➻Confusión

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-Capítulo 14-


Pasaron los días y el dolor que tiene Draven no se le quito, pero al menos hoy por la mañana pudo ir al pueblo, varios no lo reconocieron, hubo quien sí y le preguntó dónde se había metido. Él les explico de la manera más atenta que estaba trabajando con Volna y que por lo tanto no había tenido tiempo de regresar al Pueblo. Y en efecto, Draven accedió trabajar con Volna, no podría regresar a su trabajo como herrero, no quería ver al hombre que es el papa de Emilian.

Eirene, había huido de Emilian todas las veces... se preguntaba hasta donde podría llegar la paciencia de él, pero al parecer pronto lo averiguara... porque esa noche Emilian entro al cuarto de ella.

— Perdona que entre así... – le dice siendo que Eirene está en paños menores y se asustó. – pero. siento que... ya esperé bastante y, además, recuerda la profecía.

Lógicamente lo decía el concebir un hijo, que es lo último que dicto aquella maldición, Emilian se acercó, y Eirene se irrito.

— No te atrevas a decir que la he olvidado... porque eso lo escuchado y ha estado en toda mi vida – espeta disgustada.

No sabía cómo decirle que no, no se le ocurría otra cosa... bien podía decir que estaba indispuesta ya que su periodo había venido... de todas formas ya no tarda en llegar, pero...

Emilian se acercó aún más a ella. Eirene lo vio a los ojos... de repente su rostro se transformó en el de Draven, Eirene sacudió su mente y volvió a la realidad... en un segundo... él la estaba besando... una sensación extraña sintió, aparte de Draven nadie más la había besado, por lo tanto, se sintió rara.

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Desde la mañana Draven había despertado con un pensamiento aparte de Eirene... soñó con aquella noche donde los Raks entraron al Castillo. Le entro una duda... pero hasta esta noche se atrevió a cuestionar a Volna, una vez que terminaron de cenar, también estaba ahí Nale.

— Volna. ¿Me podrías responder algo? – pidió Draven.

La anciana volteo a verlo, precisamente hoy más que triste lo notó pensativo y confundido. En cuanto a Nale, se ha hecho muy amigo de él, le hacía falta, piensa Volna, ya que su nieto es muy solitario, y el que Draven estuviera con ellos, a pesar de su situación, le daba un toque de alegría y cambios a la casa.

— Lo que quieras muchacho.

Draven se lamio los labios y pensó un poco.

— ¿Cómo es que Emilian se convirtió en guerrero? - por fin preguntó eso.

Volna se le quedo viendo, pensándolo con determinación ella nunca le platico eso, y el jamás lo pregunto, demasiado ocupado pensando en Eirene, demasiado preocupado por lo que podía suceder, demasiado dolido como para darse cuenta.

— Bueno es que, según esto... Emilian estaba ahí el día que los Raks atacaron al Castillo, y el, los convirtió en estatuas a algunos.

Eso dejo helado a Draven... ¿El convirtió en estatuas a los Raks?... ¡¿Cómo?!, si él estaba ahí y nadie estaba haciendo eso más que él.

— No eso, no puede ser, Emilian no se sabe ningún hechizo, jamás quiso acompañarme con Oran... yo utilicé un hechizo que me enseñó el para convertir a los animales en piedra... y el hechizo lo utilicé para hacer lo mismo con varios Raks.

Afirmó el con decisión y asombro. La anciana abrió los ojos de en par en par, en cuando el revelo eso... confundidos se vieron durante varios segundos.

— Muchacho, si me estás diciendo la verdad... quiere decir que Emilian es el guerrero equivocado.... - exclama todavía con confusión, pero al mismo tiempo sabía que tenía razón. - ¡Tú eres el verdadero guerrero! 

La Maldición de EireneWhere stories live. Discover now