12

283 23 2
                                    


1994

Ahí estaba yo, sentada en medio de la sala comun a altas horas de la noche con la carta que mi padre le había enviando a draco entre mis manos.

Estaba tan desesperada, nunca me decían nada, a pesar de que tuviera que ver conmigo y ahora resulta que inclusive mi propio hermano me lo había ocultado.

No quería que nada sucediera, no quería necesitar protección, para que? Habían pasado tantas cosas que no me había tomado el tiempo de repasar cada maldito problema que tenia.

Me levante y lentamente camine hacia la chimenea para después arrojar el pedazo de pergamino que tenía, viéndolo así consumirse entre las llamas.

No tenía sueño y no quería regresar a mi dormitorio por lo tanto salí a dar un recorrido con el riesgo de ser descubierta por algún prefecto o maestro que le quitaría puntos a mi casa.

A este punto no me importaba el castigo que recibiera, mi mente no tenía ganas de pensar en algo tan trivial como eso. Llegué a él baño que era conocido por tener el fantasma de Myrtle encontrandome con ella sollozando dentro de uno de los cubículos.

- que desagradable- dije mientras me sentaba en el suelo alejada de ella.

Al parecer me escucho pues rápidamente salio de su escondite para acercarse a mi.

- bueno, al parecer no soy la única que parece querer llorar- menciono con su tono de voz tan chillón.

- no digas estupideces, llorar es para débiles, como tu.- la señale levantándome dispuesta a irme pero me interrumpio.

- algún día vas a pagar por tus horribles palabras niña- dijo esta vez de manera furiosa.

- si, no hay mucho que puedas hacer te recuerdo, estas muerta. - la atravesé para así salir del lugar dejándola con las palabras en la boca.

Tal vez Myrtle tenía un poco de razón, quiero decir, y si estaba pagando por todo lo que ya había hecho, hace unos años yo era tan mala con la gente, intente cambiar y lo único que logre fue acreditarme un asesinato y liberar a un fugitivo. este podría ser mi castigo. Vaya castigo de mierda.

Al final llegue sin ser descubierta a la habitación donde mis compañeras dormían plácidamente.

- que buena conciencia deben de tener para dormir de esa manera- dije a pesar que nadie podía escucharme.

Despues de haberme puesto la pijama al fin deje mi cuerpo descansar en mi cama, al contrario de lo que yo había pensado, me quedé dormida rápidamente.

                            ........

-alastor moody, ex-cazador, ministro inconforme y su nuevo maestro de DCAO- dijo mientras escribía en la pizarra. - vine porque dumbledore me lo pidio, fin de la historia, se acabó, adiós. Preguntas? - vio a toda la clase sin embargo nadie dijo nada. - bien, cuando se trata de artes oscuras, aplicó el método práctico, pero primero, quien puede decirme cuantos maleficios imperdonables existen?-

- tres señor- contestó, como siempre hermione.

- por qué se llaman así? - pregunto mientras anotaba más cosas en la pizarra.

- por qué son imperdonables, si un mago los usará- la interrumpió moody antes de que pudiera seguir con la respuesta.

- se ganaría un boleto directo a azkaban, correcto- término la respuesta por ella- el ministerio dice que son muy jóvenes para ver sus efectos pero yo opino lo contrario, necesitan saber a que se enfrentan y necesitan estar preparados - dijo casi gritando de espaldas a la clase- y creo que necesita encontrar otro lugar para poner su goma de mascar señor finnigan. - al voltear me di cuenta que un niño de griffyndor que no me importaba conocer, estaba pegando goma de mascar debajo de su escritorio.

𝕯𝖊𝖆𝖋𝖊𝖓𝖎𝖓𝖌 // Harry Potter Where stories live. Discover now