Capítulo 8

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— Mi novia y yo vamos a inscribirnos en el concurso —habló Ymir a la dueña del puesto mientras rodeaba a Mikasa con un brazo.

— Nombres —pidió la señora de manera desinteresada, se le veía como de treinta años y de apariencia desarreglada.

— Ella es Mikasa y yo soy Ym... —no había pensado aun qué nombre usar— Ymmanuel.

— Bien —anotó ambos nombres en una libreta—. Es en media hora, si llegan tardes los descalifico.

Ambas chicas regresaron y se encontraron con sus compañeros.

— ¡¿Ymir?! —se asombraron los demás al verla— ¿En serio eres tú?

La aludida no había hecho mucho con su apariencia en realidad, pero los demás actuaban como si fuese un gran cambio. Llevaba ropa de hombre nada más, y se había soltado el cabello peinándolo hacia atrás, se veía bien.

— Les dije que me vería mejor que cualquiera de ustedes —alardeo la chica.

— Yo tengo que reconocérselo —comentó Sasha comiendo una especie de papa enrollada en capas en un palillo largo de madera que había comprado en uno de los puestos.

— Parece ser que Mikasa será mi novia por esta noche —dijo presumiendo frente a Jean mientras volvía a abrazar a la chica con uno de sus brazos, sabía que al chico le gustaba la azabache. Mikasa solo retiró el brazo de la chica que estaba alrededor de ella.

— ¿Realmente estarán bien? —preguntó Christa preocupada.

— Aun creo que no es buena idea —comentó Eren.

— Mikasa, puedes retirarte cuando quieras —sugirió Armin preocupado.

— ¡Exacto! —apoyó Jean.

— Está bien... —asintió la ojigris.

— Bueno, quizás debamos ir a comer algo antes del concurso —dijo Ymir.

Fueron a uno de los puestos de comida, vendían muchas cosas variadas, en su mayoría eran dulces. Cada uno pidió lo que más le llamó la atención, no todos los días podían comer ese tipo de comida. Por su parte, Sasha pidió casi cada cosa que vendían en el lugar.

— Quedan dos minutos —dijo Ymir—. Si corremos, llegamos —ambas chicas se levantaron para dirigirse al lugar. Los demás solo las siguieron.

Una vez allí, ubicaron a cada pareja frente a un pequeño estante, habían varios tarros que parecían contener algún tipo de bebida con alcohol, sin contar las botellas que habían de licor. Era extraño suponer que haya tanta cantidad para un simple concurso, por lo que rápidamente asumió que no eran de buena calidad ya que esos costaban mucho. La azabache empezaba a arrepentirse de haber sentido pena por Ymir y aceptar su locura.

Los demás se encontraban de espectadores, no eran los únicos, había mucha gente dispuesta a ver aquello. Algo que notaron era que Ymir y Mikasa no eran las únicas "menores" participando. Muchas de las parejas no parecían pasar de los diecisiete y eso explicaba la poca importancia que Ymir le dio a la edad. Si bien en un principio estaban preocupados por sus compañeras, ahora hasta tenían curiosidad por saber cómo terminaría.

— Bien, las reglas son simples —habló la dueña quien estaba actuando de presentadora—. Beberán toda la cantidad que puedan, la última pareja en pie gana. Pueden retirarse cuando quieran, solo deben levantar la mano y avisar; no necesariamente ambos, con que uno lo haga es suficiente —tras el asentimiento de todos los participante, continuo—. Muy bien, empiezan en tres...dos...uno... ¡Ya!

De nuevo [Eremika]Onde histórias criam vida. Descubra agora