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Rossalie.

El dolor ya no era tan crudo, pude moverme un poco y saber que ya estaba en buenas manos. Estaba en una superficie plana, acolchonada que transmitía calor, poco a poco fui abriendo mis ojos y me encontré con la imagen de Dean, durmiendo en un pequeño sofá.

Seguía demasiado aturdida, ¿Dónde estoy?, ¿Cómo llegué aquí?, ¿Y como salí de ese lugar?.
Tras varios intentos de hacer que todo mi cuerpo reaccionara, me levanté con mucho cuidado de la cama y camine al que se supone que es el baño.

Al estar frente al espejo me di la tarea de encender la luz, ese no era mi rostro. Estaba irreconocible, había sangre por toda mi cara, moretones en todo mi cuerpo, poco a poco me deshice de mi ropa y entre a la pequeña ducha que había en el baño.
El agua se encargo de limpiar toda la tierra, en mis pies había un charco enorme con residuos de plantas, ramas y mucha sangre.
Mi cuerpo seguía doliendo terriblemente, con demasiado esfuerzo pude lavar mi cabello y mi cuerpo, termine cansada.
Saque mi cuerpo lo más rápido posible y me recargue en el lava manos, el aire seguía escaseando.

Busque un poco de ropa limpia y encontré unos jeans con una sudadera verde, no era lo que quería, pero era suficiente. Peine mi cabello con los dedos y ya un poco arreglada, salí de la habitación.
Dean estaba sentado en la orilla de la cama, viendo hacia mi, en cuanto aparecí en su campo de visión, corrió abrazarme.

-Pense que iba a perderte, pensé lo peor mientras estuviste lejos.- Sus manos recorrieron mi cabello varias veces mientras que yo me fundí en su pecho.- Se que te sientes mal y estás muy débil, pero tenemos que platicar varias cosas.

-Lo se, no tengo problema en hablar sobre lo que paso.

-Quien te hizo esto?.- Su mano fue directamente a mi mejilla, analizo mi rostro con detenimiento y de pronto sus ojos cambiaron, se hicieron ¿Oscuros?.

-Un hombre alto, de piel morena. Antes de que llegarás a ese lugar, me golpeó repetidas veces, dejándome en claro que tenías que aprender.

-Maldita bastardo!.

Dean pasó sus manos por su cabello varias veces, despeinadolo por completo.
Me acerque detrás de él y lo abrace, su pecho iba y venía, su rostro estaba rojo, parecía que iba a explotar.

-Ven, siéntate.- Lo tome de la mano y lo acerque a la cama, se sentó junto a mi.- Hay muchas cosas que quiero saber, por seguridad y otras para que pueda entender toda está situación. Quiero estar contigo, pero al menos dime qué harás algo para salir de todo esto o que te dejen en paz.

Dean acarició mi cabello, después mi cara, su dedo pulgar delineó el morete que tenía en la mejilla. Su rostro se ablando y me asintió.

-Hare todo lo que este en mis manos para salir de esto, para cuidarte. Pero debes entender que hay cosas que no se pueden dejar para otro día, conoces a un Dean distinto, un hombre con sentimientos. Un día te puedes topar con él otro tipo y lo que menos quiero es que huyas.

-No pienso huir de tu lado, por algo estoy aquí contigo.

-Espero que así sea siempre, te amo Rossalie. Jamás en mi vida me había sentido así.

La distancia entre nosotros se fue haciendo cada vez más pequeña, sus manos iban y venían en mi cabello, hasta que unimos nuestros labios.
Un beso necesitado, exquisito para mis labios. Sus manos bajaron hacía mi cintura y con un movimiento me puso sobre él, era claro que mi cuerpo dolía, quemaba. Pero me hacían falta sus labios, sentir ese calor que desprende, embriagarme con su aroma e impregnarlo en todo mi ser por si algún día no sobrevivimos.
El beso se hizo cada vez más intenso, sus manos recorrían mis piernas, daba leves caricias cerca de mis glúteos, sus manos se aferraban a mi cintura y ya no pude más, me separé de él y no por que quisiera, pero la falta de aire me estaba matando.

Paris In The RainWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu