Extra #5

1.1K 76 44
                                    

— Necesitamos establecer ciertas reglas, Hannes —decía Carla de forma muy seria en frente de la cuna de su hermanito.

El pequeño se quedaba quieto ante esas palabras frías. Trataba de mover sus bracitos y piernas en la dirección de donde venía la voz femenina. Era imposible para él poder ver y aun así, se esforzaba por girar su cabecita de un lado a otro para encontrarla.

— Te regañaría por lo que hiciste anoche pero cómo aún no te di las normas, te perdono —continuó ella con seriedad—. Durante el día, papá y mamá pueden estar contigo, papá dijo que necesitas alimentarte y solo mamá puede darte leche así que te la presto. En la noche también puedes estar con mamá y papá, pero está prohibido interrumpir cuando mamá está contándome mi cuento para dormir —finalizó con el ceño levemente fruncido.

El pequeño bebé de tan solo dos semanas de nacido seguía escuchando las palabras de su hermana. Sus bellos ojitos rasgados parpadearon con frecuencia y arrugó el entrecejo, dando inicio a un llanto agudo. Carla se asustó y miraba a ambos lados sin saber qué hacer. Su hermano seguía llorando y logró contagiarla a ella tambien. Solo unos segundos bastó para que la habitacion tuviese a dos infantes gritando con lágrimas gruesas en sus rostros.

— ¡Mamá! ¡Papá! —llamó Carla y cómo si los hubiese invocado, aparecieron detrás de ella.

Mikasa se acercó a cargar a su bebé, lo levantó y con cuidado, lo mecía en sus brazos mientras siseaba para calmarlo. Eren, por su parte, abrazó a Carla quien se aferró muy fuerte a él, aun llorando.

— Ya pasó, princesa —el castaño trataba de calmarla mientras le acariciaba el cabello.

— Papá, yo no fui —seguía llorando.

— Lo sé, pequeña, tú eres buena niña —esas palabras lograron tranquilizar a Carla, ahora solo se la oía hipar.

— Annie tiene razón —comentó Mikasa aun paseando a Hannes por la habitacion, éste ya no lloraba—. Carla se parece mucho a ti, dijo casi lo mismo que tú —hacía referencia a lo de "establecer reglas".

— ¿En serio me veía tan patético? —preguntó el chico quien tambien había escuchado todo.

— ¿Te digo la verdad o seguimos siendo una feliz pareja casada?

— Chistosa —Eren respondió con un gesto de molestia, le había ofendido.

Sin embargo, Eren tuvo que admitir que en el pasado era sumamente inmaduro y dijo palabras similares a las que Carla le había dicho al bebé. Al menos ahora era lo suficientemente consciente para admitir esas cosas.

— El desayuno ya está listo, Carla —avisó Eren a su hija—. Vamos.

Carla se limpió el rastro de lágrimas con las mangas de su vestido y siguió a su padre hasta el comedor. Mikasa se quedó con Hannes, le daría de comer antes de llevarlo con ella a desayunar.

***

Se escuchaba el llanto de Hannes por toda la casa y Carla no sabía que más usar para cubrir sus oídos. Salió de su habitación y se dirigió a la cocina, sabía que su mamá estaría ahí y que aquel quien decían era su hermanito, también.

Y efectivamente, los encontró a ambos; Mikasa preparando la comida de ese día y el bebé en la carriola llorando. Veía a su mamá con el rostro sereno aunque notaba un ligero nerviosismo en su semblante.

— Mamá —llamó la niña—, has que se calle —pidió cubriéndose los oídos.

— Llegas en buen momento —sintió poder respirar—. Linda, hazme un favor y mueve su carriola.

De nuevo [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora