Capítulo 22 | Desencadenantes

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ALEXIA

Alexia Waldorf no se llamaba Alexia Waldorf y no era natural de las céntricas y angustiosas calles de Chicago. Ella nació en el seno de una de las familias más poderosas de La Glimera, aunque hacía tantos años de esa vida que comenzaba a olvidarla.

Alexia Waldorf ya no se llamaba Emma Woodworth.

Alexia Waldorf ya no era una joven acomodada, con toda una vida repleta de posibilidades por delante.

Alexia Waldorf ya no tenía unos padres ni dos hermanos mellizos que conformaban los pilares más importantes de su vida.

Alexia Waldorf ya no tenía ni siquiera libertad.

Miraba la extensión del Lago Michigan frente a ella, en uno de los paseos céntricos de la bahía de Chicago, y se preguntaba cuándo la pérdida de esa identidad dejó de dolerle. Eran muy pocas las ocasiones en las que su pasado volvía a atormentarla. Y muy pocas las ocasiones en las que lograba sentir algo más allá de la apatía. Alexia no lo permitía. Sin embargo, aquel día era distinto.

La culpa de ese cambio era de Francesca. Habían pasado más de cinco años desde la última vez que la vio, en el ático de Callum Waldorf. Y habían pasado más de veinte desde que Francesca se convirtió en una de las personas que más marcarían su vida, aunque la conocía de mucho antes.

Recordaba la niñez y adolescencia de ambas, cuando La Glimera aún no se había convertido en el conglomerado de poder que era ahora. Ambas crecieron en Mystic Hollow, uno de los pueblos más sobrenaturales y escondidos de Estados Unidos, pero no seguro. Pese a la rabia que sentía al recordarlo, Alexia era consciente de los grandes intentos que se realizaron para mantener a todos a salvo. Simplemente, nadie pudo evitarlo.

Las casas reales ya se habían aliado y con ello, los gobernantes de los licántropos, brujas, demonios y ángeles de aquel submundo intentaban mantener en equilibro las asperezas, pero no fue suficiente. No fue suficiente para parar a todos los seres sobrenaturales que no estaban de acuerdo con esa alianza, para parar a los grupos antisistema que entonces surgían con violencia, para parar las ansias de sangre que todavía eran palpables entre los miembros de esa extraña comunidad.

La cadena de sucesos trágicos, dolorosos y perturbadores que afligieron a los habitantes de Mystic Hollow fueron suficientes para huir de ese lugar. Todos y cada uno de esos sucesos fueron los desencadenantes de una las guerras más crueles de su submundo, la que llevó a constituir La Glimera como la institución aristocrática de poder e influencia que era hoy en día. A constituir La Hermandad como el ejército que debía proteger a la institución y a todo el submundo sobrenatural que englobaba.

Alexia solo tenía diecisiete años cuando su vida sufrió el primer golpe. Su hermano mellizo, Evans, desapareció en los bosques de Mystic Hollow. En el desesperado intento de salvarle, de descubrir su paradero, su madre la vendió. A ella.

Alexia solo tenía diecisiete años cuando se convirtió en esclava de sangre. Su hermano volvió a casa, sano y salvo. Ella no. Su hermano logró forjarse una vida. Ella no. Su hermano era libre... ella no.

Alexia se desvinculó de su familia en ese mismo instante. Dejó de ser ella misma. Se convirtió en otra persona para poder sobrevivir. Y aquello no solo la destrozó a ella. Su madre abandonó La Glimera, prácticamente exiliada cuando se supo lo que había hecho. Su padre y sus hermanos nunca pudieron superarlo, buscándola durante años sin éxito. Alexia nunca dejó que la encontraran, pese a todo el sufrimiento.

Recordaría a su primer dueño como el peor de todos. Un licántropo centenario. Un hombre de poder increíblemente violento, sanguinario. El día que logró desencadenarse de él lloró de alegría. 

Cuando fuiste mía (LA GLIMERA #1)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz