➻Tregua

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-Capítulo 17-


Camina como león enjaulado, pero es que Draven no podía esperar más, debe decirle a Eirene la verdad, debe decirle, que él, es el verdadero Guerrero. Que ese niño que carga en su vientre es el indicado para cumplir la profecía.

Con cada minuto que pasaba, era mayor su ansiedad. hasta de repente se abrió la puerta, el creyó desde luego que se trata de Eirene, pero al ver otro rostro, borro la sonrisa que había formado.

— ¿Quién es usted? - pregunta tajantemente. El señor se sentó un tanto preocupado pero serio.

— Me llamo Zuko, soy el hechicero, creí que me recordabas - espeta él.

Entonces Draven lo recuerda, en alguna ocasión se encontró con él y con Oran, donde compartieron la afición por la magia, hechicería.

— Y, ¿qué se le ofrece? - su voz cambio a una más amable.

No sabía ni como empezar a decirle. Zuko ha descubierto toda la verdad, y más que eso. Sabe que la Princesa, ahora Reina ha sido secuestrada por alguien, alguien que tiene la maldad por todo el cuerpo. La Bruja Eos.

- Muchacho, sé que tú eres el verdadero Guerrero... y se también que el hijo que espera Eirene es tuyo - dice con determinación y rapidez. Ni siquiera dejo que Draven reaccionara ante tal afirmación. - pero lo que importa ahora... es que la Reina ha sido secuestrada.

Y ante eso que escucho, Draven se quedó pensante, sorprendido, asustado... teme que le hagan daño a Eirene, a su Eirene. Sabía que no debía haberla dejado sola, de ser así, esto jamás hubiera pasado.

— ¡¿Cómo?!... pero, ¿Quién hizo eso? – queriendo saberlo todo. Draven se acerca más a Zuko

— ¿No lo adivinas? - y al decir eso, Draven se queda callado, sabe bien quien fue. - la Bruja hará de todo para que la profecía no se cumpla... y lo más seguro es que mate al bebe que Eirene carga en su vientre.

Otro golpe más para Draven, la desesperación se hizo su enemiga, invadiéndolo en su interior con furia y ansiedad.

— ¡Maldición!... tengo que ir por ella - vocifera firmemente, y se levanta, camina hasta la salida.

— Para ir por ella necesitas ir preparado, y no puedes hacer esto solo. - dicta fuertemente Zuko, para que Draven entre en razón y no cometa una locura, una locura que lo más seguro es que lo llevara a la perdición.

Pero quien puede culparlo... si él lo único que desea es ir por su princesa y rescatarla, para así tenerla con el siempre, junto con su hijo, aquel hijo que desde que se enteró se ha ganado su aprecio, y desea conocerlo, para protegerlo y amarlo.

— ¿Pero ¿Quién iría conmigo? - pregunta como advirtiéndole que él es el que debe ir.

Entonces una sombra se ve en la entrada, la cual se hace presente, y habla con firmeza.

— Yo. – asegura Emilian.

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Mientras en las profundidades de la oscuridad, la Princesa pasa un mal momento al tener que soportar humillaciones de aquellas bestias que la atraparon y la llevaron al castillo de la Bruja. Llora desesperada pidiendo que la libere, rogando a dios que no le pasa nada, suplicando que Draven llegue a rescatarla.

La encerraron en un cuarto, donde espero tan solo unos minutos, y la puerta se volvió a abrir, para que la Bruja se hiciera presente, ella al ver a la Reina, sonrió maliciosamente.

— La última vez que te vi, eras una bebé... y ve en la belleza que te has convertido, Princesa Eirene Rosenheim - Espeta con frialdad, como queriendo ser amable acompañada de maldad.

Se acerco a ella y la toco el rostro, Eirene solo se quedó quieta, tantos rumores han oído de la Bruja, y ahora que la tiene enfrente siente que en cualquier momento esa mala mujer puede acabar con su vida... pero entonces se preguntó, si pudiera, ya lo hubiera hecho antes, ¿o no?

— Es cierto, estas en embarazada... por lo tanto, tendré que poner en marcha mi plan... morirás Reina, y tu pueblo quedara bajos mis órdenes. - dicta con determinación, y sonríe.

— No puedes hacer eso... la profecía se cumplió, debes perdonarnos - suplicó Eirene desde el suelo sucio donde se encontraba sentada.

Paseo un rato por ese cuarto oscuro, y la Bruja volvió a ver a Eirene.

— Soy una Bruja querida... ¿Por qué tendría que cumplir mis promesas? - se burló Eos. Entonces Eirene supo que no habrá salida.

— ¿Por qué no me mataste antes entonces? - Ante esa pregunta la Bruja se quedó pensante, y Eirene con la habilidad de leer los ojos de las personas, adivino que la Bruja guarda algún secreto sobre ella. - ¿Hay algo que no me has dicho verdad... tú no puedes matarme, acaso tendré algún poder... o que es?

Se aparto de ella sin decir nada. ordeno que le abrieran la puerta. y Entonces cuando se disponía a salir, volteo con Eirene.

— Jamás lo averiguarás - Finalizó con esa frase y salió según ella victoriosa, pero dudosa. Mientras Eirene siguió igual, llorando en silencio, tocando el vientre con frecuencia y pidiendo que alguien la rescate.

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La sola presencia de Emilian ahí le causa escalofrió.

- ¿Qué haces aquí?... ¿Cómo te enteraste? - le pregunto enseguida Draven, temía la reacción que tendrá.

- Descubrí a mi esposa haciendo planes, quise seguirla, pero no pude, entonces mande a uno de mis hombres, quien vio como secuestraban a Eirene, pero no pudo hacer nada... vio a Zuko, lo siguió y me informo - fue su explicación

Es una situación realmente incomoda, Emilian y Draven fueron amigos de niños, y cuando entraron a la adolescencia, Emilian empezó a alejarse de él, juntándose con otros niños que, si tienen padres, con mayor posición económica... fue entonces donde Emilian cambio, se volvió egoísta y ambicioso, y aunque ambos seguían hablándose nunca fue lo mismo.

— ¿Has escuchado todo lo que hemos hablado? – volvió a hacerle otra pregunta.

Temía que se haya enterado de todo, y no quiera aceptarlo y que lo mandara a matar, o peor aún que el mismo lo mate.

— Así es. Yo sé que no fui el que convirtió a los Raks en piedra, pero sé que soy el guerrero, y lo demostraré salvando a Eirene - asegura Emilian con decisión.

Eso no le gusto para nada a Draven, pues ahora tendrá que pelear con el no solo por Eirene si no por la posición de Guerrero, aunque sinceramente a Draven no le importa mucho eso.

— Así que solo es por eso que lo haces... yo la amo, y la quiero a ella, no a una estúpida posición de guerrero - Espeta molesto Draven.

Ambos se ven desafiantes. Es entonces donde Zuko interviene y se pone en medio de ambos como mediador. Los observa detenidamente.

— Si quieres salvar a Eirene, sea la razón que sea - advirtiéndoles a ambos. – deben trabajar juntos.

¡¿Trabajar juntos?! ... eso era antes, cuando trabajaban como herreros con el padre de Emilian. Pero aquí, se jugaría el honor, la posición, el pueblo entero... y, sobre todo, el amor de una mujer. ¿Podrán hacerlo?

Ambos se quedaron pensando largo rato.

— yo hago lo que sea por Eirene - y diciendo eso, extiende la mano hacia Emilian, en señal de una tregua.

— Estoy de acuerdo - y estrecha la mano de Draven.

Ahora ambos deben trabajar juntos para destruir el mal, y salvar a la Reina Eirene.

La Maldición de EireneWhere stories live. Discover now