CAPÍTULO 04

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HE VUELTO ZORRAS.

Pandora

Estas últimas semanas han sido un completo caos. Todo mi tiempo fue ocupado por la mudanza desde el piso de Madrid a la casa en Florencia. Una no sabe cuántas cosas tiene hasta que tiene que trasladarlas de un país a otro. Y cunado digo cuánto, me refiero a todos los diseños, obras de arte y demás artículos que custodiaba o adquirí durante mi estancia en España.

Pero por fin estamos oficialmente instalados de vuelva a Florencia, en lo que siglos atrás era el palacio Médici, residencia de uno de los mayores gobernantes de Florencia durante el Renacimiento. La propiedad había sido reformada por mi hermana, ya que iba a ser su casa después de casarse, aún sabiendo que estaba a mi nombre en la herencia familiar. La casa poseía habitaciones amplias, con rasgos de la construcción original mezclados con estructuras modernas, decoración minimalista y numerosas obras de arte colgadas en las diferentes estancias.

Y en lo que a los negocios respecta, nada me asusta. He trabajo muy duro durante años para lograr la posición y los conocimientos que poseo. Todos los logros han sido fruto de esfuerzo y dedicación, no por meterme entre las sábanas de algún empresario.

«Admite que te has metido en sus sábanas, pero no para fines económicos». Bueno sí, pero no es el caso.

Finalmente, hoy, viernes 17 de julio, me presento como la nueva directora general de Corporaciones Ricci. Voy de camino al edifico donde se localizan las oficinas, en el distrito financiero. Al atravesar la puerta de entrada, muchas miradas se dirigen hacia mí, percibo algunas de odio y otras de curiosidad, las ignoro. Llamo al ascensor y pulso el último piso, el piso presidencial.

¿Cómo será un polvo en el ascensor mientras este sube o baja, con el morbo y la excitación a mil por si las puertas se abren antes de tiempo? Lo añadiré a mi lista de lugares donde follar antes de morirme.

Mis tacones resuenan por todo el pasillo una vez salgo del ascensor, dándome una sensación de poder, y, al igual que antes, en la entrada, muchas miradas se centran en mí. Avanzo por el pasillo hasta llegar al despacho que antes pertenecía a mi padre, encontrándome los abogados de la empresa.

—Buenos días, señoras y señores —saludo a las dos mujeres y dos hombres que se encuentran en el despacho. Me quito las gafas de sol que traía conmigo y las dejo sobre la mesa, mientras coloco mi pelo liso dorado sobre mi espalda—. ¿Listos? —esbozo una sonrisa mientras asienten, indicando que es momento de ir hacia la reunión.

Los cinco nos encaminamos hacia la sala de juntas y al entrar observo los socios mayoritarios dirigir sus miradas hacia mí. Voy avanzando por la sala, la cual se sume en un completo silencio y lo único que se escucha son el ruido de mis tacones cuando estos tocan el suelo. En ese trayecto, algunos de los socios se dedican a mirar, de forma poco discreta, mi escote. Ruedo los ojos hacia la falta de profesionalidad de los mencionados. Me siento en la silla del fondo.

—Buenos días, señorita y caballeros —educación, ante todo—, para quién no me conozca o no me recuerde, soy Pandora Fiore, y, desde hoy y de forma indefinida, seré la nueva directora general de Corporaciones Ricci — digo con voz suave pero autoritaria.

Me dedico a observar las expresiones de los aquí presentes, muchas denotan sorpresa, ira, desagrado y una de ellas expresa curiosidad, la de un hombre más joven, diría incluso de mi edad.

No está mal, podría ser una entretenida diversión mientras me dedico a encontrar al enmascarado.

Muchos de los asistentes carraspean o se acomodan en sus sillas, indicando inconformidad con la noticia.

PANDORA © (Sombras #1)Where stories live. Discover now