parte 2 • 7 •

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Esa madrugada theo fue el primero en despertar aunque no gracias a su alarma, faltaban diez minutos para las tres de la mañana, la luz de la farola en la calle lograba colarse por la ventana delineando a la perfección la figura del rostro de Liam, ese perfil tan delicado y agradable al tacto libre de barba que mantenía distraídos los pensamientos cuerdos y conscientes del oji-verde que se tomó la libertad de admirar con precisa atención, aún tenía tiempo para dormir, siempre se levantaba a las cuatro para irse al hospital y llegar a tiempo pero esa mañana a pesar de haber dormido poco había despertado sintiéndose bastante revitalizado... su nariz se acercó al cabello ajeno tomando respiros suaves y cordiales distinguiendo una agradable mezcla de olores entre el sudor el perfume el jabón y el shampoo en un equilibrio difícil de describir mientras su mano la cual se había soltado también del agarre de la ajena, subía por el costado del menor de los dunbar en un roce tan absurdo que apenas parecía que lo estaba tocando. La piel de Liam bajo sus manos se sentía fría debido a que durante la noche ambos se habían descubierto en algún momento estaba perdido en un trance aterrador que no había experimentado antes y luego su mano volvió a posicionarse en su cintura deteniendo esas caricias.

-- Terminaste? -- la divertida voz de Liam se dejó escuchar paralizando de golpe el cuerpo y el corazón de Theo que agradeció la ausencia de luz pues de esa forma nadie podría reconocer aquel bochorno evidente gracias al color rojizo que ya tenía su piel coloreada.

-- Lo siento -- Comentó con precaución antes de escuchar la risa de Liam

-- Está bien, si me hubiera molestado te habría detenido -- Afirmó girandose sobre el colchón para volver a encontrarse de frente con el

-- ¿Desde hace cuanto estas despierto? -- Preguntó Raeken dejando que su sonrisa tomará forma y luego Liam acercó su nariz a la de su compañero dejando que estas tuvieran un roce torpe.

-- Sólo diré que he estado lo suficiente despierto para reconocer que tus ronquidos suenan adorables -- Comentó dejando que un beso cayera en el mentón ajeno antes de escuchar la confusa voz del oji-verde

-- ¿En serio ronco? -- Preguntó desconcertado y un poco avergonzado por aquello; el oji-azul volvió a reír dejando que sus labios presionaran sobre los ajenos de nueva cuenta. Para una noche habían dado varios pasos adelante sin haber cruzado media palabra sin haberse permitido pensarlo, eso bien podría ser la fórmula del fracaso pero si lo pensábamos adecuadamente sus planes en realidad nunca habían resultado y theo tenía que reconocer que le estaba gustando mucho estar en esa posición.

-- No lo haces... desperté un poco antes que tu pero no quise moverme para no despertarte... al menos no hasta que te moviste -- Finalizó  observando al más alto que luego de aquello se relajó un poco

-- Buenos días entonces -- Susurró acariciando su rostro y antes de poder decir más la alarma de su teléfono comenzó a sonar sacandolos de ese trance agradable haciéndoles sentir un golpe de realidad un poco doloroso

-- Buenos días theo... debemos ir a trabajar -- Un beso nuevo corto rápido y Liam se había levantado de la cama para encender los focos y la imagen que encontró de pie al otro lado de la cama le hizo sentirse un poco triste, los brazos de theo tenían marcas un poco largas, cicatrices que marcaban los cortes que theo se había hecho cuando Gabe había fallecido cuando toda esa pena y autodesprecio lo tenían atormentado. Y se sintió frustrado, impotente... enojado porque Gabe había muerto y aunque eso le había dado una oportunidad con el joven Raeken ahora no parecía tan importante pues entendió cuán difícil fue para el pobre muchacho

Por otro lado Theo miró con recelo a Liam antes de notar las marcas tanto en sus brazos como en su espalda, Liam no sólo se había hecho daño, también había sido dañado. Lo observó y se sintió furioso, inconsciente, alejado y abstracto pues el había prometido a Liam que no iba a sufrir de nuevo y lo había hecho, cada día hasta que se encontraron de nueva cuenta. -- Iré a cambiarme -- Mencionó antes de salir de aquella habitación, tomó su ropa y entró a la ducha.

Mientras tanto un joven alto de cabello rubio corría por Nueva York, en una especie de laberinto de callejones donde cada tanto podía escuchar como las balas rompían el silencio hasta que una lo alcanzó sin embargo y para su fortuna a pesar de recibir un segundo impacto para su fortuna cuando sus atacantes se acercaban una sirena cercana comenzó a sonar y un par de policías llegaron para atender al afortunado muchacho que terminó desmayado. Los paramédicos llegaron cuando un grupo de personas curiosas habían rodeado el cuerpo que aún estaba caliente... vivo. Se había salvado por poco, lo subieron a la ambulancia y comenzó su recorrido con aquel lastimero ruido llenando el aire y provocando que los autos le hicieran espacio sin embargo y con ello una motocicleta comenzó a seguirlo una forma curiosa de iniciar un día, un mal presentimiento en el aire y un frío poco usual acompañado de las nubes que amenazaban con iniciar una tormenta.

En el hospital, Callie Torres jefa de residentes llevaba consigo una tabla en la cual tenía anotados los nombres de los jóvenes que la estuvieron esperando. -- Bien no perdamos tiempo muchachos. -- Stewart, Dunbar ustedes a urgencias, Raeken Pediatría, Hale Cardio Evans estas conmigo, Clarington, General y Murphy Neuro -- Terminó de asignar notando que ninguno se movía luego de que guardara su bolígrafo. -- Que esperan? -- Preguntó con los brazos cruzados cuando todos se fueron menos su residente

Tracy y Liam caminaron por el pasillo de manera tranquila a pesar de que habían salido rápidamente de la sala para residentes.

-- ¿Porque estas sonriendo? -- Preguntó la castaña cuando notó que Liam había cambiado de expresión de manera abrupta.

-- Por nada Sólo creo que es un gran día -- Mencionó el joven de ojos azules y entonces la chica cayó en su suposición

-- No puede ser... Ya lo hicieron? Acaban de mudarse juntos... Y ayer querías evitarlo por sabrá Dios que razón... eres un golfo -- Comentó ella dándole un manotazo en el hombro sonriendo de manera abierta pues en poco tiempo se habían dado cuenta que realmente hacían un gran equipo, si es que había pasado significaba que Liam se volvería algo parecido a un cuñado para ella.

-- No solo... -- Se detuvo un momento -- Me llamaste golfo? -- preguntó sonriendo de manera paciente y finalmente habló -- Solo dormimos juntos... --

-- si claro... yo no soy la mejor residente de Pediatría Bromeó ella mientras avanzaba por el pasillo observando a Liam alzando los hombros sin darle tiempo a responder pues fue cuando ambos localizadores comenzaron a sonar, se detuvieron para leer la llamada sin embargo la doctora Carson pasó en medio de ambos. -- Ustedes fueron asignados a urgencias? Ya deberían estar corriendo, no es día de campo -- Gritó la doctora mientras se alejaba y medio segundo después los dos seguían su paso

La carrera fue corta, ambos se colocaron las batas, Tracy se amarró el cabello y cuando estuvieron listos parados en la puerta recibieron la única ambulancia Liam y Tracy se acercaron con prisa -- Joven de veinticinco a treinta años sin identificación con heridas de bala en pecho y abdomen no hay orificio de salida perdió el conocimiento antes de subir a la ambulancia. --

Al ver a la persona sobre la camilla el corazón de Liam se detuvo y su estómago se revolvió sudor frio bajó por su frente y al estar en medio de una revisión solo un golpe a su mejilla de parte de Tracy le hizo reaccionar. -- ¿Que hace Brett aquí? -- pensó en voz alta cuando los demás estaban llevándose la camilla por lo que tuvo que darles alcance. Entró a la sala de traumas, recibió el ultrasonido, Tracy administró los medicamentos mientras la doctora revisaba la pantalla. -- Debemos llevarlo a quirófano, Stewart estas de suerte, vas a asistirme hoy -- Mencionó la mujer luego de firmar las formas

-- Pero... -- La voz de Liam interrumpió y recibió una mirada de parte de la mujer.

-- Nada de peros, no me sirves si te congelas al ver un paciente, vas a quedarte a recibir lo que haga falta. -- Sentenció al mismo tiempo que se alejaba llevando la camilla junto a la castaña y los enfermeros que apoyaron durante la consulta, Liam se quedó solo, miró el pasillo y luego el ascensor antes de sentir una presión desagradable en su pecho. Que Brett estuviera cerca no era algo que precisamente le trajera seguridad y un mal presentimiento llenó su pecho, esperaba al menos que ese paciente en particular no fuera a encontrarse con Theo.

Sonrisa (Thiam) [En Edición]Where stories live. Discover now