CAPÍTULO 18

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NUEVA VÍCTIMA.

Pandora

—La segunda victima —escucho que alguien lo dice en medio de un jadeo desesperado.

Suspiro y llevo mis dedos al puente de la nariz, masajeando la zona mientras analizo la noticia.

—¿Dónde? —pregunto cuando apoyo la espalda sobre la pared del pasillo.

—Kiev, Ucrania.

Cierro los ojos con fuerza.

Claus odia toda esa zona de Europa. ¿Por qué enviar una víctima a ese territorio? Muchas incógnitas y pocas respuestas.

—Hay que volar allí —pronuncia Dante.

Muevo la cabeza en señal de asentimiento mientras muerdo la parte interna del labio.

—¿Quién se viene? —cuestiono.

—Ana y Sebastian están ocupados con los datos que les has dado, Peter se esta encargando de lo del chico, Brina está durmiendo, Dana está preparando otro operativo con otros agentes y Ulises estaba contigo —informa Selena.

—Yo no puedo. El Clan Serpente requiere de mi presencia, pero mantenerme informado en todo momento —Marco se despide.

—Yo puedo buscar información sobre la víctima mientras voláis hacia allá. Así cuando volváis, tenemos una base sobre la que podemos empezar a investigar —sugiere Ulises.

—Me parece bien —respondo y miro a mi compañera—. ¿Quieres venirte? —pregunto—. Puedes negarte si quieres. La imagen no es muy bonita que digamos.

—He visto cosas peores que eso, te lo aseguro —baja su mirada unos instantes y después nos mira—. Voy.

—Iré dando el aviso para que preparen el avión. Cambiaros y nos vemos en la pista en una hora—informa Dante.

Me despido y camino hacia mi habitación, donde me doy una ducha fría que calme el calor de las turbinas y que a la vez me mantenga despierta. Seco y peino mi pelo a velocidad de la luz y me visto con un traje completamente negro, junto con un abrigo grueso y tacones del mismo color. Aporto color con un poco de rojo en mis labios. Cojo el bolso y las gafas de sol y voy hacia el encuentro del poeta y Selena.

—Toma —me da un vaso de café—. Se te ve agotada.

Lo acepto con gusto y le doy un sorbo. Veo que ellos también tienen uno y que los tres vestimos de negro.

—¿No usamos un avión militar? —pregunta mientras caminamos por la pista hacia un avión privado propiedad del ejército.

—Llamaría mucho la atención, y el asesinato de por sí ya es llamativo. Cuanto más discretos seamos, mejor —explico.

Subimos al avión y tomamos asiento en silencio. Cierro los ojos el tiempo que dura el despegue y los vuelvo a abrir cuando avisan que nos podemos quitar el cinturón de seguridad. Lo primero que ven mis ojos al abrirlos es al poeta sentado frente a mí, mirándome con intensidad. Busco a Selena y la veo en el otro extremo del avión intentando dormir.

—¿Qué piensas? —lo miro.

—Pienso en que no entiendo la razón de ser en Kiev. A Claus no le agradan estos países.

—¿Entonces por qué enviar a una de sus víctimas allí?

—Eso es lo que intento averiguar —suspiro terminando el café.

El vuelo se hace ameno porque los tres nos quedamos dormidos, aunque yo me desperté varias veces a causa de las pesadillas recurrentes que siempre tengo.

PANDORA © (Sombras #1)Where stories live. Discover now