—Estuve buscando en un montón de libros e incluso en internet, pero no tengo nada —dijo Jin tomando el lugar a su lado en el sillón—. Hasta llamé a los demás para preguntarles si no se les ocurría algo, pero ninguno supo qué decirme.
Lo primero que le pasó por la mente fue que, una vez más, estaban atrapados bajo las artimañas de Daehyun que no dejaban de jugar con sus nociones e inseguridades, pero cuando finalmente logró escapar de aquel agujero pesimista, Namjoon casi pareció ver cómo una lamparita se encendía frente a él con una idea.
Jin lo notó al instante en su rostro, en el brillo de su mirada en lo que observaba la pantalla de la laptop. Sabía sin que se lo dijera en voz alta y aunque no tenía la más remota idea aún de lo que Joon planeaba, ya se sentía un tanto extático por lo que estaba considerando.
—Quizás haya otra manera de conseguir la respuesta —afirmó Namjoon aguantándose las ganas de saltar a ello inmediatamente—. Solo que no garantizo que funcione.
Esto último provocó que Seokjin enarcara una ceja.
—¿A qué te refieres?
—Todo sistema ya tiene todo escrito y estructurado. Nada sale de la nada, simplemente hay detalles escondidos dentro del código que esperan a un comando para funcionar o aparecer —explicó con la efusividad de quien habla de lo que le interesa—. Como las páginas web utilizadas para exámenes o pruebas. Las respuestas a los ítems ya están marcadas y escondidas en la programación aunque no cualquiera pueda verlas.
—Sí, sí, eso lo entiendo. ¿Eso quieres hacer, entonces?
—Así es. Quizás si intento decodificar la ventana del acertijo puedo obtener su solución —dijo Joon ya poniendo las manos sobre el teclado pero sin presionar nada—. Generalmente es algo bastante sencillo, así que debería funcionar.
Sentado a su lado, Seokjin lo azuzó sacudiéndolo del hombro y se inclinó sobre la pantalla lo suficiente para ver de cerca pero no cubrir su vista del aparato.
—¿Y qué esperas? Inténtalo —apremió el mayor.
—Puede que me tome un momento, pero haré lo que pueda.
Unos comandos después y unos cuántos golpes al teclado lo dejaron acceder al cuadro con los códigos de la ventana del acertijo y a simple vista, seguramente para los ojos de alguien sin experiencia como Seokjin, se veía exactamente igual a los otros códigos que normalmente tenía que descifrar para acceder a las adivinanzas.
Incluso si ya sabía que lo que estaba haciendo no se trataba de nada demasiado complejo, no pudo evitar sorprenderse de lo sencillo que había sido encontrar en el código la respuesta al acertijo. Namjoon se había esperado que Daehyun predijera un intento por el estilo y hubiera puesto barreras y trabas a su búsqueda, pero no encontró ninguna resistencia a su intromisión y en apenas unos minutos, la solución estuvo frente a él.
Hong Kong.
Bajo la mirada de Seokjin y sin esperar a decirle nada, Namjoon escribió la respuesta obtenida en el casillero de la ventanita una vez que cerró los comandos de ésta.
Ya habían pasado por eso otras dos ocasiones y tan acostumbrados estaban ya a que un golpe al botón de enter fuera suficiente para obtener las coordenadas que cuando pasó un largo minuto sin respuesta por parte del sistema hizo que la pareja se volteara a ver a los ojos como buscando en el otro la explicación de lo que estaba ocurriendo.
Al cabo de otro minuto y justo cuando Namjoon estuvo a punto de volver a intentar algún otro truco, la ventana fue reemplazada por otra muy parecida, pero que les proporcionaba lo que parecía ser un enlace.
Al observar a Jin, éste solo asintió con la cabeza, como si temiera que su voz podría ser escuchada si se atrevía a usarla. Entendiendo que ambos estaban pensando lo mismo, Namjoon presionó el link esperándose cualquier cosa menos lo que pareció en pantalla.
Se abrió una ventana del navegador y no vieron exactamente un sitio web, pero sí lo que parecía un video esperando por reproducirse en un fondo totalmente blanco y sin texto. Al darle play al reproductor, lo primero que vieron fue el perfil del rostro de Daehyun, claramente preocupado trabajando en algo en una computadora ubicada fuera de la toma.
—No les voy a mentir, estoy algo decepcionado de ustedes —confesó el hacer chasqueando la lengua y utilizando un tono condescendiente al hablar—. ¿De verdad trataron de hacer trampa? ¿Incluso cuando les dije que no lo hicieran?
Daehyun se volteó hacia la cámara entonces, suspirando y girando sobre su silla para mirarlos desde detrás de sus anteojos. Parte de su cabello había vuelto al rojo, específicamente la parte izquierda, mientras que la derecha seguía de un color oscuro, probablemente negro o castaño.
—Eso no es de chicos buenos, ¿lo saben? Se supone que el malo soy yo —continuó no sin burla en la voz—. Me temo que solo les queda esperar su castigo, no digan que ustedes no se lo buscaron. ¡Hasta luego, Joonie!
El video se cortó entonces y la ventana del navegador se cerró por sí sola, al igual que el resto de las partes del sistema de Daehyun. No apareció otro código o acertijo nuevo, la computadora de Namjoon volvió completamente a la normalidad.
—¿Qué crees que va a hacer? —inquirió Jin con cautela. Había cierto miedo en la forma en la que pronunció sus palabras, pero no sentía que darle vueltas a ello sería bueno para él, así que intentó convencerse de que se lo había imaginado.
—Las posibilidades son infinitas. Con sus habilidades podría hacer cualquier cosa.
Los miedos de Namjoon se centraban en aquello que había formado parte de sus amenazas al principio de aquel desafío. El que pudiera meterse con inocentes o peor, con aquellos que fueran más vulnerables, pero no tuvo que mantenerse sin dormir para conocer la que consideró una simple advertencia de parte de Daehyun:
Unas horas después de haber accedido al video de Daehyun, Taehyung apareció desde su habitación sin la cánula puesta, siendo perseguido por Jimin que claramente intentaba detenerlo o regañarlo. El menor tenía el teléfono en la mano y una expresión de confusión y un poco de indignación en la cara, pero principalmente en sus labios estirados en un mohín.
Resultó que la madre de ambos lo llamó para comentarle sin saber bien qué pensar sobre unos diez mil millones de Won que habían sido robados de la cuenta conjunta de ella y su esposo. La cantidad en sí no era la suficiente para causarles mucho daño económico, pero era el suficiente para hacer sonar las alarmas del banco y las del matrimonio.
Para Namjoon estaba claro: al ser la primera trasgresión, la consecuencia de ella era más leve, pero de todos modos demostraba qué podría ocurrir y que no tenía miedo de causar los estragos que había prometido.
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Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...
Acertijo #7
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