➻Muerte

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-Capítulo 19-


Eos volvió a encerrar a la princesa luego de aquella confesión. Eirene se soltó llorando al no poder hacer nada. Esta vez en otro cuarto aún más sucio la metieron asegurándose de que no vuelva a escapar.

— ¿Listo? - Pregunta Draven a Emilian, quienes van a intervenir para entrar al sótano.

— creo que si - Contesta el supuesto Rey.

Entonces avanzan, con las armas atacan a los Raks, había uno para cada uno. Pero entonces llego un tercero, hiriendo a Emilian. Draven luchando con todas sus fuerzas, no logró más que el Rak con el que el luchaba lo aventara lejos lastimándolo. Entonces molesto, le conjura un hechizo.

Hjou Ftembi - Espeta con voz firme, y entonces la criatura siniestra que está enfrente de él, se convierte en arena.

Va con un segundo y repite el hechizo, logrando acabar con dos. El otro se encontraba herido siendo que Emilian le clavo un machete en el cuello y cayó al instante.

Pero... el también está herido, por aquel tercer Rak que se unió a la batalla, tenía un filoso cuchillo enterrado en el pecho.

— Emilian, cielos... - le quita el cuchillo, e Emilian se queja dolorosamente.

— Ve... por, Eirene - Dice a duras penas él.

Pero Draven no está seguro de dejarlo ahí, a pesar de todo lo ocurrido, Emilian es lo más parecido a un hermano y un amigo.

— Volveré por ti, resiste - finalmente le dice, le aprieta la mano.

— Espera - dice Emilian con un tono de voz queda. Draven quien ya estaba a punto de marcharse se detiene. – perdóname.

Lo dice de corazón, Draven se le queda viendo sintiendo una tristeza por él. Emilian quien sangra un poco de la boca tose.

— Te perdono, pero no morirás... vendré por ti - y entonces se va.

En otro Pueblo lejos de este, se encuentra un Rey, con el rostro apagado, así esta desde hace años... cuando perdió a su familia, pero debía ser fuerte por su Pueblo, que lo necesita. De repente, se abrieron las puertas de par en par.

— Su majestad... – se dirigió haciéndole una reverencia... el Rey se le quedo viendo inquieto. – lo encontramos.

Y al decir eso, el Rey forma una sonrisa amplia, y sus ojos destellan un brillo conmovedor.

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La encuentra sentada en su trono, con 5 criaturas rondándola, protegiéndola. Zuko dispuesto a todo se pone en medio de aquella gran sala.

— ¡Zuko! - exclama poderosamente la Bruja, un tanto sorprendida.

— Vine a acabar con esto - resonó su voz en toda la gran sala.

Los Raks dispuesto a atacar, sostienen su arma con fuerza y caminan despacio hacia él. Zuko los observa calmadamente, aunque por dentro tiene algo de nerviosismo, sabe que esta batalla decidirá todo, la felicidad del Pueblo Russitea, y la muerte de uno de los dos.

- Esto, es entre tu y yo - espeta hacia la Bruja Eos.

Ella con una voz dura manda a los Raks afuera. Ellos desconfiados del intruso no sueltan su arma, y finalmente salen. Dejando a los hechiceros más poderosos.

Dentro del sótano se encontró con un Rak más, que custodia una puerta. Draven inquieto, se acerca a él y repite un hechizo distinto, Esta vez el Rak se convirtió en agua. No solo quería probar distintos hechizos, si no es para probar si son efectivos en esas criaturas.

Adentro del cuarto, Eirene vio agua entrar por debajo de la puerta.

— Eirene - oyó desde afuera, un susurro... esa voz... ¿será posible?

— ¿Draven? - Pregunta un tanto insegura. y entonces desde afuera escucho pasos acercándose a la puerta.

— Cariño, no te acerques a la puerta - le dice y comienza a golpearla fuertemente con el machete que tiene en la mano.

Logró derrumbar la puerta, quito los escombros y se unió a su amada en un abrazo delicado.

— Creí que jamás volvería a verte - confiesa ella aferrándose a el.

Se quedaron un momento así, luego él se separó un poco elevo el rostro de ella y la beso tiernamente.

— Debemos salir de aquí, ella puede descubrirnos y no permitiré que te mate - Dice el al momento que toma una mano de ella, y con la otra desocupada acaricia la mejilla suave de ella.

— No puede matarme... ella quiere a nuestro hijo Draven...- le revela ella, él se asombra. – me iba a tener aquí durante el embarazo hasta que naciera y entonces me quitaría mi hijo para matarme.

Su confesión lo dejo sin habla, de ningún modo el permitirá que le arrebaten lo que más ama en este mundo.

— Eso no pasara... primero me mata a mi...- le da un beso rápido y la abraza. - vamos, debemos ayudar a Emilian está herido.

— ¿Emilian?, como, ¿él ya lo sabe? - Pregunta un tanto preocupada por lo que pueda pasar, siendo que Emilian es legalmente el Rey, su marido.

No existe el divorcio, aunque se compruebe que Draven es el Guerrero, tendrá que seguir casada con Emilian. Pero entonces, ¿Qué pasara con el amor que tiene por Draven?, no puede olvidarlo, ahora más que nunca se da cuenta de que el es el hombre con el cual quiere pasar el resto de su vida. Pero si no se puede hacer nada, ¿sería su amante?

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La guerra entre Zuko y Eos inicio con destrozos en toda la sala, hechizo tras hechizo... hiriéndose el uno al otro, acabando poco a poco con su vida. Cansados de pensar que hechizo usaran ahora, cansados de recibir los hechizos, cansados de la fuerza que necesitan para hacerlos.

Encontraron a Emilian en el mismo lugar... solo que esta vez, tiene los ojos cerrados.

— Emilian - lo llamo Draven, pero Emilian no respondió... no se movía, Draven lo agito para que despertase. Pero nada

Ha muerto se dijeron. A ambos se le juntaron las lágrimas en los ojos. A Eirene le dolió su muerte, a pesar de todo jamás la forzó a nada y jamás la trato mal. A Draven, le dolió perder al único amigo que había tenido, y a pesar de lo sucedido siempre le guardo aprecio.

La Maldición de EireneOù les histoires vivent. Découvrez maintenant