[ N U E V E ]

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[ Capítulo 9 ]

TITULADO
SOBERBIA Y ARROGANCIA JUNTOS

TITULADOSOBERBIA Y ARROGANCIA JUNTOS

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Yo soy soberbia.
Ella es arrogancia.

Charles

Llevaba años trabajando en la empresa, pero resultaba curioso que apenas cuando mi abuelo decidía dejarme el manejo completo de la empresa, es que todo se hacía un desastre. Y aunque hace poco entre oficialmente como el jefe de la compañía y todas sus sedes, aún faltaba la presentación pero eran detalles. Lo que odiaba de todo esto, es que quisieran verme la cara de imbécil.

Y todos lo sabían.

Llevaba tres días en San Diego. 72 horas si no es que más, en donde lo único que había hecho era observar, analizar, insultar, gritar, enojarme y despedir a la gente incompetente en la empresa. A mí no me servía nada que me fallara, poco me importaba que no tuvieran trabajo porque mi único problema era el dinero y la reputación de la empresa. No ellos.

Se les pagaba por hacerlo bien y el que pasaran este tipo de cosas era signo de estupidez. Y una gran señal de que yo perdía dinero, tiempo y paciencia.

—Señor...

—¿Ahora qué? —la rabia se notaba en el tono de mi voz, entendible con lo que pasaba—. ¡Habla! Apúrate que no tengo todo tu tiempo, ni la paciencia.

—Llegaron los informes.

El sujeto camino rápido hasta el escritorio que estaba ocupando desde hace dos días, me entregó la carpeta con miedo pero sin tocarme. No soportaba el tacto de nadie en estos momentos porque solo me daban ganas de arrojarlos por la ventana.

—Vete. —ordené.

Abrí la carpeta y pude sentir como todos mis musculosos se tensaban con cada segundo que leía el maldito informe, el cual me decía cuanto había disminuido el ingreso de la empresa en tan solo 24 horas.

¡Me estaban rodando en la maldita cara!

Pero estaban muy equivocados si creían que no haría nada en contra de ellos. Y ya estaba cansado de hacer esto por el lado correcto, e irritado de esperar las pruebas que mi tío Lukasha y mi abuelo intentaban encontrar.

Esperé lo suficiente como para querer empezar actuar a mi manera. Con mis reglas, mi propio equipo y con gente que sabía que resolvería esto de inmediato.

Tomé mi teléfono, marqué el número de la mujer que me ayudaría a resolver esta mierda más rápido sin tener que seguir esperando por lo que mi familia quería hallar. Espere a que me contestara. Y aunque mis planes de verla no eran estos días, así debían ser ahora con toda esta porquería encima.

La esposa del Diablo: Infierno [ 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora