Libídine |G.Weasley Smutfic| |+18| [2]

XXII: África.

Lys metió lo necesario para viajar en su bolso, solo iría un día y regresaría, Lyssandre, Louis y Cecille se encargarían de cuidar a Zibelth en lo que ella volvía, George y Fred estaban en Sortilegios Weasley trabajando arduamente, las tiendas últimamente habían aumentado su popularidad de manera exponencial y por más que quisieran estar en la casa Black-Weasley era imposible, ya que los empleados no podían con todo.

La rubia se recogió el cabello para verse en el espejo, si todo salía bien tal vez podría salvar a Zibelth.

Salió de su habitación para ir a la chimenea, antes de llegar se topó con su madre que estaba leyendo en el salón.

—¿Vas a salir, cielo?

Cecille alzo la mirada sonriéndole de forma cálida.

—Iré a dejarles algo de comida a George y Fred, últimamente no les da tiempo de comprar comida —mintió Lys, no sabía porque, pero algo dentro de ella le impedía decir la verdad —, no tardare mucho.

—De acuerdo, yo estaré al pendiente de Zibelth, no te preocupes por ella — se puso de pie para acercarse y besar su mejilla —, vete tranquila.

—Gracias, mamá —Le sonrió a Cecille—, la comida de Zib está en la nevera seria genial si pudieras llevársela de una vez.

—Claro que sí, mi amor.

Cecille le sonrió por última vez para caminar hacia la cocina, cuando la veela vio que entro a la cocina rápidamente fue a la chimenea para tomar los polvos flu.

Soltó un suspiro tratando de tranquilizarse para entrar a la chimenea y lanzar los polvos flu gritando su destino:

África.

Salió de la chimenea sacudiéndose las cenizas del cabello, observo todo a su alrededor, la casa parecía ser de paja o algo parecido, sin embargo, era extremadamente grande, camino buscando al dueño.

Estuvo recorriéndola un gran rato, pero todas las habitaciones estaban completamente vacías, así que fue salió de la casa, la zona era completamente árida y alrededor se encontraban varias chozas parecida a la que estaba tras ella.

Camino en los alrededores, las personas la veían con curiosidad y los niños que jugaban la saludaban con sonrisas inocentes, ella les devolvía el saludo, pero seguía sin encontrar al azabache.

Algunas veces se sintió demasiado vigilada, como si alguien la viera con intensidad, pero decidió no hacer caso para seguir buscando al mayor.

—¿A quién buscas, Lyssane?

Una voz ronca hablo a sus espaldas, así que giro sobre sus talones topándose con un hombre de facciones marcadas, piel pálida y ojos profundamente grises.

—¡Por Merlín! ¿Dónde estabas? No te encontré en la casa.

—Lo siento —sonrió algo culpable —, estaba en la choza de junto.... Vamos — tomo su mano para hacerla caminar — ¿Cómo estás? ¿Cómo está mi pequeña Zizi?

—Yo estoy bien —soltó un suspiro dando grandes zancadas para seguir los pasos del azabache —, Zib...no la está pasando muy bien, el parto se ha adelantado puede ser cualquiera de estos días, su cuerpo ya no tolera más a los bebés, es como si los estuviera rechazando —trataba de explicar de la forma más resumida posible —, pero en el momento que nazcan los impostores, es muy probable que...que ella muera.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

Llegaron a una puerta de vieja madera, Regulus trataba de no demostrarlo, pero estaba demasiado preocupado por su única sobrina.