ONCE

1.8K 169 33
                                    

Abigail.

veo sangre.

siento sangre en mis manos, cara y ropa.

estoy paralizada y aunque quisiera salir corriendo no podría, con las manos cubiertas de sangre me tapó la boca y evitó sollozar o respirar pesado, unos pasos me alertan y quiero gritar, pero no puedo.

silencio de nuevo.

segundos después su cara aparece frente a mí, como si fuera una película de terror.

solo que es mucho peor porque es real.

—Aquí estay y ten por seguro que no vai a volver a escapar.

un grito agudo escapa de mi garganta antes de que pueda evitarlo, mi cuerpo tirita y mi respuesta es agitada, me duele el pecho, unas fuertes punzadas se están haciendo presente.

tomó el celular y antes de prenderlo inhaló y exhaló con fuerza, con un intento de calmarme.

no es real, ya pasó y estoy segura aquí.

son las cinco de la mañana, me incorporé de nuevo en la cama y miré el techo.

no volvería a dormir luego de eso.

me hice bolita y tarareé una canción que inventé, una melodía tranquila y sin final.

(...)

el reflejo en el espejo no ayudaba en nada a que mi humor mejorara, me lavé la cara y luego los dientes.

—Abi ¿Vai a ir al colegio hoy?—abrió la puerta la Dina.—¿Qué te pasó? Tenís cara de muerta.

—No quiero ir, pero es obligatorio.—me encogí de hombros.

—¿Estay bien? ¿Paso algo anoche?

le mandé una mirada a través del espejo para que se quedara callada, cosa que funcionó porque se quedó en silencio. Antes de irse me apretó el hombro de forma reconfortante.

suspiré de forma fuerte, mi reflejo era un latente recuerdo de la persona que me había cagado la vida de multiples formas y eso era algo con lo que tenía que vivir, por más que me hubiera teñido o cortado el pelo, mi cara siempre iba a ser la misma.

—¡Abigail!—el gritó de mi mamá se oyó desde abajo, me lavé las manos con jabón y me las sequé con una toalla para bajar.

el Oscar estaba sentado en la mesa leyendo un diario, mientras la Sandra con ayuda de la Dina ponían la mesa. Parecían una familia normal que siempre muestran en la tele, excepto por una cosa: yo.

yo nunca iba a encajar con ellos, incluso si me metía en la cabeza que ellos eran mi familia.

(...)

mastiqué con cuidado mi brocheta de frutillas con chocolate, a mi lado la Dina intentaba sacarle conversación a la Mailen, quien la miraba cohibida.

––¿Ya estay molestando a alguien más?––una voz grave me sacó de mi trance, un mino alto paliducho y medio rubio estaba frente a nosotras con una media sonrisa, sus pantalones caídos y las cadenas que iban con él me disgustaron altiro, tenía pinta de todo lo que yo no soportaba.

NO SEAI LLORONAWhere stories live. Discover now