un niño y no quiera que lo lastimen.

Ella no sabe el tremendo hombre que tiene allá abajo.

- Que no te preocupes mujer.

~ Días después ~

- Estoy embarazada.

- ¡¿Embarazada?! ¡¿Cómo que embarazada joder?! Pero te tomaste la maldita pastilla, ¿o no?

- Baja la voz, por favor. Estás viendo la prueba, a menos que esté dañada, significa que estoy embarazada. - Mi cabeza estaba a punto de reventar, gritar no resolvía nada, lo hecho, hecho está y ya no hay vuelta atrás.

- ¿Y ya hablaste con...?

- ¡Caitlyn, abre la puerta! - La voz intimidante de mi padre nos sobresaltó.

- Mierda Caitlyn, debió haberte escuchado ¿y ahora qué haremos?

- ¡Caitlyn, abre la maldita puerta en este mismo instante o la tiro!

Conozco a mi padre y sé que se atrevería a tirar la puerta, así que me acerco para abrirle.

Antes de que pudiera abrir la puerta bien, mi padre ya estaba dentro de la habitación rugiendo como un León.

- ¡¿Cuál de las dos se embarazó?! - Caro me miraba con súplica y era claro lo que quería, yo era la favorita de papá, así que conmigo no iba a ser tan duro. - Seguro fuiste tú quién cometió la estupidez, ¿verdad? La mojigata terminó siendo una...

- Padre... - Le interrumpí antes de que terminara la oración. Joder esto me pasa por bocazas. - He sido yo, así que si tienes que insultar a alguien es a mí.

Cuando su mirada cayó en mí, se suavizó notablemente, se acercó a mí y tomó mis manos entre las suyas.

- Lyn, ¿cómo sucedió esto amor? Tú siempre has sido muy cuidadosa.

- Lo siento papá, fue un desliz. Espero que me perdones. - Le respondí inclinando la cabeza hacia abajo, odiaba mentirle a mi padre.

Pero esto lo hago por Caro, porque con el poquito aprecio que le tiene seguro la echa de la casa.

- No hay nada que perdonar mi vida, a esta criatura no le faltará nada, yo me encargaré de ello. - Me decía mientras acariciaba mi vientre plano, donde yacía solo el desayuno que había ingerido en la mañana.

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