Ambos chicos estaban seguros quedándose con Jungkook, donde no tendrían que preocuparse demasiado por Daehyun o cualquier peligro repentino. El menor estaba de lo más contento, claramente, teniendo a dos amigos en su piso jugando videojuegos con él a toda hora.

Encender las luces no ocasionó ninguna razón en Namjoon, que no detuvo su tecleo aunque ya fuera consciente de la presencia de su novio en el apartamento. Pero incluso sin reacción, Jin tenía que admitir que lo veía extraño; podía ser un efecto de su conversación con Areum, pero lo cierto es que lo veía... agitado. Como nervioso.

—Ya regresé —dijo a modo de saludo, caminando hasta él para inclinarse y posarle un beso en el cabello—. ¿Sucede algo? ¿Alguna novedad?

Namjoon se removió en su lugar y tras hacer un par de muecas y frotarse los ojos con las palmas de las manos, apartó la mirada de su pantalla y giró la cabeza hacia Seokjin, aunque pudo distinguir con facilidad que sus ojos huían de los suyos.

El sentimiento volvió. No solo lo veía nervioso, sino que notaba que parecía ocultar algo.

—No es nada, realmente. Es solo que empiezo a sentir cierta agresividad de parte de Daehyun —explicó señalando ausentemente hacia el código abierto en su computadora—. Cada que doy un paso en la dirección correcta, parece que retrocedo dos o tres más. Estoy chocando con paredes a cada rato y eso me hace desperdiciar demasiado tiempo.

—¿A qué crees que se deba?

Una vez más el menor se sacudió un poco en su lugar, pero finalmente pareció cansarse de su propia posición y se levantó del suelo para sentarse en el sofá detrás de él. No estaba seguro de si atribuir su incomodidad a lo plano del suelo o al tema de conversación, pero de nuevo, Jin estaba en una posición en la que no podía evitar ver cosas sospechosas.

—Imagino que es una especie de castigo por haberle hecho la contra y decepcionarlo en Taipéi —respondió finalmente al cabo de un momento. El decirlo pareció quitarle un peso de encima pero aquello no lo alivió en lo más mínimo.

Internamente Jin rodó los ojos. Nunca creyó conseguir detestar tanto a alguien en tan poco tiempo; Daehyun estaba en segundo lugar en su lista de gente aberrante, apenas por debajo de su propio padre, aunque dudaba que nadie pudiera alcanzar su posición, así que eso no hablaba demasiado bien del hacker. Le parecía el tipo más inmaduro e insoportable, jugando jueguitos y actuando como si estuviera en una película de Tarantino.

—Eso es solo una excusa, Joon. De plano es un estúpido, considerando que aún faltan cinco códigos más. Es obvio que solo quiere molestar —aseguró poniéndole una mano en el hombro para darle un ligero apretón cariñoso—. ¿Cuánto tiempo tienes para conseguir decodificarlo?

Namjoon soltó el aire y finalmente se fijó en él.

—Unos tres días.

—Ya veo. Creo que deberías descansar, te ves bastante estresado.

—Lo mejor es que no —respondió Joon automáticamente, mirándolo como si acabara de decir la cosa más extraña del universo—. Intentaré por un rato más y después descansaré un rato.

Su respuesta no hizo más que encender nuevamente la llama de sus dudas. Quería saber por qué estaba siendo tan terco o por qué parecía que se estaba abordando su trabajo de una forma claramente distinta. Quería preguntarle si aquella era su manera de demostrar su independencia o su capacidad ante Jin. Si su terapeuta tenía acaso razón.

Pero el coraje para soltar lo que tenía en la garganta no llegó y finalmente lo dejó solo, dirigiéndose hacia la cocina para encargarse de la cena.

𑁉𑁉𑁉

Al final y a pesar de todos los esfuerzos de Namjoon, la cuenta regresiva llegó a cero antes de que pudiera conseguir decodificar el código. Los tres días que siguieron lo vio pasar por muchísimo estrés y lo escuchó quejarse de lo extraño que estaba resultando aquel desafío, todo para que tanto trabajo no rindiera sus frutos.

Hizo todo lo posible para tranquilizar a Joon y asegurarle que no pasaba nada, que había hecho todo lo que estaba en su mano, pero no fue difícil darse cuenta de que sus palabras llegaron a oídos sordos; Namjoon estaba demasiado ocupado regañándose a sí mismo para escucharlo.

Debido a que nunca antes habían llegado a aquellas circunstancias, no sabían exactamente qué esperar como represalia. Ni siquiera sabían cuánto tiempo pasaría hasta saber si su error tendría una consecuencia o no. Seokjin no estaba para nada entusiasmado de pasar por aquella incertidumbre y mucho menos que Joon se viera afectado por su fracaso, pero Daehyun pareció compadecerse de sus almas o al menos, demostrar lo apresurado que estaba.

Al día siguiente y luego de mantenerse con los nervios a flor de piel incluso durante la noche, recibieron una llamada bastante inesperada de un número que no tenían anotado en ningún lado: era Minji, la agente del NIS con la que habían trabajado durante su misión para derribar a Lee Jeonghan el año anterior.

Sé que en realidad no es problema suyo, pero creí que estaría bien llamar y advertirles —murmuró ella desde el otro lado. Probablemente seguía en la oficina y no deseaba ser escuchada—. Por la mañana han liberado a Lee Jeonghoon.

—¿Jeonghoon? ¿El hijo de Jeonghan? —a Namjoon le recorrió un escalofrío al recordar la obsesión del chico con él y sus avances durante su estancia en la residencia Lee.

Así es. Quisiera poder decirles qué fue lo que ocurrió o por qué lo han dejado ir, pero no tengo idea. Fue todo demasiado repentino —explicó con un tono claramente frustrado—. Estuve preguntando y buscando explicaciones, pero nadie quiso decirme la razón de su liberación.

La pareja se miró entonces confirmándose que el otro pensaba exactamente lo mismo: la razón de tan abrupta liberación estaba más clara que el agua y aunque sabían que la verdad ayudaría a tranquilizar las dudas de Minji, estaban conscientes de que no podían decir nada.

Las reglas son simples: no comunicarle a ninguna agencia del gobierno o a las autoridades de esto y seguir mis instrucciones.

—Liberado o no, espero que puedan volver a detenerlo pronto —deseó Seokjin, hablando lo más rápido que pudo para que la muchacha no notara el sospechoso silencio.

Oh, estoy segura de que así será, no se preocupen —la voz de Minji desbordaba confianza al decirlo e incluso, algo de optimismo—. Solo quiero pedirles que me llamen si acaso Jeonghoon los busca o se lo encuentran en algún lado. No lo enfrenten solo.

—Eso haremos. Quédate tranquila.

Con eso y tras unas despedidas cordiales, Namjoon colgó el teléfono justo a tiempo para leer el mensaje que acababa de llegar a su bandeja de entrada:

El siguiente será Jeonghan.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Where stories live. Discover now