|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y tú

131 |Al filo de la muerte|

-Sí, lo están trasladando a una habitación y en lo que le pase el efecto de la anestesia en unos minutos podrán verlo, pero estará un poco débil -. Nos informó a todos mientras que lo llamaban de otra de las salas de urgencias.

-Muchas gracias doctor, de verdad... no sabemos cómo agradecerle todo lo que hizo -. Le dije al momento en el que se tenía que ir y él asintió.

-Jamás podría pagar lo que ustedes y el señor Stark hicieron por nosotros -. Nos respondió despidiéndose, camino a resolver otra emergencia.

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Estaba junto a la cama en la que descansaba Tony, aún conectado a un par de aparatos e inconsciente, ahora mucho más tranquila que antes sabiendo que estaba bien.

-.... hola linda -. Escuché su voz adolorida en ese momento, cosa que me hizo voltear de inmediato con el corazón en la garganta al darme cuenta de que ya estaba despertando, sus ojos café estaban entreabiertos, batallando con el efecto de la anestesia mientras que le resultaba un poco difícil hablar.

-Tony... nos tenías asustados, no podía perderte...-. No sabía ni qué decir mientras que las lágrimas caían por mi rostro de nuevo al ver que él comenzaba a reaccionar.

-todavía estoy aquí...-. Me respondió él con media sonrisa respirando hondo para poder hablar.

-Señor Stark al fin... pensamos que... -. Dijo Peter igual de conmovido que yo, viniendo al lado de Tony -Que bueno que ya está bien -. Agregó.

-No iban a librarse de mí tan fácil -. Nos dijo a los presentes burlándose un poco.

-Tienes que descansar -. Le advirtió Bruce para que no siguiera hablando en el instante que Rogers también llegaba para asegurarse de que todo estuviera bien -...voy a llevar a ____________ a la enfermería a que le debió ir hace tres horas pero no quería separarse de tu lado -. Me regañó Banner al que le había prometido que iría a cuidados médicos por mis heridas cuando supiera que Tony estaba bien.

-Vendré en un rato... te amo -. Le dije dándole un pequeño beso en la frente y acariciando su cabello.

-Yo más, tesoro...-. Me respondió.

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Una semana después...

Era extraño volver a casa después de todo eso, era como si nada nunca hubiera pasado al momento en el que estábamos regresando, pensar que íbamos a encontrar todo exactamente igual que como lo habíamos dejado esa noche en el complejo.

Estábamos en un jet de regreso, Nat y Steve hablaban en el fondo mientras que Banner se había quedado dormido junto a la ventana, Coulson y Barton discutían algo sobre un programa de televisión y Peter estaba viendo una serie del otro lado del avión. Me agradaba tenerlos a todos aquí, a los demás que no estaban presentes en el avión pero que eran como una familia para mí, una familia un tanto bizarra si contábamos a un par de dioses que habían vuelto a su planeta y a un montón de gente extraña, incluyendo a un árbol que habían regresado antes que nosotros para reparar su nave, aún así los quería a cada uno de ellos.

-Hola extraño...-. Le dije a Tony, sentándome frente a él en el avión. Su mirada había estado perdida en la ventanilla desde hacía un rato, mirando las nubes sobres las cuales nos encontrábamos sin decir absolutamente nada.

-Hola, tesoro -. Me respondió volteando a mirarme.

Él llevaba un cabestrillo en el brazo derecho, aún en recuperación aunque sanando increíblemente rápido gracias a la tecnología de Wakanda, sabía que le costaba adaptarse al hecho de que había perdido una extremidad, cosa que no era fácil de aceptar para nadie, pero la promesa de una prótesis elaborada entre Asgard y Wakanda, era bastante alentadora para el futuro.

-Es... se siente extraño ¿no lo crees? no tener nada para su funeral ...-. Me dijo aún perdido en sus pensamientos, sabía entonces que había estado todo este tiempo pensando en Stephen.

-Lo sé... -. Le respondí con un suspiro -Él sabía lo que iba a pasar, lo que tenía que hacer y aún así... lo hizo -. Agregué pensando en el sacrificio del mago, en todos los días anteriores a que nos tuviéramos que marchar en los que de seguro ya sabía cómo terminarían las cosas, nunca nos dijo nada al respecto pero en su mente debió haber estado contando los días que faltaban para su muerte y debió haber sido increíblemente difícil.

Los dos nos quedamos en silencio por unos momentos, sin decir nada más, ya faltaba poco tiempo para aterrizar de vuelta en casa.

-¡Voy a matarte Barnes! -. Se escuchó a Peter, interrumpiendo entonces, mientras que James le quitaba los audífonos y corría al otro lado del avión solo para molestarlo.

-Quiero verte intentarlo mocoso -. Le respondió haciéndome reír.

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De vuelta en casa todo parecía normal, le habíamos conseguido a mi madre un lugar seguro donde vivir, Quill y los demás habían arreglado su nave, aún después de que Thor les ofreciera una nueva, creo que le tenían demasiado apego emocional como para dejarla así como así, por lo que habían optado por arreglar el cacharro con ayuda de Tony unos días después. Él estaba fascinado al ver la tecnología que usaban las naves espaciales y podía verlo volver a ser él mismo poco a poco.

Una pieza de vibranio y metales asgardianos de tonalidades plateadas con destellos rojo y oro estaba ahora en su brazo, era la prótesis a la que se estaba acostumbrando con bastante rapidez como si siempre la hubiera tenido. Creo que los años llevando el traje lo habían preparado para que en algún momento Ironman se volviera parte de él y me alegraba verlo sonriendo más seguido con cada día que pasaba.

-Gracias por todo... -. Nos dijo Gamora despidiéndose de nosotros.

- No nos vuelvan a llamar si hay otra guerra, pretendo tomar vacaciones -. Dijo Quill dándome un pequeño abrazo y después estrechando la mano de los otros para despedirse

-... ustedes fueron los que aterrizaron en mi patio y arruinaron el césped -. Le recordó Tony completamente confundido.

-Shhhhh, vacaciones -. Fue su respuesta.

-Andando inútiles, hay que ir a hacer algo de dinero -. Interrumpió Rocket mientras cargaba un par de armas dentro de la nave y se despedía con la mano a lo lejos al igual que Drax y Groot. Así después de unos minutos, el grupo se marchó desapareciendo en el cielo hasta que solo fueron un punto en la distancia.

-Quiero una nave de esas -. Me dijo Tony rodeándome con su brazo.

-Definitivamente no -. Le respondí riéndome.

-Oh vamos ¿Cómo vamos a ir al espacio? -. Me preguntó cómo un niño pequeño quejándose, dándome un leve beso en la mejilla para intentar convencerse.

-¿¡El espacio!?-. Inquirí alarmada, después de todo lo que había pasado -No pretendo dejar el sofá en al menos un par de meses... ni hablar del planeta, Stark -. Sentencié.