La esposa del Diablo: Infierno [ 1 ]

[ T R E I N T A Y S E I S ]

[HADES Y MEDUSA]

17 de Febrero de 2021
Charles

El lugar se siente frio y vacío. 

Niego con la cabeza cuando noto a donde mi mente quiere llevarme y hoy no será así, no cuando por fin pude pararme a pensar un poco sin la necesidad de sentirme mal. El vomito y los mareos se habían ido y lo más seguro es que haya sido porqué me digne a desayunar algo hoy.

Me enfoco en lo que debo y terminó de abotonarme los botones de la camisa negra sobre mi cuerpo, sobre esta me pongo el saco y dejo la corbata a un lado sin querer tener algo que me asfixie más de lo que mis pensamientos hacen. 

Dejo mi departamento con otra actitud, aparentando otra versión diferente a la que entro hace ya un mes y medio ahí. No, aún no estaba al cien pero para estarlo debía empezar a buscar gente que estuviera de mi lado. 

Necesitaba una estrategia nueva y aunque aún seguía planeándola, ya había empezado a moverme para recuperar lo que por derecho era mío. 

Antes estaba dispuesto a compartir ese poder con Ian, solo. que ya no era el mismo hombre de hace meses atrás y ya no deseaba que nadie tuviera un orden mayor que el mío. Lo quería todo, no solo la empresa, todo y eso incluía muchas cosas. El problema es que para conseguir eso que tanto quería, tenía que arriesgar algo. Y necesitaba gente que pudiera moverse junto a mí en esta tarea que era vencer y conquistar.

Mis amigos no eran una opción viable, porque saldrían manchados en esta situación y si iba arriesgar a alguien debía a ser a alguien que no me importara ni un poco. Sería más fácil dejarlos atrás en caso de que algo salga mal. 

Veía por los míos, nada más.

Y tampoco buscaría mucho del otro sujeto, del supuesto hermano que tenía regado por el mundo, por ahora aunque muriera de curiosidad de saber acerca del otro hijo de mi madre, no me creía mentalmente estable para verlo o hablar con él. 

No lo quería en mi vida, ni nada que me relacionara a él, esa era la verdad.

Entro al elevador y dejo mi cabeza recostada en la pared de mental tratando de ponerme a pensar fríamente, pero me cuesta. Algo que no me había pasado antes y ahora debía no sólo lidiar con mis problemas sino con las emociones que estas desencadenaban de una forma tan fuerte. ¿Por qué? No lo sabía.

Había pasado toda mi vida creyendo que aunque mis padres no se amaban del todo, me amaban a mí, creí que dañarían el mundo por verme bien si fuera necesario y eso me fue suficiente en su momento cuando los perdí en el accidente. Solo que ya no era un niño y ahora ya nada me era suficiente en un mundo en el cual tenía más enemigos que amigos.