Sin embargo si había algo que no haría en ese momento, agotado como estaba e inmensamente estresado por lo que todavía tenían que sobrevivir, sería ponerse a pensar en Soojin para caer en un agujero sin fondo.
Seokjin sonrió entonces con travesura en la mirada y se volteó hacia Namjoon antes de que éste pudiera hacer algún comentario o intentar reconfortarlo.
—No tiene importancia, hay algo más en mi cabeza ahora —dijo el mayor estirando la mano para ubicar su copa sobre el carrito con los restos de comida—. Hay algo que quiero hacer.
—¿Y eso es? —apremió Namjoon con aquella sonrisa que le decía a Jin que se lanzaría de un precipicio con él si se lo pedía.
Con la debida protección, claro.
—Debido a la forma en la que se desarrolló nuestra relación y el tiempo que llevamos juntos —empezó Jin sin dejar de mirarlo a los ojos. Su cabello castaño parecía darle un tono incluso más oscuro a sus ojos ónix—, nunca tuvimos tiempo de actuar como un par de adolescentes enamorados.
—Cielo, no somos unos adolescentes y cuando nos conocimos tampoco.
Seokjin rodó los ojos, pero no de forma molesta, sino que todavía divertida.
—Todas las parejas tienen un periodo de amor adolescente, al menos al comenzar —explicó. Joon no sabía qué pensar de tal arranque filosófico tan poco característico de él—. Es ese momento en la relación en la que todo es amor y hormonas, ¿sabes?
—Entiendo el concepto, pero no te sigo, ¿a qué viene esto? —inquirió Joon, presintiendo que no tardaría en entender.
El mayor no intentó contestarle, al menos no con palabras. Se inclinó hacia él para sacarle la copa de las manos y alejarla como había hecho con la suya y presionó su boca contra la suya con suavidad, sin subir la intensidad del gesto. Namjoon no salía de su confusión, pero correspondió de buena gana, colocando la mano en la nuca de Seokjin para evitar que se separara al menos por el momento.
Aquella delicadeza que tenía sabor a exploración inocente no duró mucho, sin embargo, pues Jin aprovechó su distracción para meter incluso más presión e incluso empujar contra sus dientes con la lengua con urgencia.
El rubor subió desde su cuello hasta sus mejillas, pero dominado por su urgencia no pudo hacer más que ceder ante la petición de Seokjin y abrió la boca, permitiendo que lo besara profundamente y de una manera que le dio una pequeña sensación de ahogo, aunque no la suficiente para opacar el placer que sentía.
A eso se había referido cuando habló de actuar como adolescentes. A dejarse llevar por las pasiones y las hormonas, a besarse con ganas y sin parar hasta que les faltara el aliento.
Una de las manos de Jin bajó por su pecho, apretujando uno de sus pectorales en el camino y se instaló cerca de la pretina de sus pantalones, empezando a jalar su camisa para sacarla de donde estaba agarrada bajo la prenda. Era imposible para Joon concentrarse en entender si estaba cayendo hacia un costado por la insistencia de Jin u otra cosa, pero de todos modos no tuvo mucho tiempo para intentar averiguarlo: un pitido violento los separó y destrozó el momento.
Seokjin soltó un sonido de frustración al despegar su boca, uno que sonó muy cercano a un pequeño gruñido. Sus labios estaban rojos e hinchados más de lo normal, y sus ojos molestos todavía tenían aquel brillo ardiente en ellos.
—Es mi teléfono —murmuró Jin, levantándose de su lugar para ir a buscar el aparato de donde lo había dejado junto a la mesita de noche—. Es Hoseok, más vale que esto valga la pena o tendrá problemas.
Por lo que pudo entender de lo que Seokjin estaba diciéndole al amigo de ambos, no era muy difícil adivinar que había llamado solo para preguntar qué había ocurrido y si se encontraban bien. Jin no parecía ni remotamente feliz o satisfecho, pero respondió y relató todo sin quejarse o hacer más que poner muecas fastidiosas en su rostro. Namjoon aprovechó la ocasión para llamar a su hermano menor para informarle de lo mismo y, de paso, anunciarle que estarían de vuelta en Corea a primera hora al día siguiente.
Su llamada se alargó un poco más que la de Jin, pues Jimin insistió en hablarle para contarle sobre cómo estaba Taehyung desde una perspectiva médica, pero en cuanto pudo librarse de sus reportes sin novedad, Namjoon colgó soltando un suspiro.
Jin encontró su mirada cuando volteó a verlo.
—¿Quieres irte a la cama ya, Jinnie?
El mayor enarcó una ceja.
—Estábamos en medio de algo, ¿recuerdas? —dijo el castaño, acercándose a él de nuevo en el suelo al pie de la cama para sentarse en sus piernas—. No vas a escaparte tan fácilmente.
El beso se resumió donde lo habían dejado y por el resto de la noche, Joon ya no tuvo tiempo ni energías para darle vueltas a nada más.
De cierto modo se sentía un poco como un momento de paz ficticia, pero ninguno de los dos sería tan estúpido para quejarse de ello. No habían tenido tiempo para ellos mismos desde que Namjoon volvió de su viaje familiar y eran instantes como esos en los que podían recuperar un poco el tiempo perdido.
El contacto entre ellos era ansiado y entonces lo único que importaba era que se tenían el uno al otro y que por al menos un par de horas no tenían nada de lo qué preocuparse.
A la mañana siguiente y despertándose quizás un poco más tarde de lo que habían planeado, tomaron un taxi de vuelta al aeropuerto donde tuvieron que comprar sus propios boletos de vuelta a casa, ya conscientes de que lo que les esperaba era aguardar por sus siguientes instrucciones.
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Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...
Acertijo #6
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