VEINTICINCO

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Elias.

la nona me mira por unos segundos para luego seguir en su sopa de letras, yo por mientras sigo dibujando círculos de allá para acá, como es domingo por la noche están dando puras weas en los canales nacionales, así que hacemos la hora hasta que den "yo soy".

—No he querido preguntar porque tú estay grandecito pa' tus cosas.—murmura sin despegar la vista de su cuaderno, yo alzó la cabeza.—¿Te peleaste con la Abigail?

frunzo el ceño, ella sube sus lentes hasta que los deja en su pelo y me apunta con el lápiz.

» Hubiesen pasado piola si no hubierai casi gritado su nombre ayer en la mañana.—comenta con una pequeña sonrisa.

—No hemos peleado.—me encojo de hombros.—Estábamos bien hasta que salió corriendo porque dijo que tenía que volver, pero no me ha respondido... Tampoco estaba donde sus abuelos cuando fui a dejarle el poleron.

—¿No habrai espantado a la pobre niña?—frunzo el ceño, ella se encoge de hombres.—¿Le dijiste algo qué la hiciera huir?

recuerdo ayer y sé que la abracé y antes le dije que podía hablarme cuando quisiera ¿Eso la habrá espantado? conociéndola lo más probable es que se haya incomodado.

—Yo... Creo que sí.—muerdo el interior de mi mejilla y ella niega con la cabeza.

—¿Durmieron juntos?—su pregunta me toma desprevenido, contarle cosas a mi abuela es fácil pero con esto era otra cosa porque nunca había invitado a nadie más que al Jorge a la casa, mis otros amigos los conoce de pura casualidad, por eso es que ella está más que interesada en la Abigail, aparte de que tienen algo en común que aún tengo que descifrar.

—Sí.—sonríe pícara.—Pero sólo dormimos, nona.

—Mírate, que grande.—aprieta mi mejilla.—Supiera tu mamá, con lo bien que la cae la Abigail.—ironiza.—¿Sólo durmieron?

miró hacia otro lado.—Quizás hubo algo más.

ella ríe y me da un golpe en el hombre.—Que ganas de ser joven otra vez.—niego con la cabeza.—Fue amor a primera golpiza.

se ríe del chiste fome que hizo, niego con la cabeza y me levantó de la silla, mi nona vuelve a ponerse los lentes y sigue subrayando cada que encuentra alguna palabra.

tomó el cuaderno y mientras subo a mi pieza, lo reviso. Son puros círculos sin orden, cuando llegó a mi pieza veo el poleron de la Abigail doblado encima de mi escritorio, ya no huele a ella porque mi nona lo lavó.

me tiro a la cama dramáticamente y con el dorso del brazo tapo mis ojos.

no quería espantarla, menos cuando sentí que por fin nos estábamos acercando más.

me acomodé de estomago y bufé, volví a cerrar los ojos.

puta que es complica' la Abi.

(...)

me saqué una lagaña y la soplé, pero la wea no se despego de mi dedo así que la pegue en el fierro del paradero, tengo tanto sueño que soy capaz de quedarme dormido de pie.

sacó mi celular y no veo ningún mensaje de nadie, menos de ella. La verdad es que me lo esperaba, sé que ella no es de las que responden pero al menos quería saber si estaba bien.

—Elias.—un murmuro detrás de mi espalda me da escalofríos, siento los pequeños brazos de la Sami pasar por mis estómago y así abrazarme.—Buenos días.

NO SEAI LLORONAWhere stories live. Discover now