"El mundo puede ser perfecto siempre que quieras creer que es así"
Bajo la apariencia de una vida sencilla y tranquila en una isla remota se esconde un oscuro secreto, LuHan es testigo mudo de lo que está sucediendo, un chico autista que intenta por...
—Espero que te guste —anuncia juntando sus manos mientras se sienta.
¿De verdad que es Ji Eun?
—Seguro que sí.
Es innegable que le puso empeño, y está bastante bueno, debo de felicitarla y hasta le beso la mano como muestra de agradecimiento.
—Baekhyun, pronto llegan las vacaciones, he pensado que tal vez podríamos irnos tú y yo por ahí, creo que sería bueno, un tiempo para nosotros solamente.
Pues no sabía qué decirle, era lo más lógico pensar que las parejas en medio de una crisis emprendieran un viaje vacacional, para ver si eran capaces de resolver sus problemas lejos de su cotidianidad y rutina.
Pero mi problema estaba en esta isla.
—Eso crees, que un viaje nos ayudaría.
—Sin duda, está comprobado científicamente que nuevos ambientes hace que las personas sean más receptivas a escuchar, a reconciliarse.
Y quizá tenga razón, no puedo echarlo todo por la borda por una chica que me dobla la edad y que en febrero probablemente se marche fuera de la isla a estudiar cuando termine el instituto.
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Es que aún no me lo creo, qué tiene Hye Sun que me cautiva tanto, qué tiene que me tiene atrapado en esta maldita rueda de pensar y pensar en ella hasta saturar mi entendimiento.
—¿Baekhyun? ¿Me oyes?
—¿Eh? Sí, tu idea me parece estupenda Ji Eun.
—¡Fantástico! —sonríe, y su voz de tiñe de notas de alegría.
Toma sus tostadas, y como siempre hace, coge el pote de la miel, es una fanática de ese sabor y de sus virtudes, según me dijo una vez, es un excelente antioxidante, antibacteriano, hidratante, regula la presión sanguínea y no sé qué cosas más tiene.
La unta con precisión, ese color ámbar inevitablemente me recuerda a Hye Sun, el día en que llegó tarde al colegio a dejar a LuHan y me miró con sus ojos bien abiertos, sorprendiéndome la extrañeza de ese color parecido a la miel.
—¿Te pasa algo? ¿Te apetece una tostada? —me pregunta entregándome la suya.
—No, no, gracias Ji Eun, pensaba en lo mucho que te gusta la miel.
—Sí, tiene unas propiedades naturales tan buenas que debería ser patrimonio de la Humanidad ¿no crees? Además, me encanta el color, da sensación de calidez.
Me quedo mudo, si descubriera ella lo que estoy pensando ahora mismo, es posible que arrojara ese pote de miel a la basura.
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