La Maldición de Eirene

➻Guerrero equivocado

-Capítulo 15-

El encuentro con Emilian fue tan extraño... ella no logró el placer que obtuvo con Draven, se dispuso a ponerse seria y cooperar. Emilian no decía nada, con el solo contacto de sus manos sobre la piel de Eirene le bastaba... la conexión fue extremadamente fácil, por lo tanto, él no sabe que pensar... no iba a ponerse a reclamarle de algo, siendo que estaba disfrutando tanto.

Eirene solo sentía al encima de ella, moviéndose inseguro pero firme... ella no sonreía, no lo veía a los ojos, y emitía gemidos solo porque sentía algo dentro de ella, y por obligación.

No salía de su asombro Draven. Se puso a discutir acerca del tema con Volna. Horas estuvieron platicando de eso, de cómo sucedieron las cosas exactamente esa noche... así mismo Volna le platico como pasaron las cosas mientras él estaba inconsciente.

— Es increíble... Emilian es un farsante – protesta Draven con una mirada de molestia.

Se levanta de su asiento y camina en círculos. Nale solo se queda callado. Volna igual, se quedaron pensando, meditando acerca de la situación.

— Te das cuenta... de que, si tú eres el Guerrero, podrás estar con la Princesa – de pronto suelta Nale para Draven.

Un silencio prologando se dio, y una serie de pensamientos acudieron a Draven... le dio un escalofrío difícil de describir.

— Pero... yo no puedo ser el Guerrero, soy un simple herrero... además, Eirene ya está casada con Emilian, y nadie me creería.

Puso excusas, ejemplos, y todas eran verdad.

— Yo te creo... y estoy segura de que Eirene también - espetó decididamente Volna, poniéndose de pie.

Pero ahora todo es tan confuso, todo ha sucedido tan Rápido. Conoció a Eirene hace apenas unos meses... se enamoró de ella en cuanto la vio, se enteró que era princesa y que nunca podría estar con ella por la profecía... esa misma noche aparecen los Raks, él la quiere salvar y utiliza un hechizo que le enseño Oran, fue atacado por un Rak... lo atendió Volna... cuando despertó Eirene había encontrado a su guerrero... vivió un momento intimo con ella, tan significativo... para después renunciar a ella, y verla casarse con otro, que resulta ser el amigo con el que vivió años... y hoy... se entera que él es el verdadero guerrero.

Que puede estar con su amada sin restricciones ni ataduras.

— Necesito tiempo para pensar que voy a hacer – dice casi como un susurro Draven. Esta tan confundido.

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Paso una larga semana, en la que ambos tenían que seguir con sus vidas. Draven se la pasaba todos los días viendo la posibilidad de reclamar lo que le pertenece, aunque a él no le importa la riqueza, solo quiere estar con Eirene, eso también lo tiene en un dilema, no está seguro de querer ser rey, es un gran peso... además, piensa que lo que hizo no es suficiente. Volna diario le pide que luche, que vaya al castillo y proclame lo que es suyo.

— Es que no es tan fácil - se dice a si mismo descansando sentado junto a un árbol.

Ha caminado tanto que ahora se encuentra en la pradera infinita, en las afueras de Russitea... necesitaba estar solo, pensar y analizar lo que debe y lo que quiere hacer. cierra los ojos un momento, y se queda ahí.

A los minutos un campesino que camina por ahí se acerca...

— Buenas tardes – lo saluda cordialmente Draven al campesino... y éste se le queda viendo como si hubiese visto a un fantasma, se quedó helado viéndolo, a Draven le extraño.

— Eh. – no podía pronunciar palabra el campesino.

— ¿Le ocurre algo? - le pregunta Draven al campesino, confundido ante su reacción.

Pero el señor solo se queda ahí, de pie, inmóvil. Ve a su alrededor, luego sale de ese shock emocional.

— Es que, se parece tanto a... – por fin recupero el habla - olvídelo, buenas tardes.

Da media vuelta y se dispone a irse. Draven más confuso aún con lo que dijo, dio un par de zancadas y ya estaba cerca del campesino.

— ¿Me parezco a quién? - insiste en el tema. el campesino se queda callado.

— Usted no es de aquí... por sus venas corre sangre noble.

Se alejó... pero algo quedó en Draven, al escuchar sintió como su sangre se encendía... como si ese campesino le haya dado una clase de supervivencia fácil o como si le hubiera dicho que morirá hoy mismo. No se atrevió a seguirlo y preguntarle por qué había dicho eso, se quedó anclado al suelo, como si el tuviera raíces que se quedaron enterradas justo en ese lugar.

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Desde aquella noche, Eirene no volvió a estar con Emilian, le dijo que esta indispuesta, que no tenía ganas, que se sentía mal... esas y más excusas ha usado, él, estresado soporta todo, de todas maneras, debido a que subió repentina y rápidamente de clase social, está tomando clases privadas por la mañana, y en la tarde haces sus deberes como Rey, a veces se cansa, pero luego ve todas las ganancias y mantiene su postura. Ser Reina es más fácil, pero a Eirene le gusta ocupar su tiempo en cosas, decidió olvidarse de sus asuntos, y concentrarse en adornar el Pueblo ya que pronto se acercan las fiestas navideñas.

Ellos dos, casi no se ven, solo para comer y en la noche para dormir. Es un matrimonio arreglado, pero al menos no han discutido, piensan que quizás, con el tiempo, ese pequeño afecto se convierta en cariño real... pero con el tiempo... Nadie garantiza que estarán juntos por siempre.

Esa misma tarde, recibieron la visita del hechicero Zuko. Eirene todavía no llegaba de la casa hogar, solo estaba Emilian.

— Buenas tardes Rey... vengo con un aviso del Pueblo Merasesti – empieza su plática.

Mientras estuvo ahí con él, se dio cuenta de la ambición y avaricia que existe en Emilian, él no se esperaba que Eirene estuviera al lado de un hombre así, esperaba que el guerrero, seria amable, serio, inteligente, valiente y que hiciera feliz a su princesa, porque para el Eirene siempre será su princesita.

Emilian tuvo que salir minutos después... así que Zuko se sentó en la sala a esperar a Eirene.

Ella no apareció hasta 10 minutos después, con un rostro sonriente y unos ojos soñadores... un momento, se dijo Zuko.

— ¡Santo Dios! - Exclamo el al verla.

— ¡Zuko!... ¿Qué sucede? – lo abrazo contenta, pero le pregunto debido a lo que él dijo al verla, su exclamación no fue como de alegría, sino más bien de desconcierto y asombro.

— Eirene... estas en embarazada – le dice afirmándolo, no como pregunta.

Ella se quedó quieta sin decir nada, solo viéndolo. entonces ella soltó una risilla.

— Como crees... no... no sé – dice finalmente y se pone a pensar en eso, ve de nuevo a Zuko. Esta segura de sus palabras Zuko no solo es un gran hechicero, si no que la conoce muy bien.

Mientras más piensa, más se convence... no le ha venido su periodo, y últimamente tiene más apetito que de costumbre. El hechicero Zuko, forma una sonrisa y la abraza... ella sigue desconcertada.

— La Profecía está por cumplirse. Es maravilloso - Dice Zuko todavía con una sonrisa.

Pero entonces Eirene se queda callada al respecto... la profecía solo se cumplirá si ella tiene un hijo con el Guerrero... pero este niño no es de Emilian, ¡si no de Draven!... entonces... está embarazada del guerrero equivocado.