Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}

Acertijo #3

Había pasado ya demasiados meses desde la última vez que lo vio así. Una vez que cerraron su trato con el NIS y fueron liberados, ambos se prometieron no volver a recaer en sus viejos trabajos y así había sido; vio a Namjoon alejarse totalmente del hacking para dedicarse a cosas que probablemente no eran ni tan remotamente entretenidas para él como su pasión pasada y tenía que admitir que le enorgullecía su cambio y control.

Pero por otro lado, no podía decir que le molestara verlo concentrado en su laptop como entonces. El brillo impaciente en sus ojos aún estaba ahí y estaba claro que todavía encontraba placer en lo que antes había sido su fuente de ingresos.

Lo mejor que pudo hacer por él y para ayudar, fue encargarse de que no le faltara nada mientras trabajaba sin parar. Eso a veces implicaba traerle comida o bebida, pararse detrás de él para masajear sus hombros o simplemente acariciarlo y darle algunos besos de ánimo que, muy para su alegría, fueron recibidos con sonrisas y palabras cariñosas.

Al final del día y cuando la madrugada seguía rondando, Jin se levantó de la cama solamente para sacarle la laptop del regazo y recostarlo en el sofá, cubriéndolo con una manta que trajo consigo. Pudo haberlo levantado sin problemas para llevárselo a la cama, pero temió interrumpir su sueño y que lo impulsara a seguir trabajando en lugar de tomarse el descanso que claramente necesitaba.

La tranquilidad y emoción que había sido todo lo que impulsaba a Namjoon el primer día empezó a agotarse con preocupante rapidez una vez que las primeras veinticuatro horas llegaban a su fin. Aquello que seguramente pensó que no sería gran problema estaba costándole mucho más trabajo de lo esperado y la frustración estaba más que presente en cada gesto de su rostro y en los movimientos de su cuerpo.

Jin lo encontró ya de nuevo sumido en su tarea cuando despertó a las siete para ir al trabajo. No podía hacer más que asumir, pero algo le dijo que ya llevaba un par de horas despierto.

—Te dejaré café aquí, ¿de acuerdo? —anunció Seokjin bajando una taza en la mesita frente a él—. Procura no saltarte las comidas y al menos levántate de vez en cuando a tomar agua o estirar las piernas.

—Ajá.

Ni siquiera apartó los ojos de la pantalla.

—Volveré a las seis, seguramente.

—Mhmm.

Lo que menos deseaba en aquel momento era abandonarlo con sus ojeras y constantes bostezos, pero lo que menos necesitaba era no poder pagar la renta y terminar quedándose sin piso en donde estar tranquilos para hackear los sistemas de un criminal cibernético.

Contuvo un suspiro y se inclinó a besar su coronilla antes de salir.

De haber sido otra persona, probablemente los nervios hubieran distraído a Seokjin durante todo el trabajo, cometiendo errores y tropezando con todo mientras pensaba en su novio solo en el apartamento rompiéndose la cabeza para intentar traspasar la barrera de códigos de Daehyun, pero no era su caso; estaba tan acostumbrado por su entrenamiento militar a apartar las distracciones de su mente que concentrarse en su trabajo fue pan comido.

Todo se dio de manera perfecta, sin ninguna queja o inconveniente de parte del staff o los clientes. El gerente debía estar rechinando los dientes por otro día de perfecto desempeño, considerando lo mucho que no lo soportaba y cómo parecía empeñado en encontrarle problemas a su trabajo.

Jin lo ignoraba olímpicamente, pues le restaba importancia a su existencia, pero le divertía pensar en que más pronto que tarde, el puesto de gerente volvería a ser suyo.

No obstante para lo que no estuvo preparado fue darse cuenta de que su entrenamiento no le serviría de nada una vez que se quitara el uniforme y saliera del café. Una vez sus pies cruzaron la puerta trasera destinada a los empleados, todo el peso de sus nuevos problemas y los recuerdos terribles le cayeron encima como un balde de agua helada.